Oraciones de Intención
maneras de orar sin cesar. 1 Tes. 5:17 .
Para proteger el corazón del moralismo y la carne.
Para proteger el corazón del esfuerzo y la carne.
Para que se abra a la llenura del Espíritu en todas las cosas y ya no estará solo.
1. La oración de presentarse como un sacrificio (Romanos 12:1-2): la disciplina espiritual de presentarse a Dios como sacrificio vivo, abierto a El y a Su voluntad en todas las cosas.
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Oración de Intención: “Señor, estoy aquí, me presento a Ti. Aquí estoy.”
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Esto protege a la voluntad en llegar a ser dormido o insensible a la voluntad y la persona de Dios.
2. La oración de recogimiento (Filpenses 3:7-9): la disciplina espiritual de recordar a la autonomía de su verdadera identidad en Cristo (perdón completo, aceptación total) y creer que “Cristo vive en mí” (que no estoy sólo).
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La Oración de Intención: “Dios, todo lo que hago hoy, yo quiero hacerlo en Ti. No quiero hacer nada por mí solo, en mi propio poder o como una manera de ocultar y cubrir mis hechos. No quiero encontrar mi identidad en nada sino sólo en Cristo. Yo estoy en Cristo, que es mi identidad verdadera.” (Hay que confesar cualquier idolatría).
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Esto protege la vida de la idolatría, identidades falsas y el moralismo o también de tomar decisiones de falsa culpabilidad, vergüenza en la vida que viene del poder del ego.
3.La oración de la honestidad (Salmo 15:1-2, Salmo 139:23-24): la disciplina espiritual para que nosotros nos abramos a Dios y a nosotros mismos en lo que realmente está pasando en nuestro corazón para que la verdad sea eficaz en nuestras relaciones y la vida en general.
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La oración de la intención: “Señor, ¿qué está ocurriendo en mi corazón ahora mismo contigo, con los demás, con mi vida, y mis situaciones? Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón. Abro mi corazón hoy a la verdad. Me harto de engañarme a mí mismo.” (Confiesa cualquier idolatría).
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Esto nos protege de la obediencia superficial, de la manera de presentarnos en soberbia, cerrándonos pusilánime, o tener una dureza de corazón, etc. Deje que el corazón sea un espejo de la verdad y abierto a Dios.
4.Oración de Discernimiento (Eccles. 7:13-14): la disciplina espiritual para que aprendamos a ver qué es lo que el Espíritu está haciendo en nosotros, no sólo en nuestro trabajo, a “considerarnos la obra de Dios”, pero en ver lo que es Su voluntad en todas las cosas, nuestra voluntad propia o la del diablo para que podamos cooperar mejor con el Espíritu. Aquí buscamos sabiduría sobre cómo responder a Su trabajo que se está llevando a cabo en nosotros.
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Oración de Intención: “Señor, ¿qué estás haciendo y qué es lo que Tú quieres que yo sea y haga si estoy para hacer Tu voluntad?”
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Esto nos protege de responder a llamadas de la culpabilidad falsa de lo que debemos hacer en nuestras vidas, a las fantasías, a lo demoníaco, a nuestra grandeza, a trabajar por cuentas propias. Aquí aprendemos a esperar en Dios y observar Su obra más que la nuestra.
5. En receptividad al Espíritu, escucha la Palabra de Dios (lectio divina [Heb. 4:12]) (Jn. 15:5) “Yo soy la vid; vosotros los pámpanos; él que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”
Adaptado de John Coe, Ph.D., Director del Instituto de Formación Espiritual, Escuela de Teología Talbot © Copyright 2011 por John H. Coe.. (Director, Institute for Spiritual Formation, Professor of Spiritual Theology and Philosophy, Talbot School of Theology and Rosemead School of Psychology). www.biola.edu/spiritualformation/
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