2 Corintios 5:18-21
2 Samuel 21
Hoy en día, aquí en España y por todo el mundo, Dios se está moviendo de una manera quizás sin precedentes en el área de la reconciliación a todos los niveles. Líderes cristianos están sintiendo la necesidad de enfrentarse con los pecados corporativos de grupos, tribus, razas, y denominaciones eclesiales. El Espíritu Santo está ayudando a muchos a enfrentarse no sólo con los pecados recientes o actuales, sino también con los pecados de sus antepasados. Se están sanando hostilidades entre cristianos para que puedan trabajar juntos en la obra de alcanzar a los perdidos y plantar nuevas iglesias. Según se sanan las hostilidades y los cristianos se unen, el mensaje del evangelio llegará a ser cada vez más poderoso, y las conversiones más numerosas.
Se están quitando las piedras de tropiezo, y como resultado, estamos viendo una mayor receptividad al evangelio. Por ejemplo en Turquía, después de la Caminata de Reconciliación en que los cristianos pidieron perdón por las atrocidades cometidas por los cruzados hace 900 años, nuevas iglesias empezaron a surgir por toda la nación. Y creemos que no ha sido una coincidencia.
España tiene muchos asuntos pendientes con muchos pueblos y naciones, quizás en gran parte porque fue durante mucho tiempo una potencia mundial. Pero parece que Dios está llevando a los cristianos españoles a enfocarse ahora en la necesidad de una reconciliación con los judíos. España es la segunda nación más importante para los judíos, después de Israel. No se sabe cuando los primeros judíos llegaron a España, pero se piensa que fue por lo menos en los días de Salomón. Si no lo sabíais, Tarsis en el Antiguo Testamento es España.
A lo largo de la historia de los judíos en España han experimentado periodos de paz y prosperidad, y periodos de persecución cruel, conversiones forzadas, masacres y exilios. En el año 306 D.C. se decretaron los primero edictos eclesiales en contra de los judíos en Elvira, una antigua ciudad muy cerca de lo que hoy en día es Granada. En estos decretos prohibieron, por ejemplo, que hombres judíos se casaran con mujeres cristianas. Prohibieron que los judíos bendijeran los cultivos de los cristianos, diciendo que tal “profanación” anularía cualquier bendición futura de parte de los sacerdotes. Y prohibieron que los clérigos y la gente laica recibieran hospitalidad en las casas de los judíos.
En un concilio de la iglesia en Toledo, en el año 633 D.C., durante el reinado de los visigodos en España, decretaron que los niños circuncidados fueran quitados de sus padres para ser criados como cristianos. En otro concilio, también de Toledo, mandaron que todo no-cristiano saliera de España, y todos los judíos que se quedaron tuvieron que ser bautizados. En el concilio de Toledo de 693 D.C. decretaron que los judíos sólo podían comerciar con otros judíos localmente. Y los cristianos que tenían que viajar por asuntos de negocios tenían que comenzar recitando o bien el Padre Nuestro o el Credo de los Apóstoles y comer un plato de cerdo delante de testigos para así probar que eran cristianos sinceros. Los judíos convertidos al cristianismo estaban a la misericordia de sus enemigos, ya que cualquier persona podía acusarles de practicar el judaísmo secretamente. Era casi imposible de probar que estas acusaciones eran falsas, y las consecuencias eran severas.
En el año 711, cuando el último rey visigodo fue derrotado por los moros musulmanes, los judíos que todavía permanecieron en España lo vieron como una victoria y una liberación para ellos. Judíos africanos pelearon bajo el mando de los ejércitos de los moros que iban conquistando. Y según conquistaban ciudades, armaban a los judíos de allí, y les ponían a cargo de ciudades como Córdoba, Málaga, Granada, Sevilla y Toledo. De esta forma los judíos hicieron alianzas con los moros, y entraron en otro periodo de prosperidad económica y social, y los judíos en exilio empezaron a volver.
Pero en 1066, Joseph ha-Nagid, el comandante de los ejércitos de Granada, fue asesinado por unos fanáticos musulmanes, quienes procedieron a atacar a los judíos de la ciudad, masacrándolos todos. Este evento marcó el comienzo de periodos de persecución de los judíos bajo el reinado de diferentes grupos musulmanes en España.
Mientras tanto los cristianos iban reconquistando España poco a poco, y a menudo tanto los judíos como los musulmanes eran tratados con violencia por los conquistadores cristianos; aunque durante periodos fueron tolerados, pero más bien por razones económicas.
La primera de una serie de alborotos antisemíticos ocurrió en Sevilla en 1391; y en 3 meses, 50.000 judíos fueron asesinados en 70 comunidades. Muchos más fueron bautizados, incluyendo rabinos. Algunos se escaparon a Granada, el Norte de Africa o Portugal.
