Llega el momento, y estás al punto de morir, y empiezas a pensar – y tienes dudas de tu futuro… lo que vendrá después de morir. No lo has pensado mucho antes, ya que hay tanto que hacer. Y siempre hay más preocupaciones que, pues, dar espacio a pensar en tu muerte. ¿Verdad?
Pero, al llegar a este punto: ¿Hay otra cosa más importante? ¿Estás listo para este gran evento?
La Biblia dice que, después de la muerte, todos tenemos una cita con el Gran Juez. Dios requiere que vengamos delante de Él para dar cuentas. Y Él será el que juzga, no nosotros.
Es ¨chistoso¨ nuestra manera de pensar, a veces, pensando que: lo que yo hago o lo que yo pienso, mis pensamientos – son mios y no importan a nadie más. ¨Yo pienso tal…? ¿!Y qué!? Tu piensas a tu manera, y yo pienso como quiera yo. No trate de cambiarme.¨
Pero al llegar físicamente delante de Dios mismo, ¿Qué valen mis pensamientos y filosofías en ese momento trascendental? Lo que piensa Dios será el único que vale. ¿Y mis valoraciones? ¿Mi cosmovisión? ¿Cuánto valor tendrá realmente al estar delante del Juez del Cosmo? ¿Hará ajustes Dios – para acomodar a mi? ¡Lo dudo! La Biblia dice que no.
Tenemos que estar listo para este encuentro con Dios. Dios nos dio la Biblia para saber más de Él y Su plan para con nosotros. El sabio busca saber más de Él.
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