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Entorno Educativo
Entorno Seguro
Cuando tocamos el tema del entorno educativo, es necesario pensar en la creación de un entorno seguro que permita la expresión de preocupaciones y donde estas tengan una recepción justa.
El ofrecer un entorno seguro tiene la oportunidad de hacer aclaraciones individuales en lugar de permitir que se manifiesten subterraneamente y socaven el éxito del programa.
Para lograr cambios es necesario que el sujeto innovador tenga una buena base de comprensión del proceso de cambio y que puedan ayudar a crear un clima satisfactorio y seguro, que contenga una sensación de entusiasmo. Debe haber confianza y camaradería.
La apertura de los docentes innovadores a escuchar y abordar las preocupaciones individuales es un punto crucial de apoyo. La clave para resolver las preocupaciones es ser comprensivos, ver el problema desde el punto de vista del miembro.
El tema del entorno se convierte en complejo al tener que planificar, enseñar y evaluar. Debido a que hay que tener en cuenta el tema de las diferencias. Si a este concepto de diversidad le damos una base ideológica, filosófica, sostenedora del proyecto educativo de la institución, es necesario plantear las cuestiones de objetivos, contenidos, estrategias de enseñanza, recursos, tiempo, organización de actividades, evaluación, etcétera, teniendo en cuenta dicha diversidad.
Esta cuestión de la diversidad debe estar pensada en cuanto a los alumnos con estilos de aprendizaje, niveles de conocimientos e ideas previas, ritmos, experiencias, actitudes, intereses, tipos de inteligencias diferentes. Reconocer estas diferencias tiene implicancias en las decisiones de planificación, enseñanza, evaluación.
Las consignas de trabajo deben atender a los diversos estilos de aprendizaje, niveles de conocimientos, tipos de inteligencias, ritmos de aprendizaje, ideas previas, intereses, capacidades, etcétera. Del mismo modo, los materiales de trabajo deben incluir las diferentes fuentes de información y una variedad de materiales.
Algunos autores proponen explorar seis dimensiones del buen pensamiento desde lo conceptual hasta la práctica:
1. Lenguaje del pensamiento: se refiere a las palabras y a los conceptos que se utilizan en un aula para referirse al pensamiento.
2. Predisposiciones al pensamiento: son actitudes, valores y hábitos en relación con el pensamiento.
3. Monitoreo mental: es la reflexión sobre los propios pensamientos.
4. Espíritu estratégico: es el estímulo para construir y utilizar estrategias de pensamiento.
5. Conocimiento de orden superior: es el conocimiento y el dominio de las formas de resolver problemas.
6. Transferencia: es la aplicación de conocimientos y estrategias en otro contexto.
Teniendo en cuenta un concepto denominado “cognición distribuida”, este dice que la cognición humana se encuentra distribuida más allá del ámbito del organismo propio. Que abarca a otras personas, se apoya en medios simbólicos y aprovechándose del entorno y de los artefactos. De este modo, el entorno (recursos físicos y sociales inmediatos de la persona) participan en la cognición, no solo como fuente de entrada de información y como receptor de productos finales, sino como vehículo de pensamiento. Y el residuo dejado por el pensamiento subsiste no solo en la mente del que aprende, sino también en el ordenamiento del entorno.
Se produce una asimilación y acomodación mutua entre la persona y el ambiente. Un complejo proceso de equilibrio. De esta manera, los parámetros y trayectorias básicas del desarrollo humano pueden cambiar según lo que se puede considerar como matices del entorno y de la relación de la persona con él. La persona es en este sentido el fruto de un conjunto de interacciones y de relaciones de dependencia.
Rottemberg, Anijovich. (2008). Estrategias de Enseñanza y Diseños de Unidades de Aprendizaje.
UNQ. Buenos Aires
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