En la Biblia, especialmente en los evangelios, existen más versículos relacionados con los bienes materiales, que con cualquier otro tema. Seguramente por la importancia que el uso y los sentimientos que el dinero despierta en las personas, especialmente en los cristianos.
Siervo o amo
Platón solía decir que: “El dinero es un fiel siervo, o un terrible amo”. La vida nos enseña que el hombre es siervo o amo del dinero, y esto depende solo de él. Podemos tener una buena o mala actitud frente a la pobreza, y las mismas conductas frente a la riqueza.
Salomón decía: “Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera; Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? Que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios”. – Proverbios 30:7-9
La necesidad económica podría poner en juego nuestra honestidad, pero depende de nuestra actitud. La abundancia no es mala pero podría dejarnos satisfechos sin Dios, depende de nuestra actitud. Son peligros, no resultados inevitables, que dependen de nuestra actitud frente al dinero. La Palabra nos advierte: “La raíz de todos los males es el amor al dinero.” – 1ra Ti. 6:10
¡De alguna manera lo vamos a pagar!!
La tendencia a gastar más de lo que se gana. La abundante oferta de toda suerte de bienes y servicios, el fácil acceso a los mismos, y la publicidad engañosa que los promueve hacen que mucha gente viva por encima de sus posibilidades.
Es muy probable que un objeto de última moda que nos fascina o porque nos habremos otorgado “estatus” por tenerlo nos quite por un instante la razón y el buen juicio y nos haga exclamar como aliento para adquirirlo, especialmente en el hombre: “De alguna manera lo vamos a pagar”, y es muy cierto. Pero desgraciadamente esa “alguna manera” la mayoría de las veces tiene que ver con sacrificar, el cuidado de la salud, el nivel de educación, y muchas veces la calidad de la alimentación. Veamos algunos casos.
El uso “champanezco” del dinero:
- Los teléfonos celulares son el “boom” en las ciudades importantes, que cuentan con más de ellos por habitante que muchas capitales de países con mayor nivel económico. La crisis seguramente hará pensar a muchos usuarios si realmente necesitan tantos teléfonos.
- Las tarjetas de crédito se han expandido en una medida insólita. Existen en la argentina unos 11 millones de tarjetas emitidas, de las cuales se supone que sacando las anuladas, inactivas o pertenecientes a un mismo titular quedan unos siete millones. Vale decir que el 20% de la población dispone de tarjeta de crédito.
Vale decir que ya en 1989, el pastor John Mac Arthur Jr., de los Ángeles en su mensaje dominical aconsejaba a los asistentes “cortar con una tijera las tarjetas de crédito” y “aprender a usar el efectivo.” Estamos hablando de hace 15 años y del país inventor del “dinero plástico”.
- La expansión del crédito ha incentivado las ventas de automóviles a plazos, con cuotas muy accesibles (las primeras…), que incentivan la compra. Pero mucha gente no piensa en el costo de mantenimiento de un automóvil, que es alto, de modo que luego no puede mantenerlo. Por eso mismo existe una proporción tal elevada de automóviles sin seguro, ni siquiera para cubrir daños a terceros, a pesar de que esto es obligatorio.
- Artículos electrónicos y del hogar. La facilidad crediticia impulsó también la venta de electrodomésticos. En estos casos, se llegaron a pagar hace unos años tasas de interés exorbitantes, que la gente no advertía porque se publicitaban como “intereses directos”, que terminan siendo casi el doble si se los calcula sobre saldos deudores.
- La educación privada es elegida por muchas familias para la educación de sus hijos. Es loable el propósito de tratar de proporcionar a los hijos una educación mejor, sobre todo si la institución es cristiana, pero en muchos casos esto es algo que las familias no pueden afrontar. Hay actualmente más morosidad en el pago de las cuotas con el consiguiente perjuicio económico de la escuela, del personal docente y no docente.
- Un sistema de medicina prepaga. Quiero aclarar que es positivo que muchas familias busquen una protección rápida y eficaz para el caso de enfermedad. La cantidad de personas adheridas a este sistema sugiere que debe haber muchos para los cuales esto representa un esfuerzo financiero excesivo, por lo cual entran fácilmente en mora y pierden los derechos de la prestación.
- El juego de azar. Quiero pensar que entre cristianos renacidos no tenemos que hablar de este tema como medio de obtener dinero…
Cuando la dura realidad se impone
Mucha gente generó, de pronto, casi sin darse cuenta, un nivel de gasto mensual rígido y superior a sus ingresos, que incluye cuotas por diversos bienes y servicios que no eran compatibles con sus entradas. Cuando una sociedad quiere avanzar más rápido de lo posible aparecen toda suerte de situaciones de desesperación para las familias afectadas, que no saben cómo salir del atolladero.
Muchas personas terminan hipotecando sus viviendas, pagando intereses usurarios, y finalmente las pierden. Estos casos trágicos harán que muchos otros tengan luego más cuidado en sus consumos y su endeudamiento.
“Yo no pago impuestos, porque no me alcanza”.
Esta situación genera en personas de clase media otra consecuencia no deseada, a saber, que como su ingreso no les alcanza para sostener el nivel de vida que insensiblemente se han propuesto dejan de pagar impuestos. El castigo por dejar de pagar cuotas o servicios públicos o el resumen de la tarjeta es ineludible; en cambio evadir impuestos, tratándose de personas de clase media que pasan inadvertidas. Es frecuente oír la excusa “yo no pago impuestos, porque no me alcanza”. La Palabra es clara al respecto, los cristianos debemos pagar todos los impuestos, Romanos 12:6-7 y Marcos. 12:13-17 lo respalda.
En otras épocas, se resaltaba la virtud del ahorro, ahora la del consumo. Seguramente hay que buscar un equilibrio entre ambos, pero también debe aprenderse a hacer un presupuesto de gastos familiares, con las debidas prioridades, evitando que se esté viviendo por encima de las posibilidades.
“El que toma prestado es siervo del que presta”
Dios nos dice que el que toma prestado es esclavo.
“El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta” (Prov. 22:7) Si nos endeudamos más allá de nuestras posibilidades, hemos elegido un mal camino hacia la esclavitud. La falta de autodisciplina es una de las causas que nos llevan al endeudamient
o.
Por lo tanto, el abuso del crédito, es una de las causas más comunes que llevan a la esclavitud. Y los cristianos debemos estar atentos para interpretar nuestras actitudes y fortalecernos para no caer en la trampa.
En la Biblia leemos: “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante”. Mateo 5:25-26 – también Lucas 12:58-59.
Los hijos de Dios tenemos que reconocer los peligros de quedar esclavizados por problemas financieros. Satanás usará todos los medios para hacernos tropezar.
La preocupación y la esclavitud mental son muy dañinas para las familias. Muchas son destruidas causadas por las presiones financieras.
Tener o no tener…
No es sólo por la escasez de dinero que existen estos peligros, otras veces la abundancia produce angustia mental por el mal uso o el temor a perderla. Leamos Ec. 5:10-17
Dios, si es dueño absoluto de todo lo que tenemos, nos ayudará y dirigirá para hacer bueno uso del dinero y no caer en estas trampas.
“A sí mismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su y trabajo, esto es don de Dios.”Ec. 5:19.
El trabajo como sustento
Hay dos textos en los que me agradaría nos quedemos meditando. Creámoslo pues es Palabra de Dios
“Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.” – Ec. 5:12
“Cuando comieres el trabajo de tus manos”, bienaventurado serás y te irá bien.” – Sal. 128:2
PARA MÁS: Ir a Maccio Osvaldo – Escritos del Autor