En el año 146 A.C. Roma conquista Grecia, y la anexa a su territorio, como una provincia romana, lo mismo que sucedió con Palestina en el año 63 A.C.
Roma tenía la costumbre de conquistar los territorios, pero no arrasaba con las costumbres de los sitios conquistados, sino que les permitía conservar sus costumbres y religión, siempre y cuando, respondieran a su autoridad y pagaran sus impuestos.
Estando en su segundo viaje misionero, acompañado de Silas, y luego también de Timoteo, Pablo, recorrió varias ciudades, que, aunque estaban bajo el poderío romano, se conservaban como auténticas ciudades griegas.
Al pasar por Tesalónica, como era su costumbre, lo primero que hizo, fue dirigirse a la Sinagoga. Durante tres días de reposo, basándose en las Escrituras, estuvo anunciando a los judíos, que el Mesías, que por tanto tiempo habían esperado, por fin, había llegado.
Muchos de los que lo oyeron, creyeron en sus palabras, no solo judíos sino también griegos, entre los cuales se encontraba un buen número de mujeres nobles.
Pero algunos judíos, que se encontraban entre los que no aceptaron sus palabras, tuvieron celos de él y se propusieron juntar una muchedumbre de maleantes, con los cuales alborotaron la ciudad y tomaron la casa de Jasón, buscando a Pablo y a Silas. Al no encontrarlos en ese lugar, tomaron prisionero al dueño de casa, y a otros hermanos, y los llevaron ante las autoridades, acusándolos de violar las leyes, y de decir que había otro rey, que no era el Emperador Romano.
Tras suceder estos hechos, Pablo y Silas, tuvieron que ser sacados de la ciudad de noche, para no ser atacados, y fueron enviados a Berea.
Al llegar a esta ciudad, Pablo repite la rutina que era su costumbre. Lo primero que hace, es ir a la sinagoga, a dar su mensaje. Los judíos de este lugar, le dieron una buena acogida y permanecieron durante muchos días, estudiando las escrituras, para corroborar que el mensaje que les estaba siendo trasmitido, fuera cierto.
Muchos creyeron en Jesús en este lugar, no solamente judíos, sino también griegos. Pero, al enterarse los judíos de Tesalónica, lo que estaba sucediendo en Berea, se apresuraron a llegar hasta ese lugar, y provocaron un gran alboroto entre las multitudes. Este episodio suscitó que los hermanos del lugar, tuvieran que enviar inmediatamente a Pablo hacia el mar, y que lo condujeran a Atenas, lugar donde lo alcanzarían luego, Silas y Timoteo.
Lo que sucedió en Atenas, lo tenemos relatado en el libro de Hechos, capítulo 17: 16-34.
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