#1 – LA EDAD DE ORO DEL ISLAM
¿Florecieron las artes y las ciencias en los territorios regidos por el Islam en la Edad Media?
La mayoría de la gente respondería que sí. Sin embargo, éste es un mito propagado no sólo por los apologistas del Islam, sino también por aquellos ideólogos liberales cuyo desprecio por la civilización occidental los ha llevado a glorificar cualquier cosa que venga de afuera, especialmente si puede ser presentada como una víctima de occidente. Una de las metodologías para hacer esto en tiempos modernos es inflar artificialmente los logros históricos, culturales y científicos de otras civilizaciones.
Un ejemplo típico en el pasado ha sido el “salvaje noble”. En este concepto el hombre primitivo era superior al hombre civilizado, al menos en la mente de Rousseau, Gauguin y Picasso. Todos ellos descubrieron al final que el salvaje noble era ilusorio. En las Américas se intentó lo mismo al pintar a las civilizaciones de indios norte, centro y sudamericanos, como superiores al hombre moderno. En realidad fueron salvajes que le arrancaban el corazón viviente aún a los propios integrantes de sus clanes.
Imponer en las masas el mito de la Edad de Oro del Islam es imprescindible para los apologistas del Islam a los efectos de maquillar la escuálida situación presente, donde las características más salientes de las regiones que lo albergan son el cruento terrorismo, la decadencia de los sheiks del petróleo y el brutal trato de las mujeres.
El reclamo que adjudica al Islam los logros culturales y científicos de la Edad Media está basado en el hecho de que a partir del siglo octavo hasta los albores del Renacimiento y la Reforma, un número de pensadores y científicos, muchos de ellos no musulmanes, jugaron un rol muy importante en transmitir conocimientos de las culturas griega, hindú, egipcia, persa y otras, al mundo occidental. Entre otras cosas, hicieron posible que el mundo cristiano conociera el pensamiento aristoteliano (no necesariamente algo beneficioso). Todo lo que hicieron fue transmitir la cultura de países no musulmanes a los países de Europa Occidental. Hubo contadas excepciones, pero en general el aporte de los musulmanes a la cultura de entonces, tanto como a la actual, fue y es insignificante.
Es evidente que el semi-barbarismo de los pueblos de la península arábiga fue incapaz de aportar nada a la cultura de la época. Con el avance de su conquista, los musulmanes asimilaron elementos de las corrientes culturales de los pueblos vecinos (Grecia, Bizancio, Egipto, Persia), creando un sincretismo muy peculiar. Muchos de los pensadores que surgieron de filas del Islam absorbieron las enseñanzas Aristotelianas y neoplatónicas y al incorporarlas al Islam, crearon un monstruo de siete cabezas ya que estas ideas filosóficas eran contrarias al Islam. El único conocimiento que el Islam reconoce es el conocimiento religioso. Es por ello que estos filósofos que fueron contra el canon sufrieron persecución, exilio, y aún la muerte. Hubo también otros filósofos de renombre que se movieron dentro de la cultura del Islam, pero sin ser musulmanes.
Pongamos ciertos nombres en el tapete: Averroes, en España, influenció a judíos y cristianos con sus interpretaciones de Aristóteles. Sus escritos produjeron la reacción de los déspotas musulmanes de turno y fue ejecutado. Sus obras sobre lógica y metafísica fueron incineradas, y por lo tanto no dejó ninguna herencia académica.
Un contribuidor no musulmán a la filosofía europea fue Moses Maimonedes, quien escribió desde Egipto. Un cristiano, Constantino “el africano”, nativo de Cártago, tradujo las obras de medicina del árabe al latín, introduciendo en el proceso la medicina griega al occidente. Fue famoso por sus traducciones de Hipócrates y Galeno.
En las ciencias exactas, Al-Khwarzimi, matemático y astrónomo, coleccionó y ordenó los descubrimientos de matemáticos antiguos. Sus traducciones de los conceptos matemáticos de los hindúes fueron el eslabón entre los grandes matemáticos de la India y los eruditos europeos. Bernard Lewis, en su libro What Went Wrong? explica que el imperio musulmán heredó “el conocimiento y los talentos del antiguo Medio Oriente, Grecia y Persia. Le incorporó nuevas e importantes innovaciones desde afuera, tales como el manufacturado de papel y los números decimales de la India”. Erróneamente, cuando el concepto de números decimales se transmitió al Occidente, se les llamó números árabes. De esa forma, en lugar de honrarse a los inventores, se dio la gloria a los transmisores.
Es de notarse que salvo contadas excepciones, todos los logros en el campo de la arquitectura, las artes, la filosofía, las ciencias, etc., durante la “Edad de Oro” del Islam, no fueron más que el producto de mentes que se beneficiaron del trabajo y los adelantos de las culturas vecinas. Ello sucedió porque las hordas musulmanas no alcanzaron a destruir completamente las bases culturales de las regiones invadidas. Dar crédito al Islam por los eminentes historiadores, poetas, filósofos y científicos de la época es equivalente a darle crédito a Hitler porque durante su gobierno se destacaron científicos cuyas investigaciones hicieron posible los viajes ínter espaciales. Sea como sea, los avances logrados durante la dominación islámica en Europa y otras regiones, no sucedieron gracias al Islam, sino a pesar del Islam.
Materiales de apoyo
*The Golden Age of Islam is a Myth, Serge Trifkovich. (http://www.frontpagemag.com/Articles/ReadArticle.asp?ID=4626)
* Valentín Gonzalez, El Desafío del Islam, Clie
* Exposing the Myth of an Islamic Golden Age (http://www.waronjihad.org/goldenage120905.html)
* Myths about the Golden Age of Islam http://www.chowk.com/articles/8535
* Examining the “Golden Age of Islamic Civilization” http://www.orthodoxytoday.org/articles/ChancyIslam.php
#2 – LA TOLERANCIA DEL ISLAM
“Los judíos y los cristianos, como “pueblos del libro”, fueron protegidos y respetados en los territorios conquistados por las fuerzas del Islam”.
Este slogan propagandístico ya ha sido ampliamente refutado en el libro de la escritora Bat Ye’or (seudónimo) The Dhimmi: Jews and Christians under Islam (1985/2003), www.dhimmitude.org . El libro está exhaustivamente documentado. Su autora creció y vivió en Egipto observando de cerca el trato que reciben los no musulmanes, también llamados “infieles”. Recomendamos su lectura para el lector interesado en entender la mentalidad musulmana.
Dhimmi es el término árabe con el cual se denomina a aquellos que no son musulmanes pero viven en los territorios conquistados por el Islam. En los tiempos en que los ejércitos del Islam conquistaban nuevos pueblos, estos eran confrontados con la alternativa ya sea de convertirse, morir, o vivir como gente conquistada, dhimmi.
Vivir como un dhimmi significaba pagar altos impuestos y peajes, vivir como ciudadano de segunda categoría siempre rindiendo honores a sus vecinos musulmanes, y tener prohibido ejercer ciertas profesiones. En algunos casos significaba usar cierto tipo de vestimenta e insignias (Hitler aplicó esto más adelante) que los distinguía de los musulmanes, y no poder caminar por los mismos lugares que los musulmanes lo hacían. En ciertas situaciones, pasar a un musulmán por el lado equivocado podía provocar una golpiza de tremendas proporciones para el dhimmi. Entre las reglas que se debían seguir hasta se encontraba la forma de montar una mula de cierta forma, de modo que el dhimmi se distinguiera de un musulmán.
El libro que recomendamos al comenzar señala correctamente que existieron durante la historia escasos y breves períodos de tolerancia cuando la dhimmitud fue regulada, pero las regulaciones a menudo fueron pisoteadas o derogadas por los déspotas de turno. En algunos casos, el fanatismo y la cólera de los clérigos eran suficiente para enardecer a las turbas musulmanas y lo que era una seguridad regulada, de un día para el otro se convertía en una pesadilla para los no musulmanes.
Del mismo modo, cuando la población musulmana expresaba su intolerancia o manifestaba su envidia por la prosperidad de los dhimmis(una sociedad donde la gente debe orar cinco veces al día no deja mucho lugar al progreso), las comunidades eran desalojadas, las mujeres violadas, los niños eran secuestrados y forzados a convertirse. Rescates exorbitantes eran exigidos, y en el peor de los casos, poblaciones enteras de dhimmis eran masacradas ante la pasividad de las autoridades musulmanas.
Otro “cliché” propagandístico usado por los apologistas del Islam y la mentalidad liberal de nuestros días consiste en promover la idea de que durante la historia, el Islam permitió practicar otras religiones en los territorios conquistados. Este es otro ejemplo, dicen ellos, de la tolerancia del Islam.
Para la mente realista, “tolerancia” e “Islam” son términos imposibles de reconciliar. Para las masas ignorantes la idea de “tolerancia islámica” es fácil de digerir. Pero lo que es incomprensible es que académicos de occidente promuevan la idea.
En realidad, la tolerancia religiosa en los territorios conquistados por los mahometanos fue un mito. Un análisis objetivo muestra que las opciones manejadas por los califas en las naciones conquistadas fueron:
- Exterminio total de los no musulmanes (esto hubiera causado más guerras, estancamiento del crecimiento económico, y la imposibilidad de seguir invadiendo más tierras).
- Permitir la libertad religiosa (lo que no sólo contradice el Corán, sino que en sus últimas consecuencias destruye las sociedades islámicas al promover los derechos humanos básicos que son negados en el Islam).
- La doctrina del desgaste.
La opción número tres fue la escogida. Consistió en no prohibir la práctica de otras creencias, pero al mismo tiempo implantar restricciones humillantes a los judíos y cristianos, entre otros. Ya hemos mencionado algunas de éstas. En el sentido religioso estricto, algunas de las restricciones fueron: cargos de impuestos especiales sobre los edificios de las iglesias, las procesiones fueron prohibidas, así también como los toques de campanas y la construcción de nuevas iglesias y sinagogas. Muchos templos y sinagogas existentes fueron convertidos en mezquitas. Los cristianos no podían ingresar al ejército pero de todas maneras debían pagar impuestos para sustentar los ejércitos.
Algunas grupos cristianos de corte sacramentalista como los sirios, los caldeos y cópticos, aún viven dentro de este esquema. Decidieron someterse y ser regulados por los gobiernos musulmanes, y son hoy en día víctimas de su propia cobardía. Esto contrasta con la actitud de muchos cristianos protestantes. En Sudán, algunos pastores son quemados por el gobierno islámico, sus esposas violadas y sus niños vendidos como esclavos. Decidieron ser libres en Cristo antes que someterse.
Algunos casos de “tolerancia” musulmana:
- Diciembre 30, 1066 – El vizier judío de Granada, España, fue crucificado y el distrito judío arrasado, sus 5000 habitantes ejecutados. La turba fue provocada por las prédicas inflamatorias de los predicadores musulmanes. ¿El delito de los judíos? Prosperidad económica.
- 1465 – Hordas musulmanas en Fez, Marruecos, masacran miles de judíos. Sólo once sobreviven. Causa de la matanza: Un oficial de la ciudad de origen judío trató a una mujer musulmana de una “manera ofensiva”. Los asesinatos provocan una ola de sucesos similares por todo Marruecos. Fuentes: Norman Stillman, The Jews of Arab Lands, (PA: The Jewish Publication Society of America, 1979), p. 84; Maurice Roumani, The Case of the Jews from Arab Countries: A Neglected Issue, (Tel Aviv: World Organization of Jews from Arab Countries, 1977), pp. 26-27; Bat Ye’or, p. 72; Bernard Lewis, The Jews of Islam, (NJ: Princeton University Press, 1984) p. 158.
- Otras masacres de judíos en tierras dominadas por los árabes ocurrieron en Marruecos en el siglo 8vo. y en el siglo 12 en Libia en 1785, Algeria en 1805, 1815 y 1830. Fuente: Stillman, pp. 59, 284.
- Decretos promulgando la destrucción de sinagogas: Egipto y Siria (1014, 1293-4, 1301-2), Irak (854859, 1344), Yemén (1676), Marruecos (1275, 1465, 1790-92), Bagdad (1333, 1334). Fuente: Roumani, pp. 26-27.
- La situación de los judíos en territorios del Islam fue aun más degradante en el siglo diecinueve. Los judíos en el norte de África (Alegría, Túnez, Egipto, Libia y Marruecos) fueron obligados a vivir en guetos. En Marruecos, la comunidad judía fue forzada a caminar descalza o con calzado de paja cuando sus habitantes salían del gueto. Hasta los niños muslimes participaban en la degradación de los judíos, ya sea arrojando piedras o burlándose de varias formas. Fuente: G.E. Von Grunebaum, “Eastern Jewry Under Islam,” Viator, (1971), p. 369. New York Times, February 19, 1947).
- Desde las arenas de Egipto, pasando por Armenia y todo el territorio bizantino, el sur de Europa y llegando a España, se oyen aun los clamores de miles de pobladores que cayeron bajo la espada del Islam. Las hordas musulmanas dejaron un reguero de sangre por toda la historia. Sumado a esto, la “doctrina de desgaste” tuvo un éxito total, al punto de que debido a la asfixia sobre los grupos cristianos a través de los siglos y hasta el presente, estos ha sido reducidos a grupos insignificantes en los países dominados por el Islam. Por supuesto que en Arabia Saudita ni siquiera existen, y esto no debido a la doctrina del desgaste sino a la persecución fanática del régimen gobernante.
Lo anterior no es más que el vértice del témpano, podríamos continuar ad infinitum. Los desmanes continuaron durante todo el siglo veinte y en el presente. El espacio simplemente no alcanza para exponer los datos históricos.
Comentarios finales:
Estas cosas no son ni siquiera mencionadas por los medios de comunicación masiva y los intelectuales de occidente, que salvo honrosas excepciones, se caracterizan por una actitud sumisa y complaciente para con los desmanes de los gobiernos islámicos, la cobardía ante el terrorismo y el temor de ofender a los gobiernos islámicos al rehusar terminantemente reconocer el fundamento judeo-cristiano de nuestra civilización. Por supuesto que esto va acompañado por una serie de disculpas, ya sea por las cruzadas, por la disparidad económica y otras cosas. Parte del paquete de sumisión son: las simpatías por la causa del pueblo palestino, el mismo que danzó en las calles cuando las torres gemelas fueron destruidas; la incriminación a Israel como culpable de la situación; la insistencia de que el Islam es una religión de paz y que los terroristas no son verdaderos musulmanes; y finalmente, la proclamación de la eminente supremacía de la civilización musulmán sobre la europea, adjudicando hipócritamente un origen islámico a las ciencias y las instituciones de occidente. Esta actitud servil es similar a la del dhimmi cristiano que debía desmontar de su burro cuando se encontraba con un musulmán, o cuando durante la época de la Palestina Otomana en el siglo diecinueve, tenía que caminar por debajo de la vereda para mostrar deferencia al musulmán. Este es el verdadero rostro de la “tolerancia” del Islam. <>
Obras de apoyo
- Bat Ye’or, The Dhimmi: Jews and Christians under Islam (1985/2003), Associated University Presses, Cranbury, New Jersey.
- Valentín Gonzalez, El Desafío del Islam, Clie
#3 – EL ISLAM ES UNA RELIGION DE PAZ
“La palabra árabe “Islam” simplemente significa sumisión, y deriva de una palabra que significa “paz”. En el contexto religioso significa completa sumisión a la voluntad de Dios”. (Understanding Islam and the Muslims, publicado por el “Islamic Affairs Department de la embajada de Arabia Saudí en Washington D.C.)
¿Será el Islam una religión de “paz, amor y tolerancia”, como dicen los medios de comunicación, el gobierno y los musulmanes moderados? ¿O es una religión de odio, maldad, violencia y muerte? El Islam radical, que dicho sea de paso es el verdadero Islam, cree que el Islam es la única y verdadera religión y que su deber moral, recibido por orden de su dios, Alá, es forzar a todo el mundo, a todos los pueblos, a aceptar la ley islámica. El llamado a la oración por parte de los almuédanos desde los alminares dice que nadie tiene el derecho de adorar a ningún dios que no sea Alá, o a seguir las enseñanzas de otro profeta que no sea Mahoma. Para Bin Laden y otros fundamentalistas musulmanes, todas las demás religiones son falsas y deben ser destruidas.
