Te veo, Señor. . .
Atormentado, castigado, desfigurado, dolorido, humillado, maltratado
Y me veo yo. . .
Arrancándote, azotándote, despreciándote, enterrándote, sepultándote
Mas tú. . .
Te callas, te sometes, te entregas, soportas, sufres
Y yo. . .
Te cargo con mi dolor, mi maldad,
mi pecado, mi pena, mi trasgresión,
mi vergüenza, mi violencia
Sin embargo . . .
Tú has sido puesto muy en alto, asombraste a las naciones, tuviste éxito.
Y por mí. . .
Intercediste, llevaste mi pecado, me libraste.
¡Aleluya! ¡Gloria a ti, Justo Siervo de Dios!
Fuente: Los Eventos de la Encarnación