Una defensa Evangélica acerca de la caricatura Católica de las imágenes
Por Pablo Pazmiño Yencón
El argumento que menciona esta caricatura es que los protestantes “condenan” a los católicos de idólatras por la adoración de imágenes (santos, María, etc.). Utilizan como base dos versos:
1) Éxodo 25:18 que dice: “Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio”. Se hace entender que Dios mismo mandó que los querubines sean dignos de adoración por parte de su pueblo.
El argumento usado está tergiversado por los católicos cuando no toman en cuenta el contexto del pasaje entero. Sí, Dios mandó a construir el tabernáculo, sus implementos y, si se puede decir así, el símbolo máximo que fue el Arca del Pacto.
Pero: como primera cosa, no se menciona por parte de los católicos que los querubines eran parte del Arca, no algo separado, y se encontraban en el Propiciatorio, que era la “tapa” del Arca (vs. 20). Tampoco mencionan cómo estaban colocados, al menos no lo hacen en forma completa, los querubines estaban con las alas extendidas, cubriendo el Propiciatorio, y cara a cara de frente en lo que parece una actitud de postración-adoración (vs. 21). Desde allí Dios mismo hablaría a su pueblo (vs. 22).
Un segundo argumento para refutar esto es que en ningún pasaje del Antiguo Testamento se menciona que el pueblo debía adorar las imágenes de los querubines, o del Arca. Cuando hay relatos de los momentos en que el pueblo, o el sumo sacerdote estaban adorando, es porque en esos relatos estaba el mismo Dios en escena, lo que por supuesto llevaba a que el pueblo respondiera en respeto, honra y temor por estar en la presencia del único que merecía ese honor: Jehová Dios.
Finalmente, como tercer argumento, ¿dónde están en la actualidad esos símbolos? La respuesta es: desaparecidos, ¿por qué? Porque Dios conoce el corazón del hombre y sabe que ahora esos símbolos serían objeto de un culto y adoración falsos que dejarían de lado a Aquel que merece la verdadera adoración.
2) Números 21:8 que dice: “…hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá”. (en base a este verso está hecha la caricatura)
Nuevamente usan un verso tergiversado para “defender” su falsa doctrina. En este episodio Dios había castigado al pueblo por su rebeldía y el instrumento de su castigo fue hacer que serpientes venenosas los muerdan. El pueblo de Israel, arrepentido pide perdón y el Señor manda a hacer esta “imagen” para que la vean y sean sanados.
¿Por qué una serpiente? La lógica nos dice que si eran serpientes las que estaban mordiendo al pueblo, pues Dios puso esa imagen de una serpiente allí para recordarles su rebeldía.
Este episodio es un tipo de la obra que haría Cristo en la cruz para salvar al mundo del pecado (Juan 3:14-15). Dios no mandó al pueblo a “adorar” a la imagen de la serpiente, ¡eso no se menciona en ningún lado! Pero como siempre el pueblo empezó a hacerlo y a rendirle culto, lo cual, tiempo después llevó al Rey Ezequías a destruirla (2 de Reyes 18:4) El mismo Dios, por mano de este Rey de Judá se encargó de eliminar este imagen, ahora convertida en un “dios falso”.
Finalmente, ¿por qué no hay ninguna mención en el Nuevo Testamento acerca de la adoración hacia las imágenes? La respuesta es porque no es mandato de Dios para sus hijos. Queda claro que el mandato de “no hacerse imágenes” para adorarlas es una realidad para el ser humano hoy, Dios no comparte su gloria con nadie y peor con objetos hechos por manos humanas. Él solamente merece nuestra adoración y amor por siempre.
Fuente:
Seminario Bíblico Evangélico de Cuenca
Materia: Teología Católica
Profesor: Dr. Thomas Stiles
Alumno: Pablo Pazmiño Yencón
Fecha: 02-24-2003