Desafortunadamente, en los EEUU, y comenzando con el gobierno, nadie se anima a decir que estamos frente a una religión malvada en su médula. La obsesión por ser políticamente correctos ha llevado a decir a figuras importantes en el gobierno que el Islam es una religión de paz. La base de este pensamiento radica en que el liberalismo ha ganado terreno en todas las áreas de la vida de este país. El mantra es que todas las religiones son buenas y pacíficas. El problema es, o la absurda conclusión es — que si todas las religiones son verdaderas, buenas y pacíficas, ¡la religión de Bin Laden y de Sarqawi es verdadera y pacífica! De ahí que el liberalismo de EEUU es impotente para combatir el terrorismo. Los conservadores, a su vez, al rehusarse a aceptar que esta es una guerra religiosa, y temiendo ofender a los musulmanes si así lo hacen, también corren peligro de perder esta guerra en muchos frentes.
El silogismo liberal va así:
1) Todas las religiones son religiones de paz.
2) El Islam es una religión.
3) Por lo tanto, el Islam es una religión de paz.
La primera premisa es falsa, todas las religiones no son de paz. La religión de Jim Jones (900 personas se quitan la vida en 1978) fue falsa, malvada y violenta. La secta hindú de la diosa Kali es falsa, malvada y violenta. Las sectas ocúlticas y satánicas que sacrifican niños no son pacíficas. La realidad muestra que no toda religión es buena y pacífica, y el Islam no lo es tampoco. Pero para disfrazar esto y no enfrentar la realidad, el gobierno y los medios de comunicación masiva pretenden hacernos creer que los terroristas o los fundamentalistas musulmanes no siguen en realidad las enseñanzas reales del Islam — y dicen: “los terroristas han tomado el Islam como rehén”, o “los terroristas no son verdaderos musulmanes”. También los clasifican como “fundamentalistas”. Este último término lo usan en forma peyorativa, de la misma forma que lo usan con los cristianos, pero el mismo término los traiciona.
La definición de “fundamentalista” es: Alguien que sigue las enseñanzas de una religión al pie de la letra tal cual fue enseñada por su fundador y los textos primarios. En el caso del Islam, un fundamentalista es el verdadero musulmán. Los terroristas son los verdaderos musulmanes. Ellos actúan basados en lo que el fundador del Islam enseñó en los Hadices y lo que el Corán ordena. Es por ello que se les llama “fundamentalistas”.
El resto, llamados “moderados” o “clásicos” no son verdaderos musulmanes. Bien pueden ser llamados musulmanes “liberales”, de la misma forma que los cristianos que no creen en los fundamentos bíblicos son llamados “liberales”. El musulmán liberal, al proclamar que el Islam es una religión de paz que no invita a la violencia, niega los preceptos de su religión. Aquellos que tienen la esperanza de que los musulmanes pacíficos o moderados tomen control de la situación en el mundo islámico han perdido contacto con la realidad. La mayoría de los musulmanes, los pacíficos, no gravitan para nada en el desarrollo de este conflicto
Conclusión
Para saber si el Islam es una religión pacífica sólo basta considerar que el Islam está involucrado en el 95% de los conflictos armados en el mundo. Las tres mil víctimas del 11 de setiembre, los cuerpos destrozados en los atentados por los hombres bomba palestinos, los horrendos degollamientos de los rehenes en Irak, los genocidios en África, los decapitados en las Filipinas, las iglesias quemadas y los cuerpos acribillados de cristianos en Pakistán, las masacres de cristianos en Indonesia, y el horripilante baño de sangre de niños en la escuela de Beslán, son suficientes para conocer la verdadera naturaleza de la religión del Islam. <>
Obra de Consulta
- Dr. Robert Morey, Winning the War against Radical Islam.
#4 – “JIHAD” (GUERRA SANTA) SIGNIFICA “LUCHA” POR VIVIR UNA VIDA “BUENA”
“El término “jihad” se refiere a la guerra que existe en el interior del hombre para poder vencer los apetitos del cuerpo”.
Este es un mito forjado con la finalidad de suavizar o diluir la carga semántica de la palabra “jihad” (guerra santa), cuyo significado es “guerra santa”. Debido a la clara connotación violenta del término, la estrategia de los propagandistas musulmanes ha sido decirle al público que cuando el Islam habla de practicar “jihad”, se refiere a una lucha espiritual para combatir los deseos carnales.
Es cierto que algunos a través de la historia han definido Jihad como una lucha individual por mejorarse moralmente a sí mismo. Esta definición surgió con los místicos musulmanes, que dicho sea de paso, fueron también perseguidos y asesinados por los musulmanes tradicionales. Es aparente que su definición de jihad no tuvo ni tiene aceptación entre los jihadistas de bomba y metralleta.
Cuando se trata de hallar el significado de un término religioso, no sólo se debe ir a las enciclopedias y diccionarios, ya que sus autores pueden responder a intereses creados. Por supuesto que existen enciclopedias y diccionarios de integridad académica, pero se debe tener en cuenta que una evaluación fidedigna de la realidad, así como una erudición confiable, no siempre están presentes en las páginas de tales obras populares. Por lo tanto, lo que toma prioridad sobre las enciclopedias son los documentos y las acciones de los fundadores de una religión y ver como ellos entendían los términos y cuales eran los conceptos detrás de ellos.
Daniel Pipes escribe en referencia al significado de “jihad”:
El Corán invita a los musulmanes a dar sus vidas a cambio de garantías de paraíso. El Hadith (relatos de las acciones y afirmaciones personales de Mahoma) elaborado sobre el Corán, proporciona prescripciones específicas sobre tratados, pagos, botines, prisioneros, tácticas y mucho más. Los juristas musulmanes tejieron entonces estos preceptos en un órgano de ley. Durante sus años en el poder, el profeta se implicó en una media de nueve campañas militares al año, o una cada cinco a seis semanas; así que la jihad sí que ayudó a definir el Islam desde su mismo amanecer. La conquista y la humillación de los no musulmanes eran una característica capital de la jihad del profeta. {énfasis nuestro} (http://es.danielpipes.org/article/2676)
Por si acaso alguien argumentara que a través del tiempo el significado de “jihad” hubo evolucionado hasta ser ahora un término que define el esfuerzo por llevar una vida moralmente buena, deseo recordarle al lector que el finado Saddam Hussein, previo a la invasión americana, hizo que sus sus líderes islámicos apelaran a los musulmanes de todo el mundo para que se unieran a su jihad para derrotar a los “malditos americanos” en el caso que estos atacaran Irak. A continuación amenazó él mismo a Estados Unidos con la jihad.
Por su parte, el Dr. Robert Morey señala acertadamente en su libro, Winning the War against Radical Islam, que cuando alguien busca entender lo que una religión enseña, es muy importante diferenciar entre las enseñanzas oficiales de la religión y las opiniones personales de alguien que dice ser un seguidor de esa religión. Morey continúa explicando con un ejemplo práctico:
La iglesia católica— ¿Qué enseña con respecto al aborto? La única forma de averiguar esto es examinar las obras generales de referencia y las publicaciones oficiales de la Iglesia. Una vez que hemos examinado los diccionarios, las enciclopedias, los libros de teología etc., es claro que el aborto es condenado por la Iglesia católica. Supongamos que mi vecino dice ser católico apostólico romano y a la vez le escuchamos decir: “El catolicismo no critica el aborto, yo lo sé porque soy católico y yo apruebo el aborto”. Si no queremos decir que esta persona está mintiendo, por lo menos podemos decir que está expresando una opinión personal —– y eso es todo, una opinión. Pero eso no altera la enseñanza oficial de su religión. Nosotros no podemos decir, basados en lo que esta persona dice, que la iglesia católica aprueba el aborto.
Lo mismo sucede con “Jihad”
La única forma de conocer el significado de “jihad” es ir a las obras de referencia, los tratados, las enciclopedias y las declaraciones oficiales de la religión.
No nos interesa la opinión de nuestro vecino Abdula. Esa es sólo una opinión y como tal, no altera lo que la religión enseña. Lo mismo es cuando el Consejo para Relaciones Árabe-Americanas, u otro grupo islámico viene y nos dice que “jihad” nos habla de la lucha interior del hombre por renunciar a los apetitos de la carne. En este caso nos están mintiendo — pero tampoco esto cambia lo que enseña la religión.
La realidad es que si buscamos en las decenas de diccionarios, enciclopedias, en los cientos de obras de autores islámicos y no islámicos, en las publicaciones oficiales de la religión, y las declaraciones de los clérigos prominentes, vamos a ver el significado real de la palabra “Jihad”.
Ejemplo:
“Jihad significa la conquista de territorio que no es musulmán, el dominio de la ley coránica de un extremo a otro de la tierra… es la meta final… de esta guerra de conquista.”
Ayatolah Khomeini
Las siguientes son las palabras del sheik Abdullah bin Mahoma bin Hamid, el máximo líder de la Mezquita Sagrada de Meca, el lugar más sagrado en el mundo del Islam —- Meca es para los musulmanes lo que el Vaticano es para los católicos. Los pronunciamientos de Meca son equivalentes a los pronunciamientos del Papa:
Alabado sea Allá quien ordenó “Al Jihad” (pelear por la causa de Allá)
1) Con el corazón (intenciones y sentimientos)
2) Con la mano (armas)
3) Con la lengua ( sermones – oratorias) y ha recompensado al que así obra en los altos jardines en el paraíso
The Call to Jihad en el Corán (Sahi Bukhari, vol. 1, p. 22)
Conclusión: Ya sabemos lo que significa el término — Cuando los clérigos islámicos llaman a “jihad” no están exhortando a sus oyentes a matar los apetitos de la carne. Están llamándolos a ponerse en campaña para matarlos a ud y a mí, que no somos musulmanes. <>
#5 – EL CORAN PROHIBE EL SUICIDIO
Los musulmanes “moderados” acostumbran a decir muchas cosas que no son verdad para salvar la reputación de su religión. Nótese que encerramos “moderados” entre comillas ya que consideramos que la existencia de tal clase de musulmanes es un mito. Frente a la triste realidad de los atentados de los hombres bomba, algo que ya es parte del folklore del Islam, los “moderados” declaran enfáticamente que el Corán prohíbe el suicidio. Cuando se les pide que mencionen algún pasaje del Corán que confirme el reclamo, ellos harán referencia a un pasaje en el Sura (capítulo) 4:
“¡Creyentes! No os devoréis la hacienda injustamente unos a otros. Es diferente si comerciáis de común acuerdo. No os matéis unos a otros*. Dios es misericordioso con vosotros. A quién obre así, violando la ley impíamente, le arrojaremos a un Fuego. Es cosa fácil para Dios”. Corán 4:29-30
Si a usted, amigo lector, se le hace difícil ver en este pasaje una prohibición del suicidio, no se preocupe. Tal prohibición no existe en el texto. El Tahrike Tarsile Qur’an (Eimhurst, New York) trae al pie de página este comentario referente a la cláusula con el asterisco:
“Lit. ‘no os matéis’. Se ha visto también aquí una prohibición del suicidio (?). Al parecer, algunos creían que no se aceptaba su arrepentimiento si no se daban la muerte”
Es aparente que los propios comentarios del Corán son bastante tímidos al respecto. El signo de interrogación entre paréntesis habla por sí solo, por lo tanto el reclamo de los musulmanes moderados para salvar la nefasta imagen de su religión, es más que raquítico.
Otra prueba que debilita aun más el argumento es que los grupos terroristas del Islam no parecen estar muy impresionados con el pasaje. ¿Han acaso mal entendido el Corán? Para ellos la mejor forma de alcanzar salvación es morir (suicidarse) y al mismo tiempo matar a los infieles. Alá ha reservado los mejores asientos para ellos en el paraíso (Corán 9:111).
¿Y qué decir de este Hadith donde Mahoma exalta el suicidio de un seguidor?:
…… El pueblo dijo: “Las buenas obras de Amir se han perdido porque se ha matado”. Yo retornaba en el momento que ellos hablaban acerca de eso, Fui y le dije al profeta: “¡O profeta de Alá! El pueblo clama que las buenas obras de Amir se perdieron”. El profeta dijo, “Cualquiera que diga eso es un mentiroso, porque Amir tendrá doble recompensa al haberse esforzado para obedecer a Alá y peleó por la causa de Alá. Ninguna otra forma de muerte le hubiera garantido una más grande recompensa”. (Hadith de Sahih Bujarí, Volume 9, Book 83, Number 29)
Obviamente los hombres bomba del Islam tienen aquí apoyo para su conducta. Ningún musulmán, absolutamente ningún musulmán que se precie de serlo, se atrevería a negar este pasaje del Hadith más respetado del Islam.
¿Hombres bomba homicidas-suicidas en la Biblia?
Aunque parezca increíble, algunos apologistas del Islam pretenden encontrar apoyo para los atentados terroristas del hombre bombas en la Biblia. Una página islámica despliega un artículo titulado Suicide Bombings in the Bible, el cual expresa que “auto-sacrificio y dar la vida intencionalmente, y tomar el mayor número posible de vidas con uno por la causa de Dios Todopoderoso”, es aprobado por la Biblia y ejemplarizado en la historia de Sansón (http://www.answering-christianity.com/suicide_bombing_in_the_bible.htm).
Como recordará el lector, durante su cautiverio Sansón pidió fuerzas a Dios para derribar el templo del dios Dagón donde celebraban miles de líderes filisteos. Dios concedió el pedido de Sansón y éste tiró abajo la estructura muriendo él y un número indeterminado (pero alto) de filisteos. La narración bíblica deja en claro que Sansón dijo: “Muera yo con los filisteos” (Jue. 16:30). Se trató de un acto voluntario de Sansón sabiendo que su propia vida llegaría a su fin.
La interrogante es: ¿Existe un paralelo entre el acto de Sansón y los actos de los hombres bomba del mundo del Islam? En ninguna manera. Consideremos los siguientes puntos:
1) Sansón fue Juez de Israel. Como tal debía aplicar el principio bíblico conocido como “herem”, la tarea de eliminar la idolatría en la tierra de Israel. Ya sabiendo que su carrera como juez de Israel había llegado a su fin, opta por asestar un golpe letal al liderazgo del enemigo mortal de Israel, los filisteos, con quienes los israelitas venían sosteniendo una prolongada guerra. Las acciones de Sansón se encuadran dentro de los parámetros militares de guerra. Los que perecieron en el derrumbe fueron líderes políticos y militares. Las víctimas de los atentados terroristas de los hombres bomba, por el contrario, son civiles (niños y jóvenes incluidos), no sólo en Israel sino también en países como Irak, donde las víctimas son musulmanes de diferentes facciones.
2) Lo que hizo Sansón (llevarse con él a miles de enemigos) fue un acto único en toda la Biblia, no se repite. Dios nunca incluyó el suicidio como un recurso válido para ser usado en la conquista de las tribus caananitas. La prohibición del suicidio en la Biblia está dada en el contexto del sexto mandamiento (No matarás con premeditación) y ésta incluye por inferencia lógica el suicidio.
3) El suicidio en la Biblia es siempre asociado con las nociones de ruina espiritual y desobediencia (casos de Saúl, Zimri y Judas). Ciertamente Sansón padeció de ambas. El hecho de que Dios le haya concedido su petición de ser fortalecido no quiere decir que Dios apruebe el suicidio, sino que en el plan soberano de Dios el deseo de Sansón coincidió o se entrelazó con el juicio ya decretado por Dios sobre los filisteos. Recordemos que la implementación de este juicio sobre los canaanitas involucraba acciones militares específicas, y estaba justificado en base a que los canaanitas ya habían escuchado las advertencias contra la idolatría desde los tiempos de Abraham (siglos antes).
4) El mandamiento de poseer la tierra por parte de Dios nunca se extendió más allá de la zona geográfica de la tierra prometida. El principio de “herem” fue limitado en tiempo y espacio. No fue una directiva de Dios para ser implementada en todas las épocas. El Islam, por su parte, tiene como puntal misionero el subyugar a todas las naciones aun en el día de hoy.
5) El intento de presentar a los hombres/mujeres bomba como mártires por la causa del Islam y considerar a Sansón como un mártir similar a los “jihadistas”, es falaz. Los mártires bíblicos fueron ejecutados por los enemigos de su fe. No se armaron para pelear por Cristo y matar el mayor número posible de víctimas.
Hemos visto, entonces, que los argumentos de los apologistas del Islam no pasan de ser un intento desesperado de disfrazar y atenuar la horrible realidad de los actos realizados por aquellos que siguen los preceptos de una religión instigada por el odio y sedienta de sangre.
Pablo Santomauro fue subdirector de CIR. “Apología Cristiana”, CIR, P.O.Box 846, Montebello, Cal. 90640-EE.UU. URL de CIR: (en español). El Centro de Investigaciones Religiosas (CIR) es una organización interdenominacional especializada en la apologética de sectas. Fue pastor ordenado, autor profuso de artículos relacionados con la disciplina de la apologética cristiana y conferencista especializado en sectas y religiones comparada.
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