La Oración
…
La oración para el cristiano es muy importante pero existen los que piensan que Dios es imaginario. Dicen que Dios no contesta porque realmente no existe. Hablando de este tema, hicieron una encuesta en 2006 que decía que sólo 75% de los encuestados en Arkansas creían que la Biblia era verdadera. (1)
¿Cómo puede Dios escuchar a seis millones de personas a la vez?
En el libro, Beyond the Cosmos (Más allá del Cosmos) escrito por Dr. Hugo Ross, él dice que Dios puede escuchar y responder a mí oración mientras otros millones están orando. Entonces, ¿Cómo puede hacer esto?
¿Es la Biblia un libro antiguo de fábulas como piensa la mayoría de la gente?
….
Mateo 6:8 dice, “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
Debe ser obvio que Dios sabe todo. Él es omnisciente (Isaías 46:9-10, 1 Juan 3:20). (2) Y de saber todo implica que Dios no tiene principio ni fin (Jeremías 23: 24). Él es eterno (Salmos 93:2). Él es “Ego eimi – YO SOY”. Éxodo 3:14 dice, “Dijo Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros.” Y cómo es omnisciente y soberano (Job 42:2, Isaías 45:9-10), decidió con su voluntad lo que va a suceder. No es como un ser creado y limitado. (Números 23:19; Santiago 1:17; Heb. 6:17). Se ve esto en Job 42:2; Isaías 46:9-10; Efesios 1:4; 2 Timoteo 1:9 y Apocalipsis 17:8 que Dios lo sabía y decidió lo que iba a hacer antes de la fundación del mundo. Por esto existen palabras como precognición y predestinación (Hechos 2:23; Efesios 1).
Mateo 6:8 dice, “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”
Ahora si Dios sabe todo lo que va a suceder y su voluntad fue decidido antes de la fundación del mundo, entonces no tiene sentido orar ahora porque realmente no se puede cambiar nada. Parece que todo esté decidido. Entonces se puede preguntar ¿por qué orar mirando estos textos?
-
Mateo 7:7-8, “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
-
Lucas 11:9-13, “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
-
Mateo 21:22, “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”
El problema con este tipo de pensamiento
La palabra que usamos de “decidió” está en el pretérito, o hablando del pasado. Pero también podemos hablar del futuro y usar “decidirá”. Los dos usos implican “el tiempo humano”. En el español pensamos en el pasado, el presente y el futuro y usamos verbos para expresar los tiempos. Pero para Dios, estos tiempos no existen. Para Dios el tiempo existe sólo para el hombre. Él está fuera de nuestra dimensión. Existen por lo menos 10 dimensiones y nosotros sólo estamos en tres. El tiempo es un componente y Dios está fuera de este componente. Dios traspasa todo lo que podemos imaginar (Job 42:2; Efesios 1:20-22). El es omnisciente, omnipotente, omnipresente y no está atado ni por el tiempo ni por el espacio. El tiempo existe en la cuarta dimensión y fue creada por Dios (Colosenses 1:16). “Dios es”. Para Él no existe el pretérito, ni el imperfecto, ni el futuro sino sólo el presente de indicativo (Exodo 3:14; Juan 8:58). Él es siempre eterno (Salmos 139:1-4; 147:4-5; Mateo 11:27). La mente infinita de Dios abarca todas las cosas a la vez. No existe el “antes” ni el “después”. (3)
Entonces, pensando así, Él puede decidir, escuchar y contestar en cualquier momento nuestro. Él podría predecir a través del profeta Isaías en 701 a.C. el nacimiento de Jesús en Belén (Isaías 7:14), unos 701 años más tarde que la profecía. Para Él todo está en el presente. Así que, es imposible para los humanos limitados pensar así. El hombre limitado vive en un mundo que contienen el espacio y el tiempo.
Gerardo de Avila escribe, “La Biblia enseña que se debe orar porque, aun cuando Dios sabe todas las cosas, él ha establecido intervenir en ellas generalmente en respuesta a la oración. Es un asunto de fe y obediencia. Además, de esta manera se le impone al hombre cierto grado de responsabilidad y se le permite desarrollarse y establecer un orden de prioridades.” (4)
La Oración
A través de la oración nosotros tenemos contacto con Dios y Él con nosotros (1 Sam. 1:15; Sal. 88:1-2; 142:1-2; Mateo 7:7-8; Fil. 4:6; Heb. 5:7). Es un diálogo del hombre con Dios.