En el año 1483, Tomás Torquemada, confesor de la reina y probablemente descendiente judío él mismo, fue asignado Inquisitor-General por el Papa Inocencio VIII; y durante los siguientes once años usó la Inquisición para investigar y castigar a los “marranos” (como llamaban a los conversos no sinceros), los moros, los apóstatas a la fe, y otros. En 13 años la Inquisición condenó a 13.000 judíos conversos que seguían practicando el judaísmo en secreto. Aproximadamente 2.000 personas fueron quemadas vivas. Este hecho proveyó evidencia clara que la conversión no era la respuesta para la cristianización de España, y que incluso el quitarles sus derechos no mitigaba su influencia. Sólo el echarles del país purgaría la Iglesia en España. Así que un certificado de expulsión fue firmado por los Reyes Católicos en Granada el 31 de marzo de 1492, y el último judío fue forzado a salir el 31 de julio del mismo año. Unos 350.000 judíos, muchas veces forzados a dejar todas sus posesiones, vagaron por Europa, huyeron a Portugal, cruzaron el Mediterráneo al Norte de Africa o viajaron en barco hasta Turquía. Unos cuantos se embarcaron tres barcos que iban a un “Nuevo Mundo”, que al final se convertiría en una ventana de esperanza para el pueblo judío.
Varias cosas se han hecho en España para traer reconciliación con los judíos, especialmente en el 500 aniversario de su expulsión, en el año 1992. También en marzo del año pasado vino John Dawson con un equipo de líderes gentiles y judíos mesiánicos para hacer unos actos de reconciliación en las ciudades de Granada, Córdoba y Toledo. Varios españoles se unieron a estos actos en cada ciudad. Por ejemplo, en Granada fuimos a la Alhambra para anular el certificado de la expulsión de los judíos firmado allí. Luego subimos al monte donde están las ruinas de la antigua ciudad de Elvira; y oramos para pedir perdón y anular los decretos hechos contra los judíos en ese lugar. Después pedimos a los judíos mesiánicos que estaban con nosotros que extendieran sus manos para bendecir los cultivos que estaban justo debajo de donde estábamos. En Córdoba oramos en la sinagoga allí. También los españoles pidieron perdón a las madres de entre los judíos mesiánicos por haber quitado los hijos judíos de sus padres para que fuesen criados como cristianos. Y en Toledo un sacerdote católico de Inglaterra que estaba entre nosotros se postró delante de una mujer judía para pedir perdón por la profanación de las tumbas judías en aquella ciudad.
Algunos de los judíos mesiánicos que vinieron con el equipo de John Dawson están queriendo volver el año que viene para ir a otras ciudades y seguir en este proceso de la reconciliación en España.
Además de la reconciliación que hace falta entre España y los judíos, hay mucha necesidad de reconciliación entre diferentes regiones de esta nación.
En marzo del año pasado tuvo lugar el V Encuentro Anual de Intercesión en el País Vasco, y el tema era la reconciliación. Allí se habló acerca de los pecados históricos que España había cometido contra el Pueblo Vasco, y resaltamos la necesidad de un arrepentimiento sincero y una reconciliación entre ambas partes. Algunos de estos pecados históricos son:
- Opresión continua, provocando la violencia.Durante el régimen de Franco no se les permitió hablar su idioma (euskera) o practicar sus costumbres. Durante la Edad Media, los reyes de varias partes de lo que hoy en día es España concedieron favores y prometieron autonomía al Pueblo Vasco, en un acuerdo que se hizo para que aquellos reyes pudieran hacer uso de las rutas de comercio al mar que pasaban por el territorio de los vascos. Más tarde, no cumplieron con tales pactos, o “fueros”.
- El gobierno español, a través de la Inquisición y especialmente durante el reinado de
Felipe II, detuvo el avance de la Reforma Protestante, que en aquellos tiempos
prosperaba en el País Vasco.
Representantes de los cristianos españoles, de varias partes del país, pidieron perdón por estos pecados de su nación a hermanos/as vascos. Los cristianos vascos también pidieron perdón de parte de su pueblo por:
- El nacionalismo excesivo y actitudes de superioridad
- El deseo de venganza, odio y resentimiento
- El espíritu de muerte que entró a través de la violencia y el derramamiento de sangre
- Un espíritu de independencia.
Esto fue en marzo del año pasado. Y en septiembre del mismo año, ETA anunció una tregua indefinida. Desde entonces no han matado a nadie, aunque sí que ha continuado la violencia callejera. Nosotros damos gracias a Dios por el privilegio de poder ser parte de lo que él estaba y está haciendo en el País Vasco. Aunque entendemos que no éramos los únicos que estaban orando, creemos que estos actos de reconciliación sirvieron para cortar algo del poder del enemigo sobre esta región.
Y, no me he olvidado de la deuda que España tiene con Latino América, por los abusos de la Conquista. Seguro que vosotros, mejor que yo, sabéis de la herida que sigue abierta y sangrienta hoy en día.
