EL MODELO DE ENCARNACIÓN EN
LOS GRANDES “ACONTECIMIENTOS” DE LA VIDA DE JESUCRISTO
El modelo misionero de encarnación es presentado, también, en relación al estudio de los grandes acontecimientos terrenales de Jesús. Su nacimiento, ministerio, cruz, resurrección, ascensión, y Pentecostés nos pueden dar pautas para la misión de envío nuestro.
Estos eventos de la vida de Jesús se relacionan con estas palabras:
el nacimiento – despojarse,
el ministerio – servicio,
la cruz – entregarse,
la resurrección – ministrar vida,
la ascensión – perseverar,
Pentecostés – poder.
Los textos de la encarnación de Jesús más familiares son:
- “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad…Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.” (Juan 1:14, 16).
- La esencia de la encarnación: “fue hecho carne”. La idea es la persona, Jesús, se cambia en propiedad y entra una nueva condición llegando a ser alguien que no fue antes.[1]
- Habitar con gloria nos hace pensar de la revelación de Dios en el tabernáculo durante el tiempo del Éxodo y a la tierra prometida. (Ex. 33:7-11)
- Gracia y verdad reflejan la misericordia y amor de Dios (hesed) y su pacto para con su pueblo. La verdad nos habla de firmeza y la estabilidad de la revelación de Dios. ¡Esto es la real realidad!
- Lo que nos resulta difícil de conceptuar es que en su encarnación Jesús estaba en plenitud de vida. Juan lo vio así. Tenemos la posibilidad de tomar esta plenitud de vida de Jesús. Recibimos su gracia. Esta plenitud de gracia se relaciona estrechamente con el Unigénito del Padre que cumple el pacto de la ley de Moisés y inicia la nueva etapa por medio de su gracia y verdad. Pablo comentó de esa plenitud en Cristo con las frases “la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” (Ef. 1:23) y “Porque en él (Cristo) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.” (Col. 2:9,10).[2]
- “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” (2 Co. 8:9).
- La encarnación aquí se describe con las palabras, “se hizo pobre, siendo rico”. La meta de esta gracia del Señor con su amor es que nosotros seamos enriquecidos, siendo así quebrantados en la pobreza nuestra. Para efectuar todo esto, Cristo se hizo pobre.
- “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en condición de hombre se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. (Fil. 2:6-8).
- Algunos han visto en estos textos un descenso por medio de una escalera de humillación. Los peldaños son tomados por Jesús a bajar a nuestro mundo y a habitar entre nosotros. Cada frase está llena de significación en cuanto a la encarnación.
- Con la frase “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, ” Pablo anuncia la actitud de Cristo en cuanto a sus propios derechos. Tenía derecho de poder asumir otra postura y afianzarse sobre ella – de ser igual a Dios.. Optó por superar este obstáculo para la encarnación en la denuncia de sus derechos.
- “ Se despojó a sí mismo” – ¡Qué frase imponente y llena de poder! ¿Cómo lo podemos traducir la palabra EKENOSIN? La Reina Valera 1960 lo tiene como “se despojó a sí mismo” La versión Popular , “hizo a un lado lo que le era propio.” Y la Nueva Versión Internacional , “se rebajó voluntariamente”. Vemos que esa frase tiene un amplio significado. Fue una acción drástica, emotiva y explosiva, explosiva en el sentido que interrumpe en la historia humana como ninguna otra. (Aquí tenemos un claro ejemplo de una intervención escatológica divina en cumplimiento de las promesas mesiánicas del Antiguo Testamento.) Sí, Cristo hizo al lado sus derechos divinos de alguna forma haciéndose hombre. El se rebajó, descendió y se despojó de las ropas de su divinidad vistiéndose con la ropa humana. ¡Tremenda cosa y más allá de nuestra comprensión humana!
- “tomando forma de siervo” – es la palabra que habla de una esclavitud, En este caso no forzada, sino voluntariamente tomando la forma de siervo. Jesús explicó el propósito de su servicio usando citas de Isaías que hablaba del Siervo de Jehová.(Mateo 12:15-21; Lucas 4:14-18; Isa. 42:1-9 y Isa. 61:1,2) Además dijo, “Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve?. ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. (Lc. 22:27) Animando a sus discípulos a también servir, Jesús usó el ejemplo de su vida. “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”(Mateo 20:28)[3]
- “hecho semejante a los hombres”. Jesús tomó la semejanza del hombre, cuerpo, mente, cultura, idioma, costumbres hebreas, ropa, comidas, acciones humanas. Verdadero hombre y ¡qué hombre!