Existen por lo menos seis tipos de oración
-
Primitiva – un Ser superior quién escucha y contesta a los humanos.
-
Ceremonial – aquí se presenta la forma y no el contexto.
-
Cultura Griega – el enfoque era los valores morales en vez de necesidades rudimentarias.
-
Filosófica – la oración era una reflección en cuanto al sentido de la vida
-
Mística – era una sintasis de la unión con Dios. Los misticos hablaron de una escalera o estados de oración y la petición era una escala más baja.
-
Profética – esta oración enfoca en las necesidades y el amor. Esta oración es una manifestación espontánea de emociones. (5)
Köhler en La Teología del Antiguo Testamento, 1957 encontraba unos 85 oraciones en el Antiguo Testamento. (6)
El judío acostrumbraba orar por lo menos tres veces al día (Salmo 55:17; Daniel 6:10). Oraba la tercera hora (9:00 – Hechos 2:15), la sexta hora (12:00 – Hechos 10:9), y la novena hora (15:00 – Hechos 3:1). (7)
En el Nuevo Testamento vemos dos cosas:
-
La oración se hizo a Jesús cuando él estaba en la tierra (Mateo 8:2; 9:18; Marcos 9:23; Mateo 14:27-31).
-
La oración ahora se hace en el nombre de Jesús (Juan 14:13; 15:16; 16:23). (8)
La oración se define como:
-
Oramos al Padre en el nombre de Jesús a través del Espíritu Santo (Mateo 6:9; Juan 14:13-14; Juan 16:23; Efesios 2:18) Lucas 11:2, “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. (9)
-
La oración es un don o regalo del Espíritu Santo (1 Corintios 14:14-16; Efesios 6:18; Judas 20).
-
El lugar para orar: 1). En el cuarto (Mateo 6:6); 2). Con varias personas en grupo (Hechos 2:42); y 3). A solas (Mateo 14:23).
-
Oramos usando cinco pasos: 1). Uno es la confesión de pecado (1 Juan 1:9) Santiago 5:16 dice, “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” La oración es simplemente una actitud en cuanto a eventos y una participación dedicada hacia ellos. Y en otro sentido, la oración es siendo uno con Dios y estando en comunión con Él, según Romanos 8:26-27 que dice, “Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos”; 2). Segundo es la petición dónde pedimos por nuestras propias necesidades (Filipenses 4:6). Debemos orar por nuestras necesidades personales y también por las necesidades de los demás (Juan 17:20-21; Ephesians 6:18; 1 Timoteo 2:1-2) ; 3). Tercero es la Intercesión por otras personas (Colosenses 1:3,9; 1 Timoteo 2:1-4) ; 4). es la Acción de Gracias (Efesios 5:18-20; 1 Tesalonicenses 5:18); y 5). es la Alabanza o Adoración (Salmos 150:6). (10)
-
Debemos orar: 1). Conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14; Jeremias 29:12-13); 2). Con fe (Santiago 1:5-6); 3). Sin ostenación (Mateo 6:5); 4). Con todo fervor (Santiago 5:16); 5). Sin cesar (1 Timoteo 5:17); y 6). Ser persistente (Lucas 18:1-8; 2 Pedro 3:9; 1 Juan 5:14-15).
-
Unos obstáculos: 1). El pecado (Salmos 66:18; Isaías 59:1-2); 2). Tener un ídolo en el corazón (Ezequiel 14:3); 3). Maridos no dando honor a su esposa (1 Pedro 3:7); 4). El orgullo (Santiago 4:3); 5). La incredulidad (Santiago 1:6-7); 6). Las dudas (Santiago 1:7-8); 7). La falta de fe (Santiago 5:15); y 8). Motivos equivocados (Santiago 4:3).
-
Las razones para orar: 1). Glorificar a Dios (Juan 14:13); 2). Obedecer a Dios (1 Tesalonicenses 5:17); 3). Tener compañerismo con Dios (Proverbios 15:8); 4). Seguir el ejemplo de Cristo (Marcos 1:35) Debemos orar porque Jesús es nuestro ejemplo. El siempre oraba al Padre. El se puso de acuerdo con Su voluntad (Lucas 22:42) y tuvo comunión con El. Esto era muy importante para Jesús y debe ser importante para nosotros; y 5). Es vital para la madurez espiritual (Efesios 3:17).
