Hay una lista enorme de creencias que muchos dicen que hace falta creer para ser salvo. La Iglesia Católica cree que la salvación pertenece a la Iglesia Católica, entonces si hago lo que la Iglesia manda, tengo las esperanzas de un día llegar a ser salvo.
Ciertas grupos bautistas creen que soy salvo si estoy bautizado primero por agua. Este acto muestra que soy salvo.
Y hay iglesias que existen que creen que si creo en las sanidades o incluso si hablo con lenguas extrañas, esto es una muestra que soy salvo.
La lista de ser salvo podría llegar a ser muy, muy extensa dependiendo de que iglesia sigo.
- Pero mi salvación no creo que tenga que ver con la iglesia que asista. La Iglesia en si no me salva.
- Si estoy bautizado, de cualquiera manera, esto es importante, pero tampoco me salva. Ejemplo, ¿Qué hacemos con el ladrón que estaba a lado de Cristo en la cruz? No fue bautizado. (Lucas 23:43).
- Y si hablo en lenguas humanas o incluso angélicas (1 Corintios 13:1), esta tampoco me salva.
- Puedo ser una persona que no peca mucho y ser una persona humilde, trabajador, bien pensado, y buenos a los vecinos. Pero esto tampoco me salva.
La Biblia enseña claramente que soy un pecador. Todos somos pecadores desde nuestra concepción (Gen. 8:21; Sal. 51:5). Estuvimos en el lomo de Adán desde el principio (Génesis 13:15). Y el pecado de Adán fue imputado a nosotros (Rom. 5:18). Dice en Romanos 3:23, “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.” El pecado ha pasado a todos los hombres (Romanos 5:12), menos a Jesús.
Jesús fue el único hombre que no pecó (Hebreos 4:15; Santiago 1:13; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:22, 23). Puede creer que sólo fue un hombre, o un profeta, o incluso alguien muy especial. Pero la Biblia enseña que era la segunda persona de la Trinidad, Dios en carne: Dios- hombre (Juan 8:58). Como Charles C. Ryrie dice en Lucas 1:5, “La concepción virginal de Jesús fue un milagro especial llevado a cabo por la Tercera Persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, por lo que la Segunda Persona de la Trinidad, el eterno Hijo de Dios, tomó para sí una genuina, aunque sin pecado, naturaleza humana y nació como hombre, sin renunciar a su deidad en ningún aspecto.”
Ahora en cuanto al pecado, hay personas que no son muy malas. No matan, no hacen daño a nadie, y son consideradas “buenas personas”. Vamos a pensar en ellos por un momento. Vamos a imaginar que su vida es como un libro y cada página representa un año de vida. Y si viven 70 años, hay 70 páginas en su libro. Ahora, cada año se escriben en una página las cosas positivas y las cosas negativas (o los pecados). Ahora, ¿qué puede ser un pecado? Pues hay una lista muy larga en el artículo titulado, “El pecado por Adán” de cosas que podríamos considerar “pecados”. Pero vamos a la Biblia y ver lo que ella dice. En Santiago 4:17 dice, “y sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Entonces, pueda haber muchas páginas en este libro con buenas cosas escritas pero también pueda haber cosas muy malas porque abarca 70 años de vida. Así que, con todo lo que escribe en este libro, dudo seriamente que no haya páginas que no tengan pecados.
Curiosamente, hablando del pecado, hay ciertas personas que digan que el pecado no exista porque las cosas negativas que existen pueden venir de un karma malo, o de una cultura mala o incluso del ambiente malo. Pero, si aceptamos el argumento de la Biblia en que el hombre es un pecador y miramos las noticias, y la historia humana, y los deseos humanos, y el corazón del hombre, concluimos que sí es verdad: ¡el hombre es un pecador!
Según la Biblia, por pecar, “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23). El hombre está bajo la ira de Dios (Jn. 3:36; Ef. 2:3). El hombre está condenado (Juan. 5:28-29; Rom. 5:18). El hombre sufrirá la muerte eterna (Ez. 18:4; Rom. 5:18). La muerte eterna, según la Biblia, es estar separado de Dios por siempre. Dios no puede aceptar el pecado. Es ajeno a El y contrario a su esenciencía (Santiago 1:13; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:22, 23; Heb.1:8; Heb. 4:15; 2 Cor. 5:21; Heb. 7:26; 1 Pedro 2:2; 1 Juan. 3:5; Heb. 5:9; 1 Sam. 6:20; Salmos 99:9; Ap. 15:4; Lev. 11:44; 19:2; 20:26; 21:8; 1 Pedro 1:15; 2).
Esto se ve en Mateo 27:46 cuando Jesús clamó a gran voz, “Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” La razón por la cual decía esto era porque en este momento Jesús llevó sobre si mismo los pecados de todo el mundo: pasado, presente y futuro. Dios el Padre no podría tener una comunión o una relación con Jesús debido al pecado que Jesús llevó. Nuestros pecados fueron imputados a él. Isaías 53:6 dice, “…mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”
Jesús no pecó pero él pagó el precio por nuestros pecados con su propia sangre. Dice en Hebreos 9:22, “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no hace remisión.” En Levítico 17:14 dice, “Porque la vida de toda carne es su sangre…” Y si la vida se encuentra en la sangre, entonces al quitar la sangre morirá.
Así que como dice en Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte…”. Al pecar, el pago era morir y como al quitar la sangre de un animal le causó la muerte. Se veía en el Antiguo Testamento en el Tabernáculo que la sangre de los corderos, los becerros, y los macho cabrios fue ofrecida en el altar de Dios para pagar por los pecados del hombre (Lev. 4:32; 16:19, 19). Así que, cuando dice en Juan 1:29 de Jesús, “El día siguiente vio Juan que venía con él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.
Era obvio para los judíos escuchando a Juan que él estaba hablando de Jesús. Se ve en las escrituras que Jesús es el Cordero de Dios (Apocalipsis 21:14; 13:8; 12:11; 7:17; 17:4; 21:27; 22:3; 6:16).
La sangre no sólo es el pagamiento del precio por pecar. También nos limpio de todo pecado. Dice 1 Juan 1:7, “…y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. La sangre de Jesús pagó el precio por nuestros pecados (Heb. 10:19,22; Ap. 1:5; Rom. 5:9; Ap. 5:9; Mt. 26:28; Marcos 14:24). Es increíble saber que en este momento en la cruz, Jesús llevara todos nuestros pecados y los pecados de todo el mundo: pasados, presentes, y futuros. Es difícil entender que Jesús, siendo perfecto y sin culpabilidad de pecar, pagó el precio por nuestros pecados con su propia sangre. 2 Corintios 5:21, dice, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado…”
Ahora, hay algunos hoy día que creen en lo que se llama el “Universalismo”. Este dice que todos los hombres son salvos porque Cristo pagó el precio en la cruz por todos. Según ellos, no existen la aniquilación ni el infierno eterno. Una rama de esto es el “Apokatástasis” que creen que el hombre es reconcilado con Dios, que incluyen a Satanás y los demonios. En principio, algunas iglesias primitivas como la iglesia de Alejandría, Antioquia, Cesaría, e Idees o Nisibis creyeron esto. Pero había también algunos maestros como Tertulio y Agustino que estaban en contra de esta enseñanza. Y así, poco a poco, esta creencia murió. Pero hoy día, parece que esta doctrina este volviendo otra vez.
Los versículos que ellos usaban para apoyar su creencia eran: 1 Timoteo 4:10 – Jesús, el salvador de todos los hombres; 1 Corintios 15:22, “…en Cristo todos serán vivificados”; y Hechos 3:2 donde todo está regenerado por Dios.
Versículos que van en contra de esta creencias son: Romanos 10:8-10, hace falta creer primero. No es salvo sin creerprimera
mente; Juan 1:12, hay que recibir y creer primeramente.; Salmos 7:11-12, 5:5, 2:12, Prov. 6:16-19, Gen. 6:5-7, Isa. 13:9, y 2 Ped. 3:6-7 – Dios se enfada con el pecado; y 2 Juan 1:9, 1 Tim. 4:3,4, 16, – la doctrina correcta es muy importante.
Entonces, leyendo Hebreos 9:11-12 dice que soy un pecador y Cristo pagó mi deuda con su propia sangre. Por creer en Cristo y en su sangre sin pecado, él pagó mi deuda y entonces soy salvo (Juan 1:12; 1 Juan 5:10-12; Juan 14:6).
Ahora en cuanto al pecado, no puedo vivir y seguir pecando cada día. De creer en Jesús, la situación me cambia. 2 Corintios 5:17 dice, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Recibió el Espíritu Santo en mi vida. Efesios 1:13 dice, “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” No debo seguir practicando el pecado. 1 Juan 3:8 -9 dice, “El que practica el pecado es del diablo…Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él….”. Ahora si pecara, 1 Juan 1:9 dice, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Es obvio que no debo “practicar” el pecado porque esto muestra que no soy salvo. La persona que practica el pecado no ha nacido de nuevo.
Pero, hay personas que son salvas y han “nacidos de nuevo” (2 Cor. 5:17) y el Espíritu Santo mora en ellas porque se ve esto por sus frutos (Gal. 5:22-23) pero pecan. Ellos confiesan su pecado y hacen lo que dice 1 Juan 1:9, pero la pregunta es: ¿practican el pecado o no practican el pecado? Según lo Biblia, no pueden practicar el pecado. Hebreos 10:26-27 dice, “Porque si pecaremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda mas sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.”
Así que, si una persona es salva y después peca voluntariamente, este versículo dice que “no queda más sacrificios por los pecados”. Entonces podría llegar a la conclusión de que si Jesús pagó por mis pecados pero después si peco voluntariamente, estoy perdido e iré al infierno. Puedo perder mi salvación. Entonces podría llegar a la conclusión que no puedo pecar después de mi salvación. Pensando así, podría llegar al estado de “perfección sin pecar” (sinless pefection).
Pero esto no tiene sentido tampoco. ¿Qué hago con 1 Corintios 5:1-2? Es el caso de fornicación en la Iglesia de Corintios. ¿Cómo podría la iglesia de Corinto perdonar esa persona (2 Cor. 2:5-8) cuando Pablo lo pedía que lo hiciera? Según Hebreos 10:26-27, él ha perdido su salvación. ¿No? Y No tiene sentido perdonarle, pero Pablo lo pedían que lo perdonaran.
Entonces, esto no pueda ser la interpretación correcta de Hebreos 10:26-27 de pecar y perder la salvación. Más bien, creo que la interpretación correcta sería, si una persona recibe el conocimiento de la verdad, pero después decide seguir “practicando el pecado” (peca voluntariamente como siempre ha hecho), “ya no queda mas sacrificio por los pecados” porque ha decido seguir pecando. Realmente “no ha nacido de nuevo” (2 Cor. 5:17), sino es como antes – un pecador sin arrepentimiento, como era uno de los ladrones al lado de Jesús en la cruz (Lucas 23:39-43).
Para mi, Hebreos 10:26-27 está enseñando que Cristo murió por mis pecados y pagó el precio con su sangre. El pagó una sola vez. No paga cada vez que peco. Y su paga era eterna. El pagó por los pecados de Adán hasta los pecados futuros: pasados, presentes, futuros. Su sangre fue aceptada por Dios.
Cuando Cristo decía en la cruz: “consumado es” (Juan 19:30) y el velo de templo se rasgó en dos de arriba abajo (Mateo 27:51) – esto era señal que todo en cuanto al pecado estaba terminado. El precio que Dios demandaba en Su justicia estaba pagado. No se puede pagar el precio más. No se puede añadir cosas extras como han intentado añadir a través de la historia. La única cosa para ser salvo es arrepentirse y luego bautizarse (Hechos 2:38). Pero Cristo con su sangre pagó el precio por nuestros pecados. Esto es lo que me salva.
Conclusión:
El pecado nos separa de Dios (Isa. 59:1,2; 1 Juan 1:6). Cristo era el único hombre sin pecado (1 Pedro 2:22, 23) y Dios le imputó a él nuestros pecados cuando murió en la cruz (2 Corintios 5:21). Dice en Levítico 17:11, “Porque la vida de la carne en la sangre está…” Y en Hebreos 9:22 dice, “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” Romanos 6:22-23 dice, “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Hebreos 10:14 dice, “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” Y terminando Hebreos 10:12 y 19 dicen, “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios…Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo.”
Fuentes: