Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe, Download PDF
La Soberanía de Dios y la Voluntad del Hombre
Estudios por el profesor Delmar IntVeld
Introducción
Durante siglos, los cristianos han estado en desacuerdo sobre la manera como la soberanía de Dios se relaciona con nuestra voluntad y albedrío.
Abordo el debate como un cristiano evangélico. Los calvinistas son cristianos devotos y sirven fielmente al Señor. También creo que tienen un sistema ampliamente desarrollado que ha causado considerable controversia a lo largo de los años.
El calvinismo no comienza con Juan Calvino, sino con San Agustín. Primeramente Lutero y luego Calvino siguieron el concepto de San Agustín de que <<todas las cosas son necesitadas>>, o sea que tienen que pasar por necesidad. Creo que este concepto es un supuesto filosófico y punto de partida que afecta el sistema del pensamiento calvinista.
Estos grandes líderes de la reforma deben ser elogiados por su fe y dedicación en presencia de la persecución. El concepto de la salvación por la gracia de Dios por medio de la fe fue la razón de la transformación de una iglesia que había confiado en las buenas obras y en comprar indulgencias para su salvación. Fueron hombres extremadamente inteligentes que escribieron varios tomos de obras teológicas y les debemos nuestra gratitud.
El desacuerdo que tengo con el calvinismo no es sobre la soberanía de Dios ni la salvación por la gracia de Dios, etc., sino sobre el concepto de que todas las cosas suceden por necesidad y el sistema de determinismo que surge como resultado. Esta creencia calvinista está expresada en <<La confesión de fe de Westminster>> (1646):
Dios ordenó desde la eternidad todo lo que sucede, por su propia iniciativa libremente sin cambio alguno y por medio del más sabio y santísimo consejo de su propia voluntad.
Esta frase ha sido el motivo para que muchas personas digan: <<No puedo aceptar este concepto porque es determinativo>>. La palabra: <<todo>> es inclusiva y necesariamente incluiría toda la maldad. Los calvinistas niegan que Dios sea la causa directa de la maldad, pero sus argumentos para explicar la frase de la confesión de Westminster no son adecuados. También tienen dificultad en explicar lo que nuestra <<voluntad>> puede o no puede hacer y están trabajando arduamente para convencer a muchos de que tienen la razón en este asunto.
Muchos arminianos son semipelagianos en su pensamiento y por eso causan confusión en sus expresiones concernientes al papel del hombre en la salvación, que para ellos incluye las obras. Yo espero clarificar la enseñanza bíblica acerca de la salvación por la gracia, la función de la voluntad, etc. Creo que los arminianos que no son pelagianos y los calvinistas moderados son los que más se aproximan a la enseñanza bíblica. Sin embargo, no me gusta el término <<calvinista moderado>>, porque en realidad estos calvinistas niegan partes importantes del sistema calvinista. Con frecuencia, se refieren a los aspectos del calvinismo que no aceptan como <<calvinismo extremo>>, pero en verdad están rechazando el calvinismo. No me gusta el término <<arminiano>> porque muchos arminianos son semipelagianos en su pensamiento. La confusión abunda cuando una palabra puede significar cosas diferentes a diferentes personas.
Yo tomo seriamente lo que Santiago dice en su carta:
Santiago 3:1 Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.
Como maestros, seremos responsables por lo que enseñemos. Quisiera seguir el ejemplo de los creyentes en Berea, contado en los Hechos:
Hechos 17:11 Éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.
Nosotros también necesitamos examinar las Escrituras todos los días para ver si lo que creemos es la verdad. Espero que usted examine las Escrituras que yo he investigado e incluido en este libro y como consecuencia corrija cualquier creencia incorrecta que pueda tener.
Le invito a examinar las Escrituras sin prejuicios porque no todas las creencias que recibimos tienen una base válida en las Escrituras.
Me gustaría ver más unidad en la Iglesia, pero eso nunca llegará a ser la realidad si no tenemos las mismas creencias o si no estamos dispuestos a discutir las diferencias. Enfatizar la doctrina puede parecer como causa de división, no obstante, necesitamos tanto verdad como unidad. Siempre necesitamos el amor aun cuando estemos en desacuerdo. Las diferencias doctrinales en este libro no son de herejes que niegan que Cristo consiguiera nuestra salvación. Sin embargo, las diferencias causan divisiones entre nosotros, debilitan nuestro testimonio al mundo.
La oración de Jesús en el Evangelio de Juan nos ayuda ver lo que Jesús creía en cuanto a la unidad de la Iglesia:
Juan 17:20-22 20 <<No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, 21 para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. 22 Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.>>
El apóstol Pablo también deseó ver la unidad de la Iglesia:
I Corintios 1:10 Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.
A través de los siglos la Iglesia no ha tenido unidad. Las Escrituras nos advierten contra falsos profetas y maestros que distorsionan la verdad. Pablo se despidió de los ancianos de Éfeso con las siguientes palabras:
Hechos 20:29-31 29 <<Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. 30 Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán falsedades para arrastrar a los discípulos que los sigan. 31 Así que estén alerta. Recuerden que día y noche, durante tres años, no he dejado de amonestar con lágrimas a cada uno en particular.>>
Una iglesia dividida no es un testimonio al mundo. Una iglesia unida demuestra al mundo que Dios le ama. Dios dio una prueba de su amor al mandar a su hijo al mundo. El amor del Padre es una ilustración de cómo los cristianos debieran amarse los unos a los otros. Todas las divisiones, discusiones y aun guerras en el nombre del cristianismo a través de los siglos seguramente han causado confusión al mundo no creyente.
Jesús predijo que falsos profetas vendrían disfrazados de ovejas (Mateo 7:15) y advirtió que nos cuidáramos de ellos. Lo que él predijo se cumplió muy pronto en la vida de la Iglesia. La herejía gnóstica comenzó aun en el tiempo en que se escribía el Nuevo Testamento.
Antes de la reforma protestante, la Iglesia había quedado sin poder espiritual. La idea, común a todas las culturas y naciones, de que el hombre en su condición caída puede remediar su situación al hacer buenas obras, existía también en la Iglesia.
El resultado positivo de la Reforma fue la unidad concerniente a la salvación por la fe solamente y que el pelagianismo en todas sus formas se condenó. Pero hubo cosas negativas acerca de la Reforma. Hubo diferencias entre Lutero, Calvino, Zwinglio y otros. Se formaron muchas denominaciones y al pasar de los años muchas denominaciones se dividieron.
Todos los creyentes de todas las denominaciones, y estoy incluido en este grupo, tienen algunos errores en su pensamiento teológico. Si tuviéramos la verdad sin error, no existirían diferencias. La verdad es de suma importancia. No podemos unirnos alrededor del error.
Muchas de las diferencias existen por seguir nuestras tradiciones en lugar de las Escrituras. En los círculos evangélicos, somos conscientes de que estamos en desacuerdo con las tradiciones de otros grupos, especialmente las sectas. Pero es difícil no tener prejuicios cuando examinamos las tradiciones del grupo en el cual participamos.
Las tradiciones humanas que no choquen con la enseñanza bíblica no son malas. Pero no debemos creer ni seguir las tradiciones que están en conflicto con la enseñanza bíblica. Jesús utilizó un lenguaje fuerte en su enseñanza contra las tradiciones de los fariseos porque con sus tradiciones habían anulado la palabra de Dios.
Marcos 7:13 —Así, por la tradición que se transmiten entre ustedes, anulan la palabra de Dios.
¿Qué diría Jesús si estuviera con nosotros hoy? Tal vez nos diría a todos algo parecido a lo que dijo a los fariseos.
El apóstol Pablo dijo:
Colosenses 2:8 Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.
Mucha confusión existe acerca de la controversia entre los calvinistas y los arminianos.
Estoy agradecido por Lutero, Calvino y otros grandes reformadores. Si ellos no se hubieran mantenido firmes contra el pensamiento prevaleciente de la iglesia de su tiempo, quién sabe qué oportunidad hubiéramos tenido de conocer la verdad del evangelio de la salvación por la gracia y por medio de la fe. Aunque ellos nos devolvieron la verdad de la gracia y no las obras en cuanto a la salvación, no por ello fueron infalibles en todo lo que enseñaron. La filosofía griega había influido en su pensamiento. Necesitamos estudiar las Escrituras inspiradas para llegar a nuestras convicciones en cuanto a la fe.
Cristianos devotos han creído y creen una variedad de interpretaciones diferentes. Muchos han logrado hacer grandes cosas para Dios. Dios puede utilizarnos a pesar de nuestras debilidades y errores. Sin embargo, es obvio que los conceptos opuestos no pueden ser al mismo tiempo correctos. Mi propósito es hacer un argumento bíblico concerniente a como la soberanía de Dios se relaciona a nuestra voluntad y albedrío.
Mi propósito no es atacar a otros creyentes. Creo firmemente en la necesidad de seguir el mandato de Jesús de amarnos los unos a los otros. La verdad y el amor deben ir juntos. Ni al uno ni al otro les falta importancia. Yo trabajo en unidad con personas de otras denominaciones. Realmente amo y respeto a los que están en desacuerdo conmigo.
Mis argumentos estarán en contra de lo que creo son interpretaciones incorrectas, no en contra de los individuos que sostienen una interpretación en particular. La corrección política no es una opción. No todas las creencias tienen la misma validez. Una cosa es amar a los individuos con quienes estamos en desacuerdo y amar a los enemigos, pero es otra muy distinta aceptar las enseñanzas equivocadas como si tuvieran el mismo valor.
Quizá haya oído el dicho que reza en inglés: <<no se puede ver el bosque por los árboles>>. Cuando usted está en el bosque, a causa de todos los árboles puede ver solamente lo que está enfrente de usted y no el panorama completo. Puede ver solamente la especie de árbol cerca de usted y no saber si hay otras especies en el bosque. Puede ser que no sepa si está cerca de la orilla o si está en medio del bosque, porque simplemente no puede ver el bosque.
Como cristianos y teólogos, podemos no captar el propósito completo que Dios tiene, si estamos mirando los <<árboles>>, tales como una tradición teológica que se nos transmitió o nuestros versículos favoritos de la Biblia, porque no estamos viendo el panorama completo. Todos tenemos versículos favoritos para defender nuestro pensamiento. Exégesis (griego, fuera de) significa explicar lo que la Escritura dice. Hacer exégesis de la Escritura es extraerle a las palabras su significado. Eiségesis (griego, adentro) implica leer dentro de un texto algo que no está allí. Podemos fácilmente llegar a ser culpables de eiségesis cuando queremos que un versículo en particular apoye nuestra opinión. Quisiera que reflexione en los argumentos que doy, antes de llegar a una conclusión. Tal vez podamos encontrar más áreas en las cuales estemos de acuerdo, al mirar todo el panorama y no las opiniones teológicas que contienen las tradiciones humanas que se nos transmitieron.
Mi propósito es que nos cercioremos de que nuestras doctrinas vienen de las Escrituras en lugar de las filosofías y tradiciones humanas. Lutero tenía razón cuando insistió en que nuestras doctrinas no deben venir de papas o concilios, etc. Confío en que usted examinará el apoyo de las Escrituras que doy a todos mis argumentos, antes de concluir que estoy equivocado. Creo que las muchas citas no solamente apoyan las ideas presentadas, sino también demuestran que el sentido general de las Escrituras las apoya. Muchos de ustedes que se refieren a su creencia como <<calvinista moderado>> o <<arminiano no pelagiano>> pueden fácilmente estar de acuerdo conmigo. También pueden encontrar ayuda para comprender, defender, o enseñar su creencia a otros.
Los caminos y pensamientos de Dios son más altos que los nuestros y no podemos conocerlos cabalmente. Siempre habrá algo de misterio acerca de Dios y su proceder con la humanidad.
Creo que será de provecho volver a la historia para ver los argumentos originales dados por San Agustín, Martín Lutero y Juan Calvino. ¿Son sus argumentos fuertes y confiables, o son confusos? ¿Están basados sobre una presuposición incorrecta? Antes de hacerlo hay unas cosas que clarificar, tales como: las cuatro maneras de mirar la soberanía de Dios y la voluntad del hombre y la voluntad de Dios y la voluntad permisiva de Dios. Examinaré la voluntad con relación al pelagianismo, las religiones mundiales, la filosofía, la tradición y los padres de la Iglesia primitiva. Por último, interpretaré el libro de Romanos y el acróstico calvinista <<Tulip>> para llegar a la conclusión final.
Cada vez que he citado un libro, artículo, etc. escrito en inglés, yo mismo he hecho la traducción al español para que los lectores hispanohablantes puedan entender todo completamente.
Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe – Estudios por el profesor Delmar IntVeld
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