El Cristiano no tiene
una naturaleza vieja y pecaminosa
Según un grupo de creyentes, la naturaleza pecaminosa no ha sido erradicada ni eliminada. Dicen que aún está presente en la vida del creyente. Entonces tenemos una naturaleza pecaminosa. Dicen que a la luz de estos pasajes de 1 Juan 1:8,10 y Santiago 3:2 debemos concluir que cuando una persona es salva, la vieja naturaleza pecaminosa no se elimina, ni es borrada. Sigue siendo un pecador por su naturaleza pecaminosa. El creyente sigue poseyendo la vieja naturaleza y sigue poseyendola hasta que él esté con el Señor. Entonces cuando muera, estaría libre de la presencia del pecado para siempre. (1)
Y como ejemplo, se usa esta ilustración: Una persona mayor de la India había recibido a Cristo como su Salvador. Pero encontró un problema y lo expresó a un misionero el problema. Le decía, “en mi corazón hay dos perros que se esfuerzan en el campo de batalla, un perro blanco y un perro negro. Y el misionero le preguntó, “¿Qué la haces al perro para que gane la batalla?” Y la respuesta fue sencilla: “¡le doy de comer!” (2)
Jesús pagó el castigo por nuestros pecados con su sangre y eliminó el poder de la naturaleza pecaminosa en el Calvario. Pero no creo que Jesús hubiera eliminado el poder de pecar carnalmente. Más bien, el problema que el cristiano tiene es con su “carne”. Vive en la carne aun hasta la muerte y su carne (en el sentido espiritual) le causa problemas. Por eso puede pecar carnalmente. Pero no es porque tiene una “naturaleza pecaminosa” . Cristo le dio la liberad de no ser un esclavo de su naturaleza vieja y pecaminiosa. Somos libres por su muerte y sangre en la cruz. Y somos libres de no ser esclavos ya. El cristiano sólo tiene una batalla con su carne.
La Naturaleza Pecaminosa
Según el Diccionario de la lengua española, la palabra “naturaleza” quiere decir: “Esencia y propiedad característica de cada ser”. (3) Entonces una naturaleza pecaminosa sería l
a escencia de pecar continuamente. Iría de acuerdo con lo que dice 1 Juan 3:8 -10, “ El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (4)
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Pero si el cristiano sigue practicando el pecado, no es cristiano porque tiene aun una “naturaleza pecaminosa”. De “practicar” el pecado es vivir pecando continuamente, y otra muy diferente es caer en pecado, en alguna ocasión, por causa de nuestra debilidad con la carne. Esto es motivo para acudir al Señor y pedirle perdón (1 Jn.2:1). El creyente que dice que no peca, hace a Dios mentiroso (1 Jn.1:10).
Esto concuerda con lo que Romanos 3:23 dice, “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.” El hombre sin conocer a Cristo tiene una “naturaleza pecaminosa”. (Juan 1:12).
La naturaleza pecaminosa es la capacidad humana y la inclinación de hacer algo que nos hace censurable a los ojos de Dios. Está relacionada con estos pasajes bíblicos: 2 Corintios 4:4; Efesios 4:18; y Romanos 1:18 a 3:20. El resultado de la naturaleza pecaminosa es la depravación total ( una falta absoluta del mérito del hombre ante Dios) y sufre la muerte física y espiritual. La transmisión de la naturaleza pecaminosa es de padres a hijos. (Salmos 51:5; Romanos 5:12). (5)
Efesios 2:3 dice que todos los hombres “éramos por naturaleza hijos de ira”, y toda la naturaleza del hombre es depravada. El concepto de “la depravación total” no es que cada hombre es lo más malo que pueda ser, sino más bien es que el hombre, a través de su naturaleza, está corrompido completamente por el pecado (Ro. 1: 18 3: 20). De acuerdo a ello, el hombre, en su voluntad (Ro. 1:28), su conciencia (1 Ti. 4:2) y su intelecto (Ro. 1:28; 2 Co. 4:4), está corrompido y depravado, y su corazón y entendimiento están cegados (Ef. 4:18). (6)
Cristo nos libró de la Naturaleza Pecaminosa
Vemos en estos textos que Jesús habló de un cambio del viejo hombre (o el hombre con una naturaleza pecaminosa que peca continuamente) al nuevo hombre.
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Mateo 9:16 – 17, “Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan.”
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Marcos 2:21- 22, “Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, el vino se derrama y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.”
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Lucas 5:36-39, “Les dijo también una parábola:—Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo, pues si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan. Y nadie que haya bebido del añejo querrá luego el nuevo, porque dice: “El añejo es mejor.”” (7)
Los que están en Cristo son una nueva criatura. No tienen una vieja y pecaminosa naturaleza. Están justificados y santificados.
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2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”Gal. 5:16 -1, “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.
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Romanos 4:25 dice “Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.”
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Romanos 5:1, “En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
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Romanos 6:4-6, “Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado (palaios = antiguo o viejo) con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;”
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Romanos 6:9-11, “sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre El. Porque por cuanto El murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios. Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.” [No vivimos con una vieja y pecaminosa naturaleza].
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Romanos 8:3-4, “Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
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Colosenses 3:3-4, “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”.
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Efesios 2:12-16, “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades (la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas), para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.”
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Colosenses 1:21-22, “En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus males acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de Él (Jesucristo), los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante Su muerte.”
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Colosenses 2:13-14, “Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz.”
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Colosenses 3:3-4, “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”.
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Colosenes 3:9-10, “Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza (palaios = antigua o vieja) con sus vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador.”
