(Nota del traductor: La versión bíblica que Keith Swift usó como base para este artículo fue The Amplified Bible [AMP]. Esa versión en inglés incorpora comentarios y aplicaciones, entre corchetes, como parte de la traducción. El traductor ha traducido los pasajes tal y como The Amplified Bible los tiene, ya que una versión semejante no existe en español.)
Al fin y acabo, después de escribir todo los que tenía que decir sobre la vida cristiana en su segunda carta a los Corintios, el Apóstol Pablo resumió todo al decir:
2 Corintios 13:11-14 (AMP traducida al español)
11 Finalmente, creyentes, ¡regocíjense! Sean completos [sean lo que deben ser], sean consolados, tengan un mismo sentir, vivan en paz [disfruten del bienestar espiritual experimentado por los creyentes que caminan cerca de Dios]; y el Dios de amor y paz [la fuente de la bondad amorosa] estará con ustedes.
12 Salúdense unos a otros con un beso santo. 13 Todos los santos de Dios les mandan saludos.
14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y el compañerismo del Espíritu Santo sean con todos ustedes.
La vida cristiana se centra en llegar a ser completos en Cristo: “sean lo que deben ser” (v. 11)
- sean consolados
- tengan un mismo sentir
- vivan en paz
Nacer de nuevo es sólo el principio de lo que Dios nos llama a ser. Es el punto de partida. Luego viene el camino hacia la madurez – motivado por una gratitud profunda por Su gracia.
Vivir en paz como un cristiano que está madurando significa “[disfrutar del bienestar espiritual experimentado por los creyentes que caminan cerca de Dios]” (v. 11). Un cristiano que está madurando seguramente alcanzará ese nivel de madurez en la fe en el que podemos “disfrutar” de un estado de bienestar espiritual, porque estamos caminando “cerca de Dios” en todo lo que somos día a día, hora a hora, momento a momento.
La madurez en Cristo va aumentando hasta ser lo suficientemente completa como para poder disfrutar regularmente de un estado de “bienestar espiritual” (v11). La madurez siempre es un proceso interminable para nosotros los humanos aquí en la tierra. El Espíritu Santo me están madurando, poco a poco. En el cielo será instantáneo. ¡Ese será el gran día!
Incluso después de haber sido hecho “completamente nuevo” en el momento en que nacemos de nuevo (2 Corintios 5:17), el creyente todavía tiene que lidiar con la vieja naturaleza hasta obtener un cuerpo celestial recién creado en el cielo (Colosenses 3:5) . Pero hay un nivel de madurez que podemos alcanzar, dice Paul: cuando empezamos a cooperar con el Espíritu Santo para crecer, poco a poco.
Podemos vivir contentos a medida que aprendamos a lograr que lo que decimos coincida con nuestra forma de vivir, y a permanecer cerca de Dios por la forma en que vivimos día a día. Y cuando fallamos, confesamos nuestro pecado y comenzamos nuevamente renovados. Eso es bienestar espiritual. Eso es caminar cerca de Dios.
Pablo concluye esta importante carta diciendo que nos toca a cada uno de nosotros ser responsables, y someterle de nuevo nuestra vida a Él cada día, “permaneciendo en la vid” como dijo Juan en Juan 15:4. Si es así, entonces “el Dios de amor y paz [la fuente de la bondad amorosa] estará contigo.” (2 Corintios 13:11).
Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.
Pero no olviden de la próxima promesa: Juan 15:6 El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman.
Como pueblo de Dios (v. 13), “la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo” estará con nosotros. (v. 14). No es presuntuoso llamarnos “el pueblo de Dios”. ¡para nada!. Somos nacidos de nuevo de Dios, para ser Su propio pueblo. Él mismo nos da ese derecho. Dios ha dicho eso de nosotros:
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.
1 Juan 1:12-13 (traducción de la Amplified Bible – AMP)
12 Pero a los que lo recibieron y le dieron la bienvenida, les dio el derecho [la autoridad, el privilegio] de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creyeron en Él (se adhirieron a Él, los que confiaron en Él, y dependieron de) Su nombre – 13 que nacieron, no de sangre [concepción natural], ni por la voluntad de la carne [por el deseo físico], ni por la voluntad de hombre [voluntad de un padre físico], pero de Dios [es decir, un nacimiento sobrenatural – Dios los hizo nacer – transformados espiritualmente, renovados, santificados].
¿Les ha sido dado el derecho de ser llamados hijos de Dios? (Se obtiene ese derecho al nacer de nuevo). Si lo han hecho, ¡asegúrense de gozarlo! “Gocen del bienestar espiritual”. (v. 11) No hay nada como esto en la tierra.
* Este artículo se basa en Enjoy spiritual well-being publicado en inglés: 19 de agosto de 2018.
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