- “se humilló a sí mismo”. Esto nos hace acordar de Isaías 53, y la humillación del Siervo de Jehová.
- Pablo seguía diciendo, “haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Esa obediencia nos asombra – tan perfecta en comparación con la nuestra donde tenemos tantas luchas. El escritor de Hebreos habló de esa obediencia:
- “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” (He. 5:7- 10)
- La expresión de humillación, de obediencia y su determinación de cumplir con su Padre, me animó para escribir:
- Algunos han visto en estos textos un descenso por medio de una escalera de humillación. Los peldaños son tomados por Jesús a bajar a nuestro mundo y a habitar entre nosotros. Cada frase está llena de significación en cuanto a la encarnación.
Te veo, Señor. . .
Atormentado, castigado, desfigurado, dolorido, humillado, maltratado
Y me veo yo. . .
Arrancándote, azotándote, despreciándote, enterrándote, sepultándote
Mas tú. . .
Te callas, te sometes, te entregas, soportas sufres
Y yo. . .
Te cargo con mi dolor, mi maldad,
mi pecado, mi pena, mi trasgresión,
mi vergüenza, mi violencia
Sin embargo . . .
Tú has sido puesto muy en alto, asombraste a las naciones, tuviste éxito.
Y por mí. . .
Intercediste, llevaste mi pecado, me libraste.
¡Aleluya! ¡Gloria a ti, Justo Siervo de Dios!
- “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne. Justificado en el Espíritu” (1 Ti. 3:
16ª)- Se estima que estas palabras de Pablo a Timoteo eran un himno ensalzando la excelencia de Jesús.
- Si tomamos la idea del Dr. Jeremías, estas primeras dos frases confiesan por parte de la comunidad cristiana la exaltación de Jesús en su encarnación, mientras las frases que siguen hablan del anuncio de esta exaltación y luego su entronización.[4]
- Una parte de lo indiscutible es Dios manifestado en carne y justificado en el Espíritu. Este comentario sobre la encarnación enfatiza la presencia de Dios en carne, y lo justo de Dios en la encarnación. Otra vez el comentario del Dr. Jeremías es muy interesante. “Ante todo el universo, Dios manifiesta como justo al que fue ajusticiado en la cruz como si fuese un delincuente.”[5]
- La frase, “el misterio de la piedad” nos desafía. El desafío se relaciona con esto de “misterio”. Si entendemos esta palabra como un misterio resuelto por la revelación de Dios mismo, tenemos la idea de la grandeza de esta revelación divina en la encarnación. El otro asunto es referente a “piedad”, o sea la devoción a Dios, y esa calidad de vida reverente de adoración y enfoque hacia Dios mismo. La excelencia de esta devoción a Dios y de la calidad de vida santa está perfectamente ilustrada en Jesús.
- El misterio de la piedad es (MEGA) “grande”. Lo grande de Dios, lo hermoso, lo magnífico, y lo majestuoso es contemplado en la venida de Dios a nuestro mundo.
Jesús en su encarnación. El enviado de Dios en una demostración de humildad y gloria. Tomemos por partes la encarnación de Jesús y su modelo misionero buscando nuestra aplicación.
Autor: Pedro A. Larson 2005
Fuentes:
[1] Beasley Murray, op.cit. pp.13,14.
[2] David L. McKenna, en su libro POWER TO FOLLOW, GRACE TO LEAD. (Dallas, TX: Word Publishing, 1989) presenta un excelente estudio sobre la vida de Jesús y su modelo de encarnación. Dr. McKenna sugiere que el modelo de encarnación enfoca el carácter primeramente, luego una estrategia y posteriormente la tarea. Su tesis es que nosotros como obreros o líderes debemos seguir las pautas del ejemplo de Jesús en su encarnación. Ver Apéndice A “El Modelo de Encarnación” del libro de David McKenna.
[3] Para un discurso más extensivo, favor de ver: Pedro A. Larson, “El Rey como Siervo de Jehová” en MODELOS BÍBLICOS PARA LA FORMACIÓN DE IGLESIAS (Pre Paulinos) manuscrito (Naucalpan, Estado de México: Seminario Teológico Bautista Mexicano, 1999) pp.40-48.
[4] Joachim Jeremías, EPÍSTOLAS A TIMOTEO Y A TITO: TEXTO Y COMENTARIO. (Madrid: Ediciones Fax, 1970, ) pp.62,63.
[5] Ibid. p.62.