-
El tiempo para orar: 1). Constantemente (1 Tesalonicenses 5:17); 2). Buscar un tiempo y formar un hábito (Daniel 6:10); 3). En grupo con otros creyentes (Mateo 18:20; Hechos 2:42).
-
Cómo Dios puede contestar la oración: 1). Imediatamente (Daniel 9:21-23); 2). Tarda (Juan 11:1-44); 3). Dice “no” (2 Corintios 12:7-10). Ruth Graham (casada con Billy Graham) le dijo a una audiencia en Minneapolis: “Dios no ha respondido siempre a mis oraciones. Si lo hubiera hecho, me habría casado con el hombre equivocado varias veces”. (11) Cuando Dios contesta “no”, debemos obedecerle a pesar de su respuesta (Daniel 3:16-18) (12) ; y 4). A veces la contestación es diferente de lo que esperabas (Efesios 3:20).
-
Las respuestas con “no”:
-
1 Samuel 14:37 = “Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Mas Jehová no le dio respuesta aquel día.”
-
1 Samuel 28:6, 7 = “Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.”
-
2 Samuel 12:13-23 = “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no más David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.”
-
1 Reyes 19:4; 2 Reyes 2:11 = “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” 1 Reyes 19:4.
-
Jonás 4:3 = “Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.”
-
Jeremías 21:2 = “Consulta ahora acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre nosotros.”
-
Marcos 10:34-45 = “y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará. Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado. Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
-
Mateo 26:36-46 = “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.”
-
Mateo 6:5-6 = Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
-
Hebreos 11:6 = “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
-
2 Corintios 12:7-10 = “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”
-
Santiago 4:3 = “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”
-
Salmos 66:18 = “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.”
-
Juan 9:31 = “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.”
-
1 Pedro 3:7 – 12 = “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.”
-
Malaquías 1:7-9 = “En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.”
-
Proverbios 1:24, 25, 28 = 24 “Porque he llamado y habéis rehusado oír, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso; 25 habéis desatendido todo consejo mío, y no habéis deseado mi reprensión; 28 Entonces me invocarán, pero no responderé; me buscarán con diligencia, pero no me hallarán;”
-
Proverbios 28:9 = Al que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación.”
-
Zacarías 7:11-13 = “Pero ellos rehusaron escuchar y volvieron la espalda rebelde y se taparon los oídos para no oír. Y endurecieron sus corazones como el diamante para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos había enviado por su Espíritu, por medio de los antiguos profetas; vino, pues, gran enojo de parte del SEÑOR de los ejércitos. Y sucedió que, como yo había clamado y ellos no habían querido escuchar, así ellos clamaron y yo no quise escuchar–dic
e el SEÑOR de los ejércitos”. -
Isaías 1:15 = “Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé mis ojos de vosotros; sí, aunque multipliquéis las oraciones, no escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre.”
-
Isaías 59:2 = “Pero vuestras iniquidades han hecho separación entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados le han hecho esconder su rostro de vosotros para no escucharos.”
-
Jeremías 11:11-14 = “Por tanto, así dice el SEÑOR: He aquí, traigo sobre ellos una calamidad de la que no podrán escapar; aunque clamen a mí, no los escucharé. Entonces irán las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman incienso, pero ellos ciertamente no podrán salvarlos en la hora de su aflicción. Porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá, y según el número de las calles de Jerusalén, son los altares que has levantado a lo vergonzoso, altares para quemar incienso a Baal. Pero tú no ruegues por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque no escucharé cuando clamen a mí a causa de su aflicción.”
-
Santiago 1:6-7 = “Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor,”
-
Job 35:12-13 = “Allí claman, pero El no responde a causa del orgullo de los malos. Ciertamente el clamor vano no escuchará Dios, el Todopoderoso no lo tomará en cuenta.”
-
Lucas 18:11-14 = “El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. “Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano.” Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador.” Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.”
-
Salmos 18:40-41 = “También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, y destruí a los que me odiaban. Clamaron, mas no hubo quién los salvara; aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió.”
