Los Pactos, Cómo Dios se relaciona con nosotros
Capitulo 3, El Pacto Con David
Estudios para el profesor Delmar IntVeld
1. Las promesas: (II Samuel 7:9-16).
-Voy a hacerte tan famoso como los más grandes de la tierra.
-El SEÑOR será quien te construya una casa.
-Voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos.
-Yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino.
-Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre.
2. Las condiciones: (I Reyes 8:25-26).
-I Reyes 9:4-5 4 <<En cuanto a ti, si me sigues con integridad y rectitud de corazón, como lo hizo tu padre David, y me obedeces en todo lo que yo te ordene y cumples mis decretos y leyes, 5 yo afirmaré para siempre tu trono en el reino de Israel, como le prometí a tu padre David cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel”.>>
-Seguir a Dios con integridad y rectitud de corazón y cumplir sus mandamientos y decretos.
3. Las consecuencias por desobedecer: (I Reyes 9:6-9).
-Si ustedes o sus hijos dejan de cumplir los mandamientos y decretos que les he dado, y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses, yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en mi honor.
4. El propósito de Dios revelado en el Pacto con David: (II Samuel 7:24).
-Tener un pueblo para sí y ser su Dios.
II Samuel 7:12-16 12 <<“Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino. 13 Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono real para siempre. 14 Yo seré su padre, y él será mi hijo. Así que, cuando haga lo malo, lo castigaré con varas y azotes, como lo haría un padre. 15 Sin embargo, no le negaré mi amor, como se lo negué a Saúl, a quien abandoné para abrirte paso. 16 Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre”.>>
II Samuel 23:1, 5 1 Estas son las últimas palabras de David:
5 <<Dios ha establecido mi casa; ha hecho conmigo un pacto eterno, bien reglamentado y seguro. Dios hará que brote mi salvación y que se cumpla todo mi deseo>>.
Hay varias opiniones en cuanto a los pactos, si son condicionales o incondicionales. Realmente son ambos. Son incondicionales porque Dios va a llevar a cabo su propósito de redimir al hombre. Son condicionales porque solamente las personas cuya fe es demostrada por una vida piadosa recibirán el beneficio espiritual y eternal.
Los dispensacionalistas afirman que todas las promesas dadas a David eran incondicionales y deben cumplirse literalmente. Creen que Cristo establecerá un reino judaico en la tierra prometida y reinará sobre el pueblo de Israel en el milenio. Vamos a mirar lo que la Biblia dice en cuanto a las promesas acerca del trono de David.
I Reyes 8:22-26 22 A continuación, Salomón se puso delante del altar del SEÑOR y, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos hacia el cielo 23 y dijo:
<<SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón. 24 Has llevado a cabo lo que le dijiste a tu siervo David, mi padre; y este día has cumplido con tu mano lo que con tu boca le prometiste.
25 >>Ahora, SEÑOR, Dios de Israel, cumple también la promesa que le hiciste a tu siervo, mi padre David, cuando le dijiste: “Si tus hijos observan una buena conducta y me siguen como tú lo has hecho, nunca te faltará un descendiente que ocupe el trono de Israel en mi presencia.” 26 Dios de Israel, ¡confirma ahora la promesa que le hiciste a mi padre David, tu siervo>>!
Por una parte Salomón afirma que Dios es fiel en cumplir su pacto para con los que le sirven y le siguen de todo corazón. Por otra parte, le pide a Dios que siga siendo fiel en cumplir la promesa en cuanto a las cosas todavía futuras. Pero en esta parte hay cláusulas condicionales. La promesa a David era: “nunca te faltará un descendiente que ocupe el trono de Israel en mi presencia”, pero la promesa es condicional, “si tus hijos observan una buena conducta y me siguen como tú lo has hecho”.
En el capítulo 9, Dios aparece a Salomón y contesta la petición que Salomón había hecho en el capítulo 8. Otra vez hay cláusulas condicionales que comienzan con <<si>> y <<pero>>.
I Reyes 9:4-9 4 <<En cuanto a ti, si me sigues con integridad y rectitud de corazón, como lo hizo tu padre David, y me obedeces en todo lo que yo te ordene y cumples mis decretos y leyes, 5 yo afirmaré para siempre tu trono en el reino de Israel, como le prometí a tu padre David cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel.”
6 >>Pero si ustedes o sus hijos dejan de cumplