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La Soberanía de Dios y la Voluntad del Hombre
Capítulo 10, Calvino y la voluntad
Estudios por el profesor Int. Delmar
Los calvinistas enfatizan la soberanía de Dios. Estoy totalmente de acuerdo en que Dios es soberano. Él es el Dios eterno transcendente, Creador del universo y de la humanidad. Él tiene un propósito en todas sus obras maravillosas y nadie puede obstruir su plan.
El problema con el calvinismo es que tiene otras presunciones y presuposiciones filosóficas que creo que no son bíblicas. Los calvinistas, mientras exaltan la soberanía de Dios, menoscaban su soberanía en el principio de su sistema.
La primera pregunta que debemos hacer es: ¿qué creó Dios en su soberanía? La respuesta encontrada en la palabra de Dios es muy diferente de la idea descrita por los calvinistas.
Génesis 2:16, 17 16 Y le dio este mandato: <<Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.>>
Adán y Eva tuvieron la opción de obedecer el mandato de Dios o de desobedecerlo. Seguramente Dios no está enseñándonos aquí que desde la eternidad él había decidido que el hombre fuera desobediente y comiera lo que se le prohíbe.
Los calvinistas hacen declaraciones confusas acerca de la voluntad del hombre. A veces sus declaraciones indican que de veras tenemos voluntad propia. Sin embargo, otras declaraciones despojan de todo poder a la voluntad. Me parece que la idea del libre albedrío es una amenaza a su concepto de la soberanía de Dios porque, desde su perspectiva, Dios no tendría el control sobre todas las cosas.
También alegan que no existe tal cosa como el libre albedrío, que la voluntad es esclava del pecado. Pablo dice en Romanos que somos esclavos del pecado y también dice que no puede hacer lo que quiere, sino que lo que odia es lo que hace. Aunque somos esclavos del pecado, todavía tenemos voluntad propia y hacemos elecciones, aunque sean equivocadas.
Mi crítica no es acerca de si el hombre pude hacer algo para salvarse o tomar parte en su salvación. Estoy totalmente en desacuerdo con el pelagianismo y el semipelagianismo. El hombre no puede contribuir nada para su salvación. No merece nada de Dios. Lo que yo discuto es la idea de que Dios ha ordenado todo lo que sucede, lo que sería el determinismo, de manera que todas las elecciones serían solamente una ilusión.
Pedro dice:
II Pedro 3:11,12 11 Puesto que todo va a ser destruido de esa manera, ¡con cuánta santidad y devoción deben vivir ustedes! 12 Esperen la llegada del día de Dios, y hagan lo posible por apresurarla. (Versión Popular)
Si todo lo que ocurrirá fue predestinado antes de la creación, no sería posible hacer algo para apresurar o acelerar la venida del Señor.
Creo que Dios en su soberanía le dio al hombre voluntad propia y la capacidad de hacer elecciones. Creo que la Biblia enseña que Dios hizo al hombre a su imagen y Dios, por supuesto, es libre para hacer elecciones. La voluntad no sería voluntad si no puede decidir nada.
- W. Tozer explica muy bien como Dios puede ser soberano y el hombre puede tener libre albedrío al mismo tiempo.
Dios decretó soberanamente que el hombre fuera libre de hacer elecciones morales, y el hombre desde el principio ha cumplido ese decreto al decidir entre el bien y el mal. Cuando escoge hacer lo malo, no contrarresta la voluntad soberana de Dios sino la cumple, puesto que el decreto eterno no determinó qué decisión debería tomar el hombre, sino que debía tener liberad para tomarla. Si en su libertad absoluta, Dios ha deseado dar al hombre libertad limitada ¿quién puede detener su mano o decir: <<¿qué haces?>> La voluntad del hombre es libre porque Dios es soberano. Un Dios que no fuera soberano no podría conferir la libertad moral a sus criaturas. Tendría temor de hacerlo.[1]
Yo sé que los calvinistas apoyan de dientes para fuera la capacidad del hombre de hacer elecciones, pero no la aceptan en realidad. Examinemos algunas de las declaraciones que dan para demostrar que lo que digo es verdad:
La teología reformada enfatiza la soberanía de Dios en virtud de la cual él ha soberanamente determinado desde la eternidad todo lo que sucederá, y su voluntad soberana se cumpla en la creación entera, tanto lo natural como lo espiritual, según su plan predeterminado… La teología reformada es prácticamente la única que enfatiza la doctrina de los decretos.[2]
Berkhof no es la única voz que hace tal declaración. La <<Confesión de fe de Westminster>> declara algo similar.
Dios ordenó desde la eternidad todo lo que sucede, por su propia iniciativa libremente sin cambio alguno y por medio del más sabio y santísimo consejo de su propia voluntad. Pero lo hizo de tal manera que, ni es el autor del pecado ni hace violencia a la voluntad de las criaturas, ni hace a un lado la libertad o incertidumbre de causas secundarias, sino más bien las establece.
He hecho referencia a esto anteriormente como una violación de la ley de no contradicción, es decir, que <<A>> no puede ser <<A>> y no ser <<A>> al mismo tiempo.
Las Escrituras en ninguna parte declaran que Dios ha ordenado todo lo que sucede. Creo que ésta es una idea filosófica. Las Escrituras enseñan desde el principio que el hombre fue hecho a la imagen de Dios. Ser a la imagen de Dios significa tener la capacidad de razonar, ser creativo, de ejercer la voluntad libremente, de relacionarse con otros, de conocer, amar y obedecer a Dios.
Las declaraciones contradictorias arriba citadas de la confesión de fe de Westminster según las entiendo yo, niegan la soberanía de Dios. Satanás es muy sutil en su manera de engañarnos. Mientras que los calvinistas afirman la soberanía de Dios, que Dios puede hacer lo que quiere, su posición no permite a Dios ser soberano en cuanto a darnos el libre albedrío.
Dios en su soberanía nos dio voluntad propia. El sistema de determinismo del calvinismo hace imposible toda elección verdadera. No por tener el libre albedrío el hombre es soberano. El hombre no tiene poder sobre Dios. El hombre no puede salvarse a sí mismo. El hombre no puede crear su propio plan de salvación. Las buenas obras no son el medio para reconciliarse con Dios.
Dios hace las reglas y establece las normas. El hombre, aunque puede rebelarse contra Dios y decir: <<soy ateo>> o <<voy a hacer lo que quiera con mi vida>>, no puede escaparse de las consecuencias de tales acciones. Dios juzgará y prevalecerá. El hombre no triunfará en su rebelión.
Pero no debemos negar la realidad de lo que el Dios soberano hizo cuando creó al hombre e inventar un concepto de Dios basado en nuestro punto de vista filosófico de la realidad. El Dios verdadero no es el Dios de los filósofos sino el Dios de la revelación. El Dios de la revelación se ha revelado a sí mismo en una manera muy diferente de la que plantea el sistema calvinista.
Si Dios ha determinado soberanamente desde la eternidad todo lo que sucederá, entonces se trata de determinismo y Dios sería el autor del pecado, porque el pecado es parte de lo que sucede. Es en este punto que los calvinistas luchan con su lógica para explicar que Dios no es responsable del pecado. Mire la respuesta de Berkhof a las objeciones a la doctrina de los decretos, concerniente al problema de que Dios es el autor del pecado.
Dios decreta mantener su libre albedrío, regular las circunstancias de su vida y permitir que el libre albedrío se manifieste en una multitud de actos, de los cuales algunos son pecaminosos. Por razones buenas y santas, hace que estos actos pecaminosos lleguen a ser realidad, pero no decreta causar los malos deseos o elecciones en el hombre directamente. El decreto en cuanto al pecado no es un decreto creador sino un decreto permisivo, o un decreto para permitir, a diferencia de un decreto para producir, el pecado por la acción divina.[3]
Observe tres cosas:
(1) <<Regular las circunstancias de su vida>> no es señal de libre albedrío sino de una situación controlada.
(2) No sé qué razones buenas y santas puede haber para hacer que los actos pecaminosos lleguen a ser realidad. Aun si Dios no fuera la causa directa de que sucedan los actos pecaminosos, seguiría siendo responsable de que existiera la maldad.
(3) Decir que el decreto es <<un decreto permisivo>> y <<no un decreto que produce>> parece aceptar que el hombre actúa con libre albedrío, pero <<hacer que estos actos pecaminosos lleguen a ser realidad>> parece indicar que Dios determina dichos actos.
Así que aquí existe un pensamiento ilógico. Es una contradicción decir que Dios decreta mantener el libre albedrío de los hombres y al mismo tiempo decir que él ha predeterminado todo lo que sucederá. Los calvinistas llaman a esto una paradoja. Una paradoja parece ser una contradicción, pero si más luz fuera arrojada a la situación no sería una paradoja. Esto es claramente una contradicción, no una paradoja. Utilizan un argumento sofístico para tratar que una contradicción parezca posible. Decir que hay libre albedrío donde todo está predeterminado es igual a decir que alguien es soltero y al mismo tiempo casado.
El sistema calvinista comienza con el supuesto filosófico de que <<los decretos deben preceder la presciencia>> y luego otro: que <<Dios ha decretado todo lo que sucederá>>. No creo que la Biblia enseñe ninguno de éstos.
Strong define un decreto de la siguiente manera:
Con los decretos de Dios nos referimos al plan eterno por el cual Dios ha hecho realidad todos los eventos del universo, pasados, presentes, y futuros.[4]
Sigue explicando que los decretos son un solo plan. Así que podríamos esperar encontrar versículos bíblicos que tengan que ver con el plan de Dios.
Mi punto no es que Dios no tiene un propósito o un plan, sino que la Biblia no enseña que su propósito y plan abarquen todo lo que sucede porque eso sería determinismo. Dios puede llevar a cabo su propósito sin determinar todo lo que hacen los que tienen libre albedrío. Si él determina y controla todo lo que hacemos, no podemos tener libre albedrío.
Strong provee una lista de versículos de las Escrituras en su libro de teología sistemática que a primera vista parecerían apoyar la posición calvinista, pero un análisis más profundo demostrará que no.
Augustus Strong utiliza los siguientes versículos como prueba de su posición:
Isaías 14:26, 27 26 Esto es lo que he determinado para toda la tierra; ésta es la mano que he extendido sobre todas las naciones. 27 Si lo ha determinado el SEÑOR Todopoderoso, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?
Isaías 46:10, 11 10 <<Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo. 11 Del oriente llamo al ave de rapiña; de tierra distante, al hombre que cumplirá mi propósito. Lo que he dicho, haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré.>>
Daniel 4:35b
Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
Efesios 1:11 En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad.
Salmo 119:89-91
89 Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y está firme en los cielos. 90 Tu fidelidad permanece para siempre; estableciste la tierra, y quedó firme. 91 Todo subsiste hoy, conforme a tus decretos, porque todo está a tu servicio.
Hechos 17:26 <<De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios.>>
Job 14:5
<<Los días del hombre ya están determinados; tú has decretado los meses de su vida; le has puesto límites que no puede rebasar.>>
Juan 21:19 Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios.
Isaías 44:28 <<Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo.>>
Efesios 2:10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Génesis 50:20 —Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo; salvar la vida de mucha gente.
I Reyes 12:15, 24 15 De modo que el rey no le hizo caso al pueblo. Las cosas tomaron este rumbo por voluntad del SEÑOR, para que se cumpliera lo que ya él le había dicho a Jeroboán hijo de Nabat por medio de Ahías el silonita.
24 … porque es mi voluntad que esto haya sucedido…
Lucas 21:22 <<Ese será el tiempo del juicio cuando se cumplirá todo lo que está escrito.>>
Hechos 2:23 <<Éste fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz.>>
Hechos 4:27, 28 27 <<En efecto, en esta ciudad se reunieron Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y con el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste 28 para hacer lo que de antemano tu poder y tu voluntad habían determinado que sucediera.>>
Romanos 9:17 Porque la Escritura le dice al faraón: <<Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra.>>
I Pedro 2:8b Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.
I Corintios 2:7b Una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad.
Efesios 3:10, 11 10 El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, 11 conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Salmo 2:7, 8
7 Yo proclamaré el decreto del SEÑOR: <<Tú eres mi hijo>>, me ha dicho; <<hoy mismo te he engendrado. 8 Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!>>
I Corintios 15:25 Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de su pies.
Filipenses 2:12, 13 12 Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor, 13 pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.[5]
Estos textos no dicen que Dios ha decretado todo lo que ocurrirá. Estos versículos enseñan que Dios tiene un plan; que nadie puede impedir lo que Dios quiere hacer; que él llevará a cabo su plan; que su plan incluye la muerte de Cristo; incluye nuestra salvación y la Iglesia; él puede usar a hombres malvados para llevar a cabo su plan; que él conoce el fin desde el principio; que él pondrá sus enemigos debajo de sus pies, etc.
Nadie puede descubrir todo lo que está en el plan de Dios. Sólo podemos conocer las cosas que Dios nos ha revelado. Sin duda una cosa es decir que Dios tiene un plan y propósito que llevará a cabo y otra muy distinta que incluya todos los detalles de nuestra vida.
Digamos que Dios tiene un plan para mi vida. El plan es que estudie en un seminario teológico y sea después misionero. En el plan hay muchos detalles. Necesito saber a cuál seminario asistiré y donde viviré. Necesito saber dónde voy a conseguir el dinero para vivir y para pagar mi educación. Necesito pensar en qué parte del mundo Dios quiere que sirva o dónde puedo servirle mejor, etc.
No es necesario que Dios incluya en el plan muchos otros detalles de mi vida como: si debo llevar ropa informal o un traje y corbata, si debo comer arroz y frijoles o papas y carne, si debo manejar un Ford o un Chevrolet, si debo utilizar mi tiempo estudiando en la escuela o buscando experiencias prácticas en el evangelismo fuera de la sala de clases.
En la parábola de los talentos en Mateo 25:14-30, a tres siervos se les dieron diferentes cantidades de monedas de oro (cinco, dos y uno), a cada uno según su capacidad. Dos de los siervos inmediatamente negociaron con ellas y ganaron más. Uno cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo el señor volvió y arregló cuentas con ellos. Él que no hizo nada fue condenado. Los otros dos habían utilizado su propia iniciativa para decidir cómo ganar más dinero. Se les alabó por ser fieles.
Es importante notar que ninguno de los tres recibió instrucciones acerca de cómo invertir el dinero. Debieron utilizar sus propias habilidades y tomar la iniciativa en el servicio a su señor. No hay motivo para creer que el siervo que cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero no tuvo otra opción. Sus acciones no fueron predeterminadas.
La parábola, por supuesto, se refiere a que Cristo estaría ausente por mucho tiempo y nosotros, sus siervos, debemos tomar la iniciativa y utilizar nuestras propias habilidades para servir al Señor para que cuando él regrese podamos dar cuenta de lo que hemos hecho con nuestra vida.
Así que volviendo al ejemplo del plan de Dios para mi vida de estudiar y llegar a ser misionero, es necesario que yo descubra mis habilidades y tome la iniciativa en mi servicio a Dios. Dios no me dice qué ropa debo llevar puesta cada día, qué clase de comida comer ni siquiera cuál es el mejor método para ganar a otros para Cristo. No me dice a qué hora debo levantarme, a quién debo testificar, cuándo no debo ser persistente con alguien, si debo utilizar el radio o la televisión en mi ministerio, etc. Tampoco hay razón para creer que Dios ha predeterminado estos detalles de mi vida, o que yo solamente creo que estoy tomando estas decisiones, pero en realidad sólo puedo hacer lo que Dios ha predeterminado acerca de mi vida. No creo que vivamos una ilusión.
Muchas personas buscan la voluntad de Dios para sus vidas. Las Escrituras revelan los mandamientos de Dios y sus propósitos. Los ponemos en práctica en nuestra vida diaria. Las Escrituras dicen: <<Vayan y hagan discípulos>>, así que sabemos que hacer discípulos es parte de la voluntad de Dios. Pero no hay Escrituras acerca de los aspectos triviales de nuestras vidas. No conozco a nadie que crea que Dios le ha revelado los detalles que he mencionado arriba. Si Dios realmente está controlando cada detalle, nadie sabría si está haciendo la voluntad de Dios o tendría que concluir que la vida es sólo una ilusión.
¿Por qué sería diferente en lo que respecta al plan de Dios para el universo que respecto a su voluntad para mi vida? Los detalles diarios no se necesitan para que Dios cumpla su propósito. No es natural mirar las elecciones diarias que todos hacemos, para bien o para mal, sabias o insensatas, y pensar en ellas en una manera determinista. Pensar así solamente conduce al dilema del sistema calvinista. No es natural pensar que Dios ha creado al hombre con el libre albedrío y al mismo tiempo que debe hacer lo que Dios ha predeterminado. No es natural pensar que un Dios santo es la causa del pecado en el mundo y que la única manera de escapar de esta conclusión es por deducciones ilógicas.
Déjeme dar otra ilustración. Un constructor necesita tener un plan detallado para la construcción de una clínica para ancianos. Los planos incluirían lo siguiente: cuántos pisos, cuántos cuartos, cuántos metros cuadrados, los cimientos, la plomería, la instalación de alambres eléctricos y los enchufes, las ventanas, puertas, clases de materiales, ladrillos, madera, cemento, alfombra, etc. Los planos también incluirían qué trabajos serían asignados a otros contratistas.
Aunque los detalles sean muy minuciosos, no incluirían cuál albañil colocaría cuáles ladrillos, el número exacto de horas que cada obrero invertiría para completar la obra, el número exacto de la gente necesaria para hacer la obra, la necesidad de reemplazar un obrero que se enferme, que llegara a ser necesario despedir a cierto obrero, la cantidad de electricidad utilizada cada día para cortar la madera o mezclar el cemento, etc.
Aun con un plano preciso para la construcción de la clínica para ancianos, habría muchas cosas que no son ni necesarias, ni incluidas en el plano. Sin embargo, el edificio saldría exactamente según las especificaciones. Lo mismo sucede con el plan de Dios para el universo. Dios es soberano. Él tiene un plan. Hará lo que ha planeado. Su plan incluye el libre albedrío del hombre. Nuestras vidas no son predeterminadas por Dios. Dios tiene un propósito para nuestras vidas.
Efesios 1:4, 11, 12 4 Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él.
11 En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, 12 a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestras esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria.
Su plan, entonces, es que seamos santos y sin mancha y que vivamos para la alabanza de su gloria. Según Mateo 28:19, debemos hacer discípulos de todas las naciones. Mi propósito aquí no es citar todos los versículos que hablan del propósito de Dios para nuestras vidas. Dios tiene un plan para el universo y para nuestras vidas. Nosotros tenemos que tomar la iniciativa para cumplir su plan en nuestras vidas. Las cosas no son predeterminadas porque Dios ha decretado todo lo que sucederá.
Si la interpretación Calvinista es correcta, Dios ha determinado que los millones de personas que habitan la tierra pequen cada día. Dios se cerciora de que haya pecado. No puede ocurrir nada que él no haya determinado en su plan. Esto hace de Dios un Dios malvado y responsable del pecado y un mentiroso. Dios dijo que tendríamos el libre albedrío, pero los calvinistas dicen: <<Dios decretó regular las circunstancias de su vida. Por razones buenas y santas él hace que estos actos pecaminosos lleguen a ser realidad.>>
Otro motivo para insistir en que el plan de Dios determina todo lo que sucede es porque no creen que Dios pueda conocer el futuro si no tiene un control absoluto. ¿Es necesario que Dios predetermine todos los detalles de todo lo que sucede para que pueda conocer el futuro? Strong cree que sí:
Reconocemos solamente dos clases de conocimiento: (1) El conocimiento de posibilidades no decretadas, y (2) la presciencia de realidades decretadas. Scientia media es un supuesto conocimiento intermedio entre estos dos, es decir, (3) la presciencia de realidades no decretadas. Negamos la existencia de esta tercera clase de conocimiento. Sostenemos que el pecado está decretado en el sentido de que llegará a ser realidad por la actuación de Dios sobre un sistema en el cual fue previsto que el pecado existiría. El pecado del hombre puede ser conocido de antemano, pero Dios no es la causa inmediata. Dios conoce las posibilidades, sin haberlas decretado. Pero Dios no puede conocer las realidades de antemano a menos que él por su decreto las haya hecho certidumbres del futuro. Él no puede conocer de antemano lo que todavía no existe.[6]
Note que Strong reconoce solamente dos clases de conocimiento:
(1) Las posibilidades no decretadas. La interpretación abierta también enfatiza el conocimiento de Dios de todas las posibilidades.
(2) Las realidades decretadas. La interpretación calvinista enfatiza que Dios ha decretado todo lo que ocurrirá y por eso él conoce el futuro.
(3) Las realidades no decretadas no se reconocen como una clase de conocimiento. No reconoce como una posibilidad la posición bíblica de que Dios puede conocer el futuro sin haberlo decretado.
La interpretación calvinista afirma que Dios no puede tener presciencia de realidades a menos que él por su decreto las haya hecho cosas seguras futuras. La interpretación abierta afirma que Dios no puede tener presciencia de las acciones libres futuras porque no hay nada definitivo todavía para que Dios lo sepa.[7] Los calvinistas, por supuesto, dicen que Dios ha decretado todo y por eso conoce el futuro, y la interpretación abierta dice que Dios no ha decretado todo y por eso no conoce el futuro. La Biblia no dice que Dios ha decretado todo, pero sí que Dios conoce el futuro. Así que ambos, el calvinismo y la interpretación abierta tienen fallas en lo concerniente a los decretos y la presciencia.
La posición calvinista de Strong crea un dilema acerca del libre albedrío y de Dios como el autor de la maldad. Se usa el razonamiento sofístico para explicar el dilema. La declaración: <<Sostenemos que el pecado está decretado en el sentido de que llegará a ser realidad por la actuación de Dios sobre un sistema en el cual fue previsto que el pecado existiría>>, no elimina el hecho de que Dios sería el responsable de la existencia del pecado en el mundo.
¿Qué quiere decir la declaración de Strong? Parece decir que Dios ha manipulado, forzado o influido en un sistema de manera que sería imposible que el hombre no pecara. Con esto, se hace a Dios responsable de la maldad en el mundo. ¿Ayuda esto a comprender la naturaleza de Dios? No, para mí es simplemente una manera distorsionada de ver la naturaleza de Dios.
Cualquier tipo de influencia que traiga como consecuencia el pecado es una influencia negativa. Cuando menos Dios sería cómplice. Si dos hombres roban un banco, uno entra al banco y el otro maneja el carro para escapar, ambos son responsables por el robo. Me parece una lógica muy absurda decir que Dios no es responsable del pecado, si se ha dicho que el pecado <<llegará a ser realidad por la actuación de Dios>>.
En la Biblia vemos a Dios actuar para evitar que peque la gente. Constantemente, la llama a arrepentirse y dejar a los dioses e ídolos falsos y volverse al Dios vivo. Dios no fuerza a nadie a vivir correctamente, pero cualquier influencia de parte de Dios es para llegar a ser mejor, no para la maldad o para hacer que el pecado sea una necesidad.
Pero Dios no puede conocer las realidades de antemano a menos que él por su decreto las haya hecho certidumbres del futuro. Él no puede conocer de antemano lo que todavía no existe.
Esta declaración parece decir que Dios no puede conocer el futuro a menos que él por su decreto haya hecho del futuro una certidumbre. La conclusión lógica, entonces, sería que Dios ha decretado el pecado o de otro modo él no pudiera conocer el futuro de los hechos pecaminosos de los hombres.
No debemos ligar la presciencia de Dios a sus decretos. Su conocimiento es muy superior al nuestro. ¿Ha decretado Dios que ciertas cosas sucedan? Sí, ha decretado la creación del mundo y nuestra existencia, pero no decretó que fuéramos robots porque entonces no habría pecado en el mundo. Podríamos hacer solamente lo que él decretó. Él decretó hacernos en su propia imagen y quiso que le amáramos, le obedeciéramos y le sirviéramos por decisión propia. Él decretó la venida de Cristo para que fuera el redentor nuestro porque sabía que pecaríamos. Él decretó un juicio y castigo futuro para los que no aceptaran la redención provista. Solamente podemos conocer las cosas que Dios nos ha revelado por medio de su Palabra. No sabemos todo lo que Dios ha decretado o no ha decretado.
No debemos suponer que Dios solamente puede conocer algo que ha decretado, que son los decretos los que dan lugar a las cosas. Sí, cada cosa decretada ocurrirá, pero la asunción misma limita la soberanía de Dios. Si Dios es soberano, ¿por qué reduce su conocimiento al nivel humano? Nosotros no podemos conocer el futuro de cosas no decididas todavía, pero Dios opera en un nivel superior al nuestro y puede conocer el futuro. Él puede conocer nuestros pensamientos antes de tenerlos y no porque ha decretado lo que pensaremos.
Salmo 139:2b, 4
2b Aun a la distancia me lees el pensamiento.
4 No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, SEÑOR, ya la sabes toda.
Su conocimiento es tan superior al nuestro que no podemos comenzar a comparar nuestro conocimiento de las decisiones futuras no hechas todavía a su conocimiento de tales decisiones.
Isaías 55:8-9
8 <<Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el SEÑOR—, 9 Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!>>
La interpretación calvinista es que la gente no puede arrepentirse y creer a menos que haya sido regenerada primeramente. Dicen que la gente está muerta espiritualmente y por eso es incapaz de volverse a Dios.
Cuando Dios creó a Adán, tomó el polvo de la tierra y formó su cuerpo; entonces sopló en su nariz hálito de vida (espíritu) y el hombre se convirtió en un ser viviente. En la muerte física hay una separación del cuerpo y el espíritu. El cuerpo sólo es un cadáver y no puede moverse.
La muerte espiritual es una separación del espíritu de Dios. Dios es luz y no hay tinieblas en él. Una vez que el hombre haya pecado, entrado en las tinieblas, no puede tener comunión con Dios.
Estar muerto espiritualmente no significa que no puede haber movimiento, como en la muerte física. He oído a calvinistas decir: <<estamos muertos, somos un cadáver pudriéndose, no podemos hacer ningún movimiento hacia Dios>>.
¿Por qué sería posible para la gente tomar la decisión de seguir las religiones falsas y dioses falsos y, sin embargo, no tener la capacidad de decidir seguirle a Dios? La verdad es que la gente es incurablemente religiosa y procura de muchas maneras establecer su propia justicia delante de Dios. ¿Cómo sería posible esto si la muerte espiritual significa que no pueden hacer ninguna clase de movimiento? La gente reconoce que no todo está bien y trata de hacer algo. Por supuesto, no ha entendido que todo esfuerzo humano es en vano en cuanto a la salvación, pero decir que no puede hacer ninguna clase de decisión sencillamente no es cierto.
Lo que digo se demuestra al observar a la gente que decide seguir a los dioses falsos y las religiones falsas. Ciertamente, la gente que sigue a los ídolos, dioses falsos y creencias falsas no ha sido regenerada primero. ¿Cómo es posible que la gente no creyente vaya a un lugar de adoración, un templo, una sinagoga, etc., y lleve a cabo rituales, ceremonias, buenas obras, etc., en su intento de establecer su propia justicia delante de Dios si de veras tal movimiento no es posible porque está muerta espiritualmente?
Los calvinistas dicen que somos salvos por la fe, no por las obras; sin embargo, al mismo tiempo parecen igualar la fe con las obras y por eso dicen que la fe necesariamente debe venir de Dios. La Biblia enseña claramente que el hombre no puede salvarse a sí mismo. Si usted no sabe nadar y está solo en una canoa en medio de un lago sin un chaleco salvavidas y cae de la canoa y no puede agarrarla, se ahogará. No importa el esfuerzo que haga, se hundirá. No es capaz de salvarse a usted mismo.
Cristo es para nosotros como un salvavidas para una persona que se está ahogando. Podemos rehusar creer en Cristo al igual que una persona puede luchar contra el salvavidas si desea ahogarse.
Jesús le dijo a Nicodemo:
Juan 3:14, 15 14 <<Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que cree en él tenga vida eterna.>>
El pueblo había pecado en el desierto y Dios les castigó mandando víboras venenosas y muchos murieron. Cuando se dieron cuenta de la seriedad de sus murmuraciones, clamaron a Moisés y Moisés le habló a Dios. Dios le mandó hacer una víbora de bronce y levantarla en un asta para que los que fueran mordidos miraran y vivieran.
Aquellas personas habían pecado. Merecían la muerte, pero Dios les mostró misericordia. Tenían que mirar a la serpiente de bronce en el asta en un acto de fe. La serpiente no tenía poder para curarlas. No podían salvarse ellas mismos de las mordeduras, pero podían volverse y mirar a la serpiente en el asta, lo que constituyó un acto de fe en el que utilizaron la mente y su voluntad.
De la misma manera, Cristo fue levantado (en la cruz), y nosotros merecemos el castigo eterno por nuestros pecados. No podemos salvarnos a nosotros mismos, pero podemos volvernos a Cristo, en un acto de fe y creer. Si aquellas personas pudieron reconocer que habían pecado y volverse y mirar a la serpiente, nosotros también podemos reconocer que hemos pecado y volvernos a Cristo para nuestra salvación, lo que constituye un acto de fe en el que utilizamos nuestra mente y nuestra voluntad.
Juan 16:7-11 7 <<Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; 9 en cuanto al pecado, porque no creen en mí; 10 en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme; 11 y en cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado.>>
Como las mordeduras de las serpientes convencieron al pueblo en el desierto de su pecado, así se mandó al Espíritu Santo al mundo para convencernos de nuestros pecados. Note que no dice que convencerá a los <<escogidos>>; dice que convencerá al mundo de su error porque no creen en él. El propósito está claro. El Espíritu Santo debe convencernos para que creamos.
Ser convencido no es lo mismo que responder positivamente al Espíritu Santo. La Biblia tiene muchos ejemplos de personas que resistieron al Espíritu Santo. Esteban, en su mensaje al pueblo antes de ser apedreado, dijo:
Hechos 7:51-53 51 << ¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52 ¿Cuáles de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a éste lo han traicionado y asesinado 53 ustedes, que recibieron la ley promulgada por medio de ángeles y no la han obedecido.>>
El arrepentimiento y la fe no son buenas obras para merecer la salvación. El arrepentimiento es un cambio de actitud. La salvación es un regalo. Si le doy una Biblia con tapa de piel como un regalo, puede extender la mano para aceptarla. Esto en ninguna manera significa que trabajó por ella, o que mereció el regalo. Si trabajamos, merecemos el pago, un sueldo. Si aceptamos un regalo, no es una obra.
Si alguien es declarado culpable de cometer un delito, como robar un banco, a esta persona se le condena a prisión. No sería una respuesta acertada de esta persona decir: <<soy un ciudadano bueno y he hecho muchas cosas buenas en mi vida. Todas las cosas buenas que he hecho superan este error>>. No, el castigo es por el delito que cometió.
Es igual en lo tocante a nuestro pecado. No tenemos que ser el peor delincuente del mundo para merecer el castigo de Dios. Adán y Eva, por cometer un solo acto de desobediencia por falta de fe, cayeron y fueron culpables. Ninguna de las obras que intentamos hacer para justificarnos anula la deuda que ya tenemos con Dios. Merecemos el castigo.
La salvación es solamente por la gracia; es un regalo. Puede ser recibida, pero también puede ser rechazada. Aun cuando el Espíritu Santo nos convence del pecado y sabemos que éste es malo y que necesitamos arrepentirnos, podemos resistirle.
Personalmente, les he testificado a personas que creo sentían la convicción del Espíritu Santo en cuanto a su pecado, pero que no recibieron a Cristo. Un hombre dijo algo como: <<sí, creo que Dios existe; sí, sé que peco y soy culpable ante Dios; sí, usted probablemente tiene razón al decir que Dios me juzgará y me castigará.>> Cuando le pregunté por qué no quiso entregar su vida a Cristo para el perdón de sus pecados, me dijo: <<No quiero dejar varias cosas en mi vida que no agradan a Dios.>> Él comprendió, pero no estuvo dispuesto a seguir a Cristo.
Les he testificado a otros que inmediatamente dicen: <<sí, quiero a Cristo y quiero que mi vida cambie.>> Estas personas sabían que no podían salvarse por sus obras, pero que podían arrepentirse y creer.
¿Por qué aceptan algunas personas la salvación ofrecida y otras la rechazan? No podemos ver cómo funciona la mente de la gente. Podemos hacer muchas preguntas a las cuáles no podemos responder adecuadamente. ¿Por qué después de estar encarcelados por un tiempo, algunos deciden no repetir el delito mientras que otros cometen el mismo error de nuevo y caen de vuelta en la cárcel? ¿Por qué muchas personas están dispuestas a mentir y engañar pero no matar a otra persona mientras que otras no tienen remordimiento por tomar la vida de otro? En otras palabras, ¿por qué son peores algunas personas que otras? o ¿por qué son mejores algunas personas que otras?
Como dijo un calvinista: <<depravación total no es lo mismo que completamente depravada>>. Ser completamente depravados significaría ser lo más malos posible. Todos podemos ser peores de lo que somos. La depravación total significa que somos depravados o corruptos en todo nuestro ser: la mente, voluntad y cuerpo.
Las obras nunca nos salvan. Pero las obras son parte del plan de Dios. En cuanto a las personas no creyentes, habrá un castigo mayor para alguien que mató a veinte personas que para alguien que fue un buen ciudadano, humanamente hablando, alguien que nunca fue acusado ante un tribunal.
Para los creyentes habrá recompensa por el servicio fiel a Dios. Algunos serán salvos como por fuego. Una persona puede escaparse de su casa en llamas y perder todas sus posesiones. Un cristiano puede ser salvo por haber confiado en Cristo pero no recibir una recompensa por falta de fruto en su vida (I Corintios 3:12-15). Nuestra fe produce obras.
Compare las tres interpretaciones que presento a continuación en cuanto a los principios básicos de la fe concernientes a la presciencia.
La interpretación arminiana
- La presciencia es independiente de los decretos. Dios conoce todo el futuro.
- Dios no es el autor de la maldad y el hombre tiene libre albedrío.
La interpretación calvinista
- Los decretos necesariamente preceden a la presciencia.
- Dios decretó todo lo que sucederá y por eso conoce todo el futuro.
- Dios decreta el pecado en el sentido de que acepta en su plan las transgresiones previstas del hombre, mientras que al mismo tiempo estas transgresiones previstas se atribuyen totalmente al hombre y de ningún modo a Dios.[8]
El conocimiento de Dios del futuro se liga a los decretos. Los decretos causan el tremendo problema de lógica tocante al libre albedrío y la maldad en el mundo. Dios tiene que permanecer libre de responsabilidad por la maldad en el mundo mientras que, al mismo tiempo, debe ser el causante de todo lo que sucede. Debe permitir el libre albedrío a los hombres mientras que, al mismo tiempo, debe controlar el resultado de sus acciones.
La interpretación abierta
- Los decretos necesariamente preceden a la presciencia.
- Dios solamente ha decretado ciertas cosas. Dios no tiene presciencia de las acciones libres del futuro porque no hay nada definitivo todavía que Dios pueda conocer.[9] Dios conoce algo del futuro porque ha decretado algunas cosas, pero no conoce el futuro de las cosas que no ha decretado. Las decisiones que los hombres aún no han hecho no son conocibles.
- Dios no es el autor de la maldad y el hombre tiene el libre albedrío.
La interpretación aminiana y la interpretación calvinista tienen en común que Dios conoce el futuro, pero la base de la creencia es totalmente diferente.
Déjeme ilustrar este punto. Es como dos personas que creen que van a ir al cielo y una dice: <<voy a ir al cielo porque he puesto mi fe en Cristo que ha muerto por mí en la cruz>>. La otra dice: <<voy al cielo porque he sido una buena persona y he ayudado a los pobres>>. Tienen en común la creencia de que van a ir al cielo, pero la base de su creencia es totalmente diferente. Así que a pesar de compartir la creencia de ir al cielo, una de las dos está equivocada en lo tocante a cómo llegar al cielo.
Los arminianos creen que Dios conoce lo que los agentes libres (personas con el libre albedrío) harán antes de que hagan sus decisiones. Los calvinistas creen que Dios no puede conocer tales decisiones, pero que puede conocer el futuro porque él ha decretado todo lo que sucederá. Así que las dos interpretaciones no tienen nada en común.
La interpretación calvinista y la interpretación abierta tienen en común que los decretos son necesarios para que Dios pueda conocer el futuro.
La interpretación abierta acepta uno de los principios de los arminianos (el libre albedrío del hombre) y rechaza el otro (Dios puede conocer las acciones futuras de los agentes libres).
La interpretación abierta acepta uno de los principios de los calvinistas (los decretos necesariamente preceden a la presciencia) y rechaza al otro (Dios decretó todo lo que sucederá).
Todos los que discuten la presciencia de Dios deben comprender los principios básicos de cada interpretación. La interpretación abierta, por ejemplo, no desea restarle nada a la soberanía de Dios. Creen al igual que los calvinistas que los decretos de Dios necesariamente preceden a su presciencia. Difieren en lo que Dios ha decretado. Sus discusiones deberían enfocarse en ese punto o nunca van a comprenderse el uno al otro.
Con los arminianos la discusión debería enfocarse sobre la posibilidad de que Dios conozca las cosas no decretadas. ¿Existe una cosa no conocible para Dios porque no hay nada todavía qué conocer? ¿O puede el conocimiento sobrenatural de Dios conocer lo que el conocimiento humano no puede? ¿Puede Dios conocer las acciones de agentes libres?
[1] A. W. Tozer The Knowledge of the Holy 117, 118
[2] L. Berkhof, Systematic Theology, 100
[3] L. Berkhof, Systematic Theology, 107
[4] Augustus Hopkins Strong, Systematic Theology, 353
[5] Augustus Hopkins Strong, Systematic Theology, 355, 356
[6] Augustus Hopkins Strong, Systematic Theology, 357
[7] Gregory A. Boyd, God of the Possible, 16
[8] Augustus Hopkins Strong, Systematic Theology, 354
[9] Gregory A. Boyd, God of the Possible, 16
Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe – Estudios por el profesor Int. Delmar
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