-
Deuteronomio 3:23-29 = “Yo también supliqué al SEÑOR en aquel tiempo, diciendo: “Oh Señor DIOS, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que pueda hacer obras y hechos tan poderosos como los tuyos? “Permíteme, te suplico, cruzar y ver la buena tierra que está al otro lado del Jordán, aquella buena región montañosa y el Líbano.” Pero el SEÑOR se enojó conmigo a causa de vosotros, y no me escuchó; y el SEÑOR me dijo: “¡Basta! No me hables más de esto. “Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al occidente, al norte, al sur y al oriente, y mírala con tus propios ojos, porque tú no cruzarás este Jordán. “Pero encarga a Josué, y anímale y fortalécele, porque él pasará a la cabeza de este pueblo, y él les dará por heredad la tierra que tú verás.” Y nos quedamos en el valle frente a Bet-peor.” (13)
¿Debo rendirme cuando parezca que Dios no responda?
-
Lucas 18:1-8 = El juez y la viuda – “Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer, diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: “Hazme justicia de mi adversario.” Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: “Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, sin embargo, porque esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia.” Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?”
-
1 Tesalonicenses 5:17 = “Orad sin cesar.”
-
Salmos 88:13 = “Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.”
-
1 Juan 5:14-15 = “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (14)
Dios siempre responde a las oraciones
-
Ángeles – Daniel 9:20-24 = “Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú
eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos” con Daniel 10:10-12; Hechos 12:1-17. -
La palabra de Dios = Existen ejemplos en la Biblia de oraciones contestadas en Éxodo 32:7-14; 1 Reyes 18:20-40; Daniel 2, 6, 9; Hechos 12:5-11; y Salmos 51.
-
Juan 13:34-35 = “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
-
Romanos 12:10 = “Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”
-
1 Tesalonicenses 3:12 = “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros,”
-
1 Tesalonicenses 5:11 = “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”
-
Hebreos 3:13 = “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
-
Hebreos 10:24 = “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras;”
-
1 Pedro 4:8-9 = “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.”
-
1 Juan 3:11 = “Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.”
-
Filipenses 2:3-5 = “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.”
-
Mateo 7:7-11 = “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
-
Santiago 5:17 = “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.”
-
1 Tesalonicenses 5:17 = “Orad sin cesar.”
-
Santiago 1:6-7 = “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”
-
Marcos 11:22-26 = “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
-
Juan 14:13-14 = “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”
-
Juan 15:7 = “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
-
Efesios 6:8 = “sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.”
-
1 Juan 3:22 = “y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”
-
1 Juan 5:14–15 = “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (15)
Las repuestas a la oración:
-
Libertad del miedo – Salmos 118:5-6
-
Fuerza de alma – Salmos 138:3
-
Guía y satisfacción – Isaías 58:9-11
-
Sabiduría e Inteligencia – Daniel 9:20-27
-
Liberación del daño – Joel 2:32
-
Premiar – Mateo 6:6
-
Buen regalo – Lucas 11:13
-
Plenitud de alegría – Juan 16:23-24
-
Paz – Filipenses 4:6-7
-
Libre de ansiedad – 1 Pedro 5:7
-
Sabiduría y poder – Efesios 1:15-19
-
Fuerza del hombre interior – Efesios 3:16-19
-
Discernimiento – Filipenses 1:9-11
-
Conocimiento de la voluntad de Dios – Colosenses 1:9-12
-
Tranquilidad, vida pacifica – 1 Timoteo 2:1-2
-
Fronteras ampliadas – 1 Crónicas 4:10
-
Liberación de problemas – Salmos 34:15-22
-
Pan cada día – Mateo 6:11
-
Libre de la culpabilidad – 1 Tesalonicenses 5:23
-
Curación de enfermos – Santiago 5:17-18
-
Cese la lluvia – Santiago 5:17-18
-
Liberación – Hechos 16:25-26 (16)
El Ejemplo de Jesús
-
Mateo 14:23 = “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.”
-
Marcos 14:39 = “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”
-
Lucas 5:16 = “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
-
Lucas 22:45 = “Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;”
-
Marcos 1:35 = “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”
-
Juan 17:11 = “Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.”
-
Juan 17:20-21 = “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
-
Lucas 10:21 = “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.”
-
Mateo 26:39 = “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.”
-
Lucas 22:44 = “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.”
-
Mateo 27:46 = “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (17)
¿Oración o autosugestión?
Por Dr. Pablo Martínez Vila
«La oración no es algo real. Es un fenómeno puramente psíquico». «Tú te lo imaginas, en realidad estás hablando en el vacío, con la pared». O como dirían los jóvenes de hoy: «Te lo montas todo tú». «Si yo viera a Dios aquí al lado, entonces oraría; pero esto no es más que una forma de autosugestión».
Esta forma de pensar refleja la opinión de no pocas personas en nuestros días. Todavía hoy, en pleno auge del postmodernismo, sólo lo que la ciencia prueba y aprueba parece fuera de toda discusión. El sello de «científico» es como un certificado de infalibilidad. Vivimos en una generación que sufre lo que se ha venido en llamar «el síndrome de Tomás»: «S
i no veo con mis propios ojos y toco con mis propias manos, no creeré».
Desde hace muchos siglos la religión, en sus diversas manifestaciones, ha estado asociada con la sugestión. Bastantes personas ven en la religión, incluida su actividad cardinal -la oración-, una forma de autoconvencimiento. «Te crees que Dios está ahí y te lo imaginas, te convences a ti mismo de que es así». Observemos la definición de sugestión: «Influencia psíquica del propio sujeto por la que experimenta estados de ánimo sin causa objetiva. Convencerse por un esfuerzo de voluntad de que se tiene cierto estado o cualidad». En otras palabras, cuando la mente acepta una idea como verdadera, si esta idea es razonable, tiende a hacerse real por medio de procesos inconscientes. Sería el equivalente del efecto placebo en medicina: si tomo un medicamento que no contiene más que agua destilada, pero creo que es un tranquilizante, ejercerá, efectivamente, las funciones de sedante. En esta línea, la fe cristiana es presentada como una forma de sugestión.
¿Qué podemos responder a este argumento? Vamos a considerar tres aspectos que nos ayudan a diferenciar la sugestión de la fe bíblica:
1. El propósito de la sugestión
La autosugestión siempre cumple un objetivo definido: la evasión. Se busca escapar de una realidad dura, sea ésta una circunstancia transitoria o algo más profundo como la vida misma. El propósito básico de la sugestión es huir. En este aspecto, la religión actuaría como el gran calmante, el opio del pueblo del que hablara Marx, para mitigar un profundo dolor existencial. Sería un escape trascendental que viene a aliviar nuestras necesidades más profundas. La oración, a su vez, es el instrumento por excelencia, el mejor «medicamento», para lograr este efecto de huída.
No obstante, encontramos aquí una primera contradicción. El cristiano, cuando sigue verdaderamente a Cristo, escoge una vía de evasión que no tiene un precio nada fácil. La obediencia a su Señor es costosa, un camino estrecho que está cargado de espinas. No tenemos más que leer el capítulo 11 de Hebreos cuando nos habla de «los otros héroes de la fe»: «Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos con pieles de cabras, menesterosos, atribulados, maltratados…» (Heb. 11:36-37). ¡Bonita evasión! Podríamos hablar de autoconvencimiento e ilusión si la fe ofreciera un paraíso en la tierra. Entonces sí que actuaría a modo de aspirina existencial. Pero la fe cristiana parece más bien lo contrario. Ya Jesús mismo avisó de la dureza de la carrera cristiana: «Mi paz os dejo, mi paz os doy… pero no como el mundo la da… en el mundo tendréis aflicción… porque el siervo no es mayor que su Señor». La lucha, el dolor, la persecución son a menudo la marca distintiva del discípulo de Cristo. Por supuesto, esto no ocurre siempre a todo creyente, pero alguna forma de sufrimiento parece muy normal en la vida cristiana.
Ello nos pone ante dos opciones: o bien los cristianos son todos masoquistas por naturaleza, o bien la fe cristiana no cumple un propósito de huída. Hay formas mucho más agradables de escapar en nuestros días. Si la fe cristiana fuera falsa, estaríamos ante una gran estafa, pero no ante una evasión. ¿No es cierto que bastantes creyentes vivirían con menos preocupaciones si no fueran cristianos? Tendrían mucha más tranquilidad, desde el punto de vista humano, sin los problemas derivados de una fe comprometida. «Cristo no me ha hecho la vida fácil. Al contrario, habría sido más cómodo estar sin él que vivir con él», afirmaba atinadamente el obispo luterano Dibelius.
La fe puede proporcionar, y proporciona, una paz profunda; es la paz que surge del conocimiento de unas realidades gloriosas. Pero nunca ha sido camino de comodidad o de evasión. Hace unos años el francés Emile Coué dio una definición popular de autosugestión en forma de slogan: «Cada día, en todas las cosas, estoy cada vez mejor». ¡Qué contraste con la experiencia del creyente! Recordemos una declaración del apóstol Pablo: «Estamos atribulados en todo, mas no estrechados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos» (2 Co. 4:8-9). Francamente, explicar la existencia del cristianismo en términos de autosugestión requiere un esfuerzo mental superior a la propia fe.
William James en su clásico libro The varieties of religious experience profundiza en el tema de la experiencia espiritual humana y afirma, entre otras cosas: «La influencia sugestiva del medio ambiente juega un papel muy importante en toda educación espiritual. Pero la palabra sugestión ya está empezando a tener, por desgracia, la función de una manta mojada que cubre la investigación y se usa para rechazar el análisis cuidadoso». No se puede caer en el reduccionismo de encajonar todo lo religioso en el baúl de la autosugestión.
2. El objeto de la sugestión
La persona objeto de la sugestión presenta una personalidad característica. Observemos la definición del prestigioso libro de Freedman y Kaplan, una de las voces más autorizadas en el campo de la psiquiatría: «La sugestión pretende lograr un estado de docilidad sumisa y sin capacidad crítica que conlleve la aceptación fácil de una idea, creencia o actitud. Se observa, por lo común, en personas con rasgos histéricos de personalidad». La primera parte de la definición ya la hemos comentado anteriormente. Pero, ¿qué nos dice de la personalidad su
gestionable? Si la sugestión es propia de personalidades histéricas, ¿cuáles son sus características psicológicas? Veamos con atención: «La persona histérica está dominada por la necesidad apremiante de agradar a los demás… ello se manifiesta en una actividad incesante, la tendencia a dramatizar y a exagerar, la necesidad de seducir y conquistar, ya sea a nivel social o sexual, y una dependencia inmadura y poco realista de las otras personas». Pero no acaba aquí la descripción: «El histérico, por sus comedias, sus mentiras y sus fabulaciones, no deja de falsificar sus relaciones con los demás, se ofrece siempre como un espectáculo, ya que su existencia es, a sus propios ojos, una serie discontinua de escenas y aventuras imaginarias».
De nuevo estamos ante una disyuntiva. Hemos de escoger entre dos opciones: si para ser sugestionado se requiere un tipo de personalidad histérica, entonces o todos los cristianos son histéricos o bien las manifestaciones de fe no son, necesariamente, un ejercicio de sugestión. La argumentación lógica es contundente. Creo que nadie se atrevería a afirmar que todos los cristianos son histéricos. Por ello debemos concluir que la fe, incluida la oración, no siempre es resultado de una autosugestión.
Dicho esto, hemos de reconocer que las formas y manifestaciones de vida cristiana de algunos creyentes se parecen a veces a un ejercicio de sugestión que no podemos aceptar. La autocrítica es siempre saludable. Y éste es el momento de mostrar nuestra preocupación por algunas formas de culto, de adoración, de oración y de evangelización que llegan a terrenos fronterizos con la sugestión. Ello puede ocurrir a nivel individual o de grupo y debe obligarnos a revisar nuestra espiritualidad. La oración verdadera, como las otras manifestaciones de la fe, es lo que más se aleja de la sugestión porque mantiene a toda la personalidad -mente, voluntad, y emociones- en acción. No puede convertirse en la repetición rutinaria de frases o canciones hasta que uno logra cierto estado emocional. Esta manera de practicar la fe sí puede bordear la autosugestión.
El apóstol Pablo menciona un tipo de reunión donde alguien que entre por primera vez puede pensar que «estáis locos» (1 Co. 14:23). Pablo no está censurando el hecho en sí de hablar en lenguas, sino la forma de hacerlo, sin orden, porque ello creaba confusión. Dentro de la libertad preciosa del cuerpo de Cristo deberíamos intentar «hacerlo todo decentemente y con orden… pues Dios no es Dios de confusión, sino Dios de paz» (1 Co. 14:33,39). La fuerza de nuestro testimonio tiene mucho que ver con la genuinidad de nuestra fe, pero la pasión y el celo no excluyen el equilibrio, el orden o la reverencia. Si nuestras formas de culto bordean el ritual mágico, el testimonio se debilita. Los no creyentes nos acusarán, con razón, de practicar una fe que no es más que autosugestión. Por el contrario, cuando la oración y la adoración reflejan la esencia misma de Dios -paz, celo, compromiso, amor, orden-, la gente del mundo se verá mucho más atraída porque tiene sed de trascendencia y de valores espirituales.
