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Enseñanza bíblica básica de nuestra fe
Capítulo 2: EL HOMBRE
Estudios por el profesor Delmar IntVeld
I. EL HOMBRE – SU ORIGEN
Las escrituras nos ofrecen una historia doble de la creación del hombre, (Génesis 1:26, 27 y Génesis 2:7, 21-23).
Hay ciertas particulares en que la creación del hombre resalta en distinción de todos otros seres vivientes.
1. Una deliberación divina solemne antecedió la creación del hombre.
Génesis 1:26 Entonces dijo: ‘Ahora hagamos al hombre. Se parecerá a nosotros, y tendrá poder sobre los peces, las aves…’
2. La creación del hombre fue un acto instantáneo, directo de Dios.
Algunas expresiones en la narrativa antes de la creación del hombre indican creación mediata.
Génesis 1:11 Dijo: ‘Produzca la tierra toda clase de plantas: hierbas que den semilla y árboles que den fruto.’
Génesis 1:20 Luego Dios dijo: ‘Que produzca el agua toda clase de animales…’
Génesis 1:24 Entonces dijo Dios: ‘Que produzca la tierra toda clases de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo.’
En cuanto al hombre dice:
Génesis 1:27 Cuando Dios creó al hombre, lo creó parecido a Dios mismo; hombre y mujer los creó.
3. El hombre fue creado a la imagen de Dios.
De todo lo demás de la creación dice la biblia – “según su género” o “toda clase.” Esto quiere decir que tienen una forma propia más el hombre está hecho “a la semejanza de Dios.”
4. Los dos elementos de la naturaleza humana están claramente distinguidos.
Génesis 2:7 Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre comenzó a vivir.
El Cuerpo está hecho del polvo de la tierra; Dios usó materia que ya existía. El alma era una nueva creación – no fue hecho de lo que existía. El hombre está hecho de cuerpo y alma – dicotomía.
Otras referencias bíblicas: (Eclesiastés 12:7; Mateo 10:28; Lucas 8:55; II Corintios 5:1-8; Filipenses 1:22-24; Hebreos 12:9).
5. El hombre recibe el lugar exaltado en la creación.
Génesis 1:28 Y les dio su bendición: ‘Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.’
II. EL HOMBRE – SU CAÍDA
1. Desgraciadamente el hombre no guardó su estado prístino y cayó haciéndose infeliz. El Diablo, usando a la serpiente como instrumento, le tentó, y éste desobedeciendo a Dios cometió el pecado, (Génesis 3:1-6).
2. Inmediatamente se ve en los transgresores una conciencia culpable; sus ojos fueron abiertos y advirtieron su desnudez y fueron invadidos de un hondo sentimiento de temor que les hizo esconderse de Dios, (Génesis 3:7, 8).
3. Dios apareció para pronunciar un juicio de maldición sobre cada uno de los culpables y lo que es peor, ordenar su destitución del Paraíso, (Génesis 3:9-20, 23, 24).
4. ¿En qué consiste el pecado de Adán?
La esencia del pecado de Adán, fue, que se puso a sí mismo en oposición a Dios, que él rehusó someterse a la voluntad de Dios, a permitir a Dios determinar la dirección de su vida y que activamente quería sacar el asunto de la mano de Dios y determinar el futuro por cuenta propia.
Vemos su pecado también en su incredulidad, su orgullo, su volición, como el deseo de ser como Dios y en las afecciones como la satisfacción profana en comer del fruto prohibido.
III. EL HOMBRE – SU ESTADO ACTUAL
1. Podemos asegurar que toda la raza humana descendió de aquel primer hombre que fue creado a la imagen de Dios que cayó y que fue expulsado del Edén.
Hechos 17:26 De un solo hombre hizo él todas las naciones, para que vivan en toda la tierra; y les ha señalado el tiempo y el lugar en que deben vivir.
Teniendo, pues, todos nosotros un mismo tronco genealógico podrido y defectuoso, es lógico y natural que las ramas estén carcomidas y los frutos maleados.
Eclesiastés 7:29 Solamente he encontrado lo siguiente: que Dios hizo perfecto al hombre, pero éste se ha complicado la vida.
