Por Jim Wallace
La Biblia sirve como un elemento de prueba, el testimonio de los testigos que nos proporcionan razones para creer. Es por eso que las escrituras llaman repetidamente que tengamos una fe y creencia razonable en Jesús. Las Escrituras nos dice:
-
Debemos estimar y apreciar la razón para que no seamos como “bestias brutas”. (Judas 4:10)
-
Debemos amar a Dios con nuestra “mente” así como CON nuestro corazón y el alma. (Mateo 22:37-38)
-
Debemos recordar que Jesús dijo que los milagros que hizo se ofrecieron como prueba para “reconocer y comprender” que el Padre estaba en él, y él estaba en el Padre. (Juan 10:37-38)
-
Debemos recordar que Dios siempre da “pruebas” de que Jesús resucitó de la tumba. (Hechos 17:30-31)
-
Debemos recordar que Jesús no dudó en ofrecer nuevas “pruebas indubitables” (evidencias) a los discípulos, incluso después de resucitar de la tumba. (Hch 1: 2-3)
-
Debemos recordar que Pablo regularmente “razonaba” con la gente y aportó pruebas procedentes de las Escrituras. Le declaró como testigo de la resurrección. (Hechos 17:2-3)
-
Debemos usar nuestras mentes para “examinar todo cuidadosamente.” (1 Tesalonicenses 5:19-21)
-
Debemos resistir la tentación en tener la fe ciega. En su lugar debemos “evaluar los espíritus” para ver si son de Dios. (1 Juan 4:1)
-
Debemos examinar lo que pensamos hasta que nos estémos “plenamente convencidos.” (Romanos 14:5, 2 Timoteo 1:8-12, 2 Timoteo 3:14)
Cuando utilizamos nuestras mentes, investigamos las pruebas y nos convencemos de las evidencias, pasa algo maravilloso: tenemos el coraje de defender lo que creemos. Jesús nos ha dado pruebas suficientes para creer que él fue quien dijo quien era, y nunca nos pidió una creencia ciega. Cuando Jesús nos invita a tener fe en Él, quiere que aceptemos lo que dijo sobre la base de la evidencia que nos dio. La fe cristiana es una fe razonable.
– Por Jim Wallace; www.pleaseconvinceme.com. Usado con permiso dado el 13/2/2012
Deja un comentario