3. La duración de sus resultados
En tercer lugar, la sugestión y la oración (o la fe en general) se diferencian por la duración de sus efectos. Además de su propósito evasivo y de ocurrir en una personalidad determinada, la sugestión se caracteriza por la fugacidad de sus efectos. Tienen un carácter transitorio y la molestia que se pretendía eliminar reaparece al cabo de poco tiempo. Es un resultado limitado que nos recuerda, efectivamente, la acción de un calmante. Pasada su acción analgésica, el nivel de dolor vuelve a ser el mismo de antes. No ha habido ningún tipo de mejoría. La sugestión cumple una función puramente sintomática. Alivia un síntoma.
Por el contrario, los efectos de la fe no son transitorios. Tienen carácter permanente. Cierto que puede desaparecer el primer amor, cierto que hay crisis o retrocesos. Pero los cambios radicales y profundos que opera el Espíritu Santo en la vida del creyente no se llegan a perder del todo, ni siquiera en épocas de crisis; lejos de ello, se acrecientan con el tiempo (ver Fil. 1:6). En términos médicos, diríamos que la fe actúa como un tratamiento etiológico, llega a la causa, no es puramente sintomático. A diferencia de la sugestión, la fe produce cambios, no solamente alivia síntomas. Los éxitos de la sugestión pueden ser espectaculares y brillantes, pero efímeros. Los éxitos de la fe son, con frecuencia, más lentos, pueden carecer de sensacionalismo, pero son profundos. Penetran en el meollo del alma humana. La sugestión desaparece con cualquier influencia que produzca un efecto opuesto, como una desprogramación. El creyente no es llevado por cualquier «viento de doctrina», sino que permanece «fiel hasta la muerte». Así podríamos seguir con las diferencias. Probablemente ésta es la razón por la que Weatherhead escribía: «la verdadera fe me parece tener poca relación con la sugestión».
Dr. Pablo Martínez Vila presenta el artículo como una adaptación realizada de su libro Psicología de la oración, capítulo 5. http://www.pensamientocristiano.com/Mes/201106.shtml
Usado con permiso.
Conclusión
Hay un tiempo para discutir y quejarse a Dios, pero también hay un tiempo para presentar las cargas. La Fe Bíblica ve sumisión a la voluntad de Dios que ha venido después del intento de descubrir su voluntad a través de la súplica. (18)
Fuentes:
- http://www.bigsoccer.com/forum/archive/index.php/t-406663.html
- Millard Ericksen, Teología Sistemática, CLIE, 2008.
-
William G. T. Shedd, Dogmatic Theology, P&R Publ., 2003; Norman L. Geisler, Baker Encyclopedia of Apologetics, Baker, 1999.
-
Ed: Wilson M. Nelson, Diccionario Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, 1974.
-
Walter A. Elwell, Evangelical Dictionary of Theology, Second Edition, Baker Academic, 2001.
-
Ed: I. Howard Marshall, A.R. Millard, J.I. Packer, D.J. Wiseman, New Bible Dictionary, IVP, 1997.
-
Ed: Wilson M. Nelson, Diccionario Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, 1974.
-
Ed: I. Howard Marshall, A.R. Millard, J.I. Packer, D.J. Wiseman, New Bible Dictionary, IVP, 1997.
-
Nicky Gumbel, Preguntas de la Vida, David C. Cook, 1999.
-
Ed: Wilson M. Nelson, Diccionario Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, 1974.
-
Nicky Gumbel, Preguntas de la Vida, David C. Cook, 1999.
-
Randy Alcorn, If God is Good, Multinomah, 2009.
-
http://www.biblegateway.com/, http://209.85.173.132/search?q=cache:eEkXBmb5GNgJ:www.prayertogo.com/pdf/When%2520God%2520does%2520not%2520answer%2520or%2520says%2520no%2520to%2520ou%2520prayers.pdf+when+God+does+not+answer+prayer&cd=1&hl=en&ct=clnk&gl=us&client=firefox-a
-
Ibid
-
Ed. Merrill C. Tenney , The Zondervan Pictorial Encyclopedia of Bible, Vol. 4, Zondervan, 1975.
-
Walter A. Elwell, Evangelical Dictionary of Theology, Second Edition, Baker Academic, 2001.
Relacionado: Oración
Deja un comentario