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Enseñanza bíblica básica de nuestra fe
Capítulo 11: LA MAYORDOMÍA DE LA IGLESIA
Estudios por el profesor Delmar IntVeld
Tenemos que aceptar nuestra responsabilidad de mayordomos delante de Dios para llevar a cabo la obra de la Iglesia. La mayordomía incluye toda la personalidad. La Biblia es un libro de mayordomía; vemos muchos ejemplos de mayordomos en sus historias, como de Adán y Eva, Abraham y Lot, Jonás, etc.
La palabra “mayordomo” viene del griego y se refiere a una persona que tiene la responsabilidad de administrar la casa o bienes de otra persona.
Puede estudiar los siguientes versículos, (Lucas 12:42-48; 16:1-15; I Corintios 9:17; Efesios 3:2; Colosenses 1:25; Romanos 16:23; Gálatas 4:2).
En todos los casos la mayordomía indica una responsabilidad con contabilidad. Incluye los talentos, el tiempo, y el tesoro de cada creyente.
I. NUESTROS TALENTOS.
¿Por qué debo dar mis talentos a Cristo? Hay varias razones porque nuestros talentos pertenecen al Señor.
(1) I Corintios 6:19-20 <<No sois vuestros>>. El creyente es una persona cambiada con un nuevo Señor y una nueva relación a él. Esta relación nos da nuevas obligaciones, (Romanos 12:1, 2). Le servimos a Dios porque hemos recibido su misericordia. Esta relación es una de amor, (Juan 15:13-16; Marcos 12:33). Le servimos por amor.
(2) Todas nuestras habilidades hemos recibido del Señor, (I Corintios 4:7).
Nuestra salud, nuestra mente, nuestras oportunidades para estudiar; todo que contribuyó al desarrollo de nuestras habilidades también son del Señor.
(3) La tercera razón de dejar al Señor usar nuestros talentos es la necesidad del mundo y la necesidad de la Iglesia. La solución de los problemas del mundo está solamente en el mensaje de la Iglesia acerca de Jesucristo.
Como Pablo se sintió deudor a toda gente, (Romanos 1:14) también debemos considerarnos deudores a los que no conocen el evangelio y dedicar nuestros talentos a Cristo y a su obra.
II. NUESTRO TIEMPO.
Todos tenemos veinticuatro horas en el día; nadie tiene más tiempo que nosotros.
(1) Porque somos cristianos, debemos considerar cómo usamos nuestro tiempo.
La Biblia pone énfasis en el valor del tiempo, (Salmo 89:47; Proverbios 29:1; Eclesiastés 3:1, 17; Isaías 55:6; Jeremías 46:21; Amós 4:12; Lucas 19:43, 44; Juan 9:4; 12:35; I Corintios 7:29; 15:52; II Corintios 6:2; Efesios 6:2; 3:14-16; Colosenses 4:5; I Pedro 4:7; Apocalipsis 10:5,6).
(2) Porque no se puede recobrar el tiempo, debemos cuidar bien que no perdamos oportunidades. ¿Cómo usa su tiempo?
(3) Porque la vida tiene urgencia. La vida aquí es temporal más las decisiones de la vida son permanentes. La muerte viene pronto y muchas veces de golpe. ¡Cuántos en su lecho de muerte han querido recobrar el tiempo perdido! Somos mayordomos de nuestro tiempo.
Efesios 5:16 Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
III. NUESTRO TESORO.
II Corintios 8:5 Dieron: No como lo esperábamos.
(1) Negamos la soberanía de Dios si no damos de nuestro dinero, porque Dios es creador y dueño de todo.
Salmo 8:6-8 Le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo; sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar!
(2) Negamos la palabra de Dios. Abraham y Jacob dieron el diezmo antes de la ley de Moisés.
Génesis 14:20 Entonces Abraham le dio a Melquísedec la décima parte de lo que había recobrado.
Génesis 28:22 Siempre te daré, oh Dios, la décima parte de todo lo que tú me des.
Estamos bajo una ley más alta ahora, la ley del amor.
Romanos 13:10 El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley.
No podemos hacer menos bajo la ley superior que hace todo bien. I Corintios 16:2 nos enseña dar sistemáticamente y según la prosperidad, que puede ser mucho más que el diezmo.
I Corintios 16:2 Los domingos, cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas.
(3) Negamos el amor de Dios, (Juan 3:16; Filipenses 2:5-8).
II Corintios 8:9 Porque ya saben ustedes que nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza fueran ustedes enriquecidos.
(4) Negamos la bondad de Dios, (Proverbios 3:9-10; 11:24-25; Malaquías 3:10-11; II Corintios 9:6-7).
Lucas 6:38 Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta, Dios los medirá a ustedes con la misma medida con que ustedes midan a los otros.
(5) Negamos la comisión de Dios. Se necesita el dinero para mandar obreros, publicar literatura, construir templos, etc.
II Corintios 4:2 Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe – Estudios por el profesor Delmar IntVeld
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