En una de las reuniones en la Iglesia de Calvario, aquí en Torrejón, durante la visita de Alejandro Rodríguez, una hermana argentina se puso de pie y compartió algo que Dios había puesto en su corazón. Dijo que venía de paso a Guinea Ecuatorial, y que realmente no había querido venir aquí, porque odiaba a los españoles por lo que habían hecho a su pueblo. Ella era indígena, y contó como hasta hace sólo 30 años en Argentina los indígenas eran esclavos de los españoles, y que en su propia familia su abuela no podía cuidar de sus hijos, porque tenía que servir a sus amos. Al seguir compartiendo esta hermana, decía que entendía ahora por qué tenía que pasar por España en camino a Guinea Ecuatorial. Era que Dios quería que perdonara a esta nación, y que aprendiera a amar a los españoles. Luego se levantó un pastor español y abrazando a la chica, le pidió perdón, y tuvimos un momento muy hermoso de reconciliación.
Hace poco una hermana de Brasil nos contó que incluso en su país, hay necesidad de que los españoles vayan a pedir perdón. Porque, como nos decía, las primeras masacres de los indígenas en su país no fueron cometidas por los portugueses, sino por los españoles, en el año 1498. Ella, entonces, nos está invitando a llevar una delegación de españoles a Brasil para hacer actos de reconciliación el año que viene.
Y en diciembre de este año, o sea, el mes que viene, D.M. Leo llevará un grupo de españoles a Colombia para pedir perdón durante el Festival Internacional por la Paz de Colombia.
Seguro que ya sabéis de la profunda crisis que vive este país ahora con el narcotráfico, el problema de los grupos guerrilleros, y la delincuencia común. Colombia es uno de los países más violentos del mundo, con más de 30.000 muertes sólo en el último año, agudizando el problema los 300.000 desplazados por la violencia, también sólo en este año. Por tanto la necesidad más urgente de Colombia hoy es la paz y la reconciliación. La paz y el orden en Colombia también significarán paz y orden para el resto del mundo.
Pero la profunda crisis que enfrentan representa también una gran oportunidad: La posibilidad de un cambio profundo y de un nuevo comienzo. Con esta esperanza, estamos haciendo un llamado a todos los compatriotas de Colombia a que juntos declaremos 7 días de paz a través de la celebración del FESTIVAL INTERNACIONAL POR LA PAZ DE COLOMBIA, en lo que será la última Navidad de este milenio.
Con este Festival queremos decir:
¡Basta ya de estos 40 años de lucha fratricida, sólo por las ansias de poder y de dinero!
¡Basta ya de nuestra indiferencia hacia el niño, el pobre, el indígena!
¡Basta ya de exportar la muerte y el terror al resto del mundo!
¿POR QUÉ UN FESTIVAL?
Porque creemos que hay esperanza para Colombia, y queremos celebrarla esta Navidad todos juntos con el lenguaje universal del arte: música, danza, poesía, pintura, teatro.
¿POR QUÉ INTERNACIONAL?
Porque solos no podemos, necesitamos del apoyo de los colombianos en el exterior y de la comunidad internacional. Los colombianos necesitan escuchar: “Colombia, no estás sola. Estamos contigo”. ¡Colombia quiere abrirse al mundo y necesita que el mundo se abra a Colombia!
¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA DEL FESTIVAL?
La idea surgió cuando un pequeño grupo de cristianos colombianos, preocupados por la profunda crisis de su país, hizo esta pregunta en oración: “Señor, ¿nos quedamos de brazos cruzados ante esta situación, o quieres que actuemos ya?” Ellos entonces entendieron que Dios les daba la misma esperanza y el mismo reto que antiguo dio a la reina Ester: “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” Ésta es la hora de Dios para Colombia; debemos actuar juntos y hacerlo ya. Sin protestar contra nadie, comprometiéndonos todos. Sabiendo que la paz está en el corazón de los 40 millones de colombianos, porque allí la plantó Dios.
¿CÓMO CONSEGUIR NUESTRO PROPÓSITO?
Empezando por el principio: A través de actos de reconciliación entre españoles y colombianos por los abusos de la Conquista de España en Colombia. Colombia pidiendo perdón a las demás naciones por el narcotráfico. Las partes en conflicto comprometiéndose cada una a respetar estos 7 días de paz. A través de una acción concertada en Colombia y el mundo de jornadas cívicas de ayuda social a los niños de la calle, a los desplazados y a las víctimas de la drogadicción. A través de un gran clamor mundial de oración que reclama la intervención del cielo a favor de la paz de Colombia.
COLOMBIA PIDE PERDÓN AL MUNDO
Alrededor del mundo vemos muerte y destrucción en la familia, el barrio, la ciudad, y el país entero, y todo por causa de la droga. Si tú, como tantos otros, has sufrido de cerca los efectos destructivos de la drogadicción; hoy de parte de Colombia te pedimos perdón. Nos reconocemos responsables en gran medida por este mal causado a tantas familias en todo el mundo. A propios y extranjeros somos deudores. Hoy pedimos perdón ante los hombres y ante Dios. Perdón por la rebeldía y el desacato a la ley y a la autoridad. Perdón por el soborno y la extorsión. Perdón por el crimen y el fomento de la inseguridad. Por todo esto y por mucho más, expresamos nuestro profundo dolor y arrepentimiento. POR TODO ESTO, A LAS NACIONES DEL MUNDO, YO COLOMBIA PIDO PERDÓN.
Leopoldo Lobo Pinzón (LRLobo@syntelnet.com)