2. De lo anterior llegamos a la triste realidad de que los efectos del pecado de Adán no se limitaron a él mismo, sino que se transmitieron a su posteridad, es decir, a toda la raza humana.
Romanos 5:12 Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo y trajo consigo la muerte, y la muerte pasó a todos porque todos pecaron.
3. La desgracia moral en que se encuentra el hombre puede constatarse a través de las edades por medio de la historia y lo que vemos y experimentamos en la actualidad. La Biblia no puede ser más clara en los conceptos que emite a este respecto, (Isaías 1 y Romanos 3:10-19).
4. Puntualizando el cargo vemos que la Biblia nos dice que por el pecado el hombre es hijo del Diablo (Juan 8:44) y por lo tanto está:
(a) Perdido.
Isaías 53:6 Todos nosotros nos perdimos como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, pero el Señor cargó sobre él la maldad de todos nosotros.
(b) Alejado de Dios.
Isaías 59:2 Pero las maldades cometidas por ustedes han levantado una barrera entre ustedes y Dios; sus pecados han hecho que él se cubra la cara y que no los quiera oír.
Efesios 2:12 Recuerden que en otro tiempo estaban sin Cristo, separados de la nación de Israel, y no tenían parte en los pactos ni en la promesa de Dios. Vivían en este mundo, sin Dios y sin esperanza.
(c) Muerto en pecado.
Efesios 2:1 Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados en que vivían, pues seguían el ejemplo de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios.
Colosenses 2:13 Ustedes en otro tiempo, estaban muertos espiritualmente a causa de sus pecados y por no haber sido circuncidados; pero ahora Dios les ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados.
(d) Bajo la ira de Dios.
Juan 3:36 El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.
Romanos 1:18 Pues vemos que el terrible castigo de Dios viene del cielo sobre toda la gente mala e injusta, que con su maldad impide que se conozca la verdad.
(e) Expuesto al juicio y la muerte eterna.
Hebreos 9:27 Y así como todos han de morir una sola vez y después vendrá el juicio.
Lucas 16:22, 23
(f) Destinado al infierno.
Apocalipsis 21:8 Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, a ellos les tocará ir al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte.
IV. EL HOMBRE – SU RESTAURACIÓN
1. El Señor Jesucristo tuvo que venir del cielo para buscar y rescatar al hombre.
Lucas 19:10 Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.
2. La restauración además incluía la reconciliación del hombre con Dios, que Jesucristo logró a base de su muerte en la cruz y su sangre derramada.
Colosenses 1:20, 21 Y por medio de Cristo quiso poner en paz consigo al universo entero, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz. Ustedes eran extranjeros y enemigos de Dios en sus corazones, por las cosas malas que hacían.
3. También por su misma muerte nos dio vida abundante y eterna restaurándonos del estado de muerte en que nos había dejado el pecado.
Juan 10:10 El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Efesios 2:5 Que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación.
4. Su muerte en la cruz es lo que nos libra de la ira venidera y de la condenación eterna.
Juan 5:24 Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida.
Romanos 8:1 Así pues, no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.
5. Finalmente, nos sacó de las tinieblas del reino del enemigo y nos trasladó a su glorioso reino de luz.
Colosenses 1:13, 14 Dios nos libró del poder de la oscuridad y nos llevó al reino de su amado Hijo, por quien nos salvó y nos perdonó nuestros pecados.
RESUMEN
La restauración del hombre la opera el Espíritu Santo aplicándonos los méritos y virtudes de la obra completa de Jesucristo. Dios espera que dicha obra de gracia y amor sea aceptada por la fe para que el individuo pueda experimentar un cambio completo en su vida al ser renovada en él, llegando a ser una nueva criatura; un hijo de Dios en vez de un hijo del Diablo; un ciudadano de la Patria Celestial en vez de un rebelde en las huestes del enemigo; un heredero de Dios y coheredero con Cristo; y mientras permanece en este mundo, un miembro de su Iglesia militante.
Colosenses 3:10 Y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente.
Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe – Estudios por el profesor Delmar IntVeld
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