… preparándonos para estar listos “para todo buen trabajo”, fuerte en la fe
En nuestro caminar como creyentes, la norma bíblica a la que aspiramos como cristianos es un estándar extremadamente alto. De hecho, es una norma imposible, a menos que estemos consistentemente llenos del Espíritu Santo. ¿Estás tú? La única forma en que podemos ser quienes realmente somos en Cristo es ser llenos de su Espíritu.
En los dos libros de 1 de Timoteo, y 2 de Timoteo, el apóstol Pablo, por supuesto, le escribe específicamente a Timoteo. Pero la Escritura es para que todos nosotros prestemos atención, como Pablo dice en 2 Timoteo 3: 16-17
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 17 Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra. – 2 Timoteo 3: 16-17
¡Prepárense! Todos – seamos hombres, mujeres, o niños – hemos de estar preparándonos para ser fuertes en la fe, “preparados y capacitados” para que hagan toda buena obra. ¡Y debemos ser excelentes, realmente excelentes en esas obras! (O ¿quieren ser pésimos, realmente pésimos en ellas? ¡Claro que no!)
Pablo les dice a todos los creyentes: “ lleven a cabo todo el ministerio que Dios les dio”. –2 Timoteo 4: versículo 5. Cualquier don que se te haya dado … “cumple tu ministerio” como el Señor te da poder.
Pablo le está escribiendo específicamente a Timoteo, pero a todos los que vivimos en el Espíritu nos corresponde estar listos para predicar, corregir, advertir, exhortar y alentar a los demás. Esto es lo que todos hacemos cuando caminamos en el Espíritu. ¡No es “el trabajo del pastor”! No se trata de una vocación, sino más bien de un derramamiento del Espíritu a través de nuestra vida rendida, a través de los dones que Dios nos ha dado para el bien de los demás. ¡Esos somos nosotros! Tú. Yo. Todos los cristianos Esa es la norma.
La norma es estar listo. Dios nos está forjando en el fuego, para ser lo que Él nos está diseñando a ser.
2 Timoteo 4:2 (NTV)
2 predica la palabra de Dios.
Mantente preparado,
sea o no el tiempo oportuno.
Corrige,
reprende
y anima ]
a tu gente
con paciencia
y buena enseñanza.
¿Estás listo? No es instantáneo. Es un proceso. Hay que trabajar en ello. [Ve la NOTA sobre “Santificación” al final de este artículo, que se basa en Romanos 6:19.] Según el versículo 2 (2 Timoteo 4:2):
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¿Conoces bien tu fe – hasta el punto de poder predicarla?
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¿Tienes la actitud de ser un “mensajero oficial”, tienes una cosmovisión de un embajador? (2 Corintios 5:18-20)
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¿Amas lo suficientemente a tu familia y a tus amistades, será tu fe lo suficientemente completa como para que “corrijas” bíblicamente a los que viven en error (doctrinal y de comportamiento)? ¿Sabes lo suficiente como para hacerlo en amor y con paciencia, en vez de con regaño y condenación?
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¿Qué estás haciendo para prepararte para esta tarea?
Yo prosigo activamente esta meta de estar preparado. El apóstol Pablo fue, en la medida de lo posible, un experto en el área de la santidad. ¿No lo crees? Y, sin embargo, él pecaba. Él dijo “ 12 No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo.” Él dijo: “… No quiero decir que ya haya logrado estas cosas…”.
¿¡Cómo!? ¡¿Por qué pecaría un apóstol?!
Los atletas hacen ejercicio en el gimnasio o en el campo, para ser lo mejor que son capaces, ¿verdad? Sin embargo, finalmente no pueden decir un día: “Ya terminé de hacer ejercicio”. ¡Soy lo mejor que puedo ser! “¡De ninguna manera! Por dentro, sabe que puede lograr más, ser mejor.
* Este artículo se basa sobre Are You Ready, Steady and Able? publicado en inglés: 29 de abril de 2018.
Mas párrafo :
Ser fiel, poco a poco
¿Cuál es tu excusa? … Fracasos famosos
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