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Tito 3:4-7 , “Pero cuando se manifestaron la bondad y el amor de Dios nuestro Salvador, él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo, el cual fue derramado abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Así lo hizo para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos que abrigan la esperanza de recibir la vida eterna.”
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1 Pedro 1:3, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,”
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1 Pedro 1:22-23, “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
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1 Juan 3:6-9, “Por eso, cualquiera que sea amigo de Jesucristo, y quiera mantenerse unido a él, no puede seguir pecando. El que peca, no conoce a Jesucristo ni lo entiende. Hijitos míos, ¡que nadie los engañe! Todo el que obedece a Dios es tan justo como lo es Jesús. Pero el que siempre hace lo malo es amigo del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el día en que Dios creó el mundo. Por esta razón vino el Hijo de Dios al mundo: para destruir todo lo que hace el diablo. Ningún hijo de Dios sigue pecando, porque los hijos de Dios viven como Dios vive. Así que no puede seguir pecando, porque es un hijo de Dios.” (8)
Conclusión
La muerte de Cristo por nuestro pecados nos libró de la naturaleza pecaminosa. Pero como aun vivimos en la carne con sus deseos, podemos pecar. Por esto 1 Juan 1:9 existe. Pero la realidad es que Cristo pagó por los pecados pasados, presentes, y futuros con su sangre. 1 Juan 1:9 dice que solo debemos confesarlos. Realmente han sido pagados si somos creyentes en Jesucristo. Los cristianos no siguen con una naturaleza pecaminosa hasta la muerte. El cristiano ya no es un esclavo del pecado (Romanos 6:6). Nos “han sido libertados del pecado y somos hechos siervos de la justicia” (Romanos 6:18). En el momento de su conversión, el cristiano recibe una nueva naturaleza. Es instantáneo. Cuando una persona recibe a Cristo es como Jesús en ser declarado “santo”o “justificado”(Romans 5:1). Pedro dice que nos hemos convertido en “partícipes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:3). Un cristiano después de ser declarado justo, no llega a ser justo gradualmente. ¡Se le ha dado el don de la justicia a la persona en Cristo imediatamente! (9)
Respuesta a 1 Juan 1:5-10
Dice, “Éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.”
Dios es luz y si decimos que tenemos comunión con Él, tenemos que andar en luz. Si decimos que eramos y somos perfectos y que no hemos pecado nunca entonces Cristo no tenía que morir por nuestro pecado. ¡Pero esto es mentira!
Respuesta a Santiago 3:2
Dice, “Todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende de palabra, es una persona perfecta, capaz también de refrenar todo el cuerpo.” Este texto está hablando del< /span> maestros y el uso de las palabras (Santiago 3:1-4). Dice que si alguno no ofende en palabra este es varón perfecto (vs. 2). Pero es obvio que aun como creyentes ofendemos en el uso de palabras. Pero este texto no está hablando de la “naturaleza pecaminosa” ni es una muestra de ella. El cristiano puede pecar a través de la “carne” pero no es su “naturaleza pecaminosa”. Mirando el texto, si un creyente no frena su boca en el uso de ciertas palabras, puede ofender. La palabra “ofender “es πταιση δε εν εν. El griego está en el subjuntivo del aorista activo – πταιω- y quiere decir “tropezar”, como en Santiago 3:2 y Romanos 11:11. (10)
Caerse o tropezar no es lo mismo que pecar por la “naturaleza pecaminosa”. Una persona no tropieza continuamente como el no cristiano hace. Efesios 4:18 dice del no cristiano, “Su entendimiento está oscurecido porque están separados de la vida que viene de Dios y porque son ignorantes debido a lo terco que es su corazón”. Según Colosenses 2:14, “Teníamos una deuda porque no cumplimos las leyes de Dios. La cuenta de cobro tenía todos los cargos contra nosotros, pero Dios nos perdonó la deuda y clavó la cuenta en la cruz”. Romanos 6:2 dice, “”…Ya hemos muerto al pecado, así que no podemos seguir viviendo en el pecado” y Romanos 6:11 dice, “Así mismo, ustedes considérense muertos en cuanto al pecado y vivos para servir a Dios en Jesucristo.” y 11. (11)
En Cristo, hemos sido hechos partícipes de la naturaleza divina. (2 Pedro 1:4). Nos hemos convertidos en “un solo espíritu” con él. (1 Cor. 6:17). Dios no coexiste ni mora en unión con el pecado. Si fuera así nos quedaríamos con una naturaleza pecaminosa y Dios no podría morar en nosotros (Ef. 1:13). (12)
Los versículos arriba muestran que el cristiano no tiene una “naturaleza pecaminosa”. El que ha puesto su fe en Cristo ha sido declarado “justificado” porque Cristo pagó con su sangre el precio por los pecados en la cruz (Hebreos 9:28). La vieja naturaleza ya no existe. Pero el cristiano aún tiene sus luchas (1 Juan 1:9). Estas luchas están con su carne como vive en ella (Romanos 8:9-13; Gálatas 5:16, 6:8;1 Pedro 2:11). Pero Gal. 5:16 -17 dice, “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.
Fuentes:
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http://mx.answers.yahoo.com/question/index?qid=20090312161539AAzfdXE
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http://www.adorador.com/temasdoctrinales/27_el_pecado_su_caracter_y_universalidad.htm
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http://www.biblegateway.com/ , Merrill C. Tenney, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, Vol. 4, Zondervan, 1974.
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http://www.sermonindex.net/modules/newbb/viewtopic.php?topic_id=30004&forum=35&9
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http://www.sermonindex.net/modules/newbb/viewtopic.php?topic_id=30004&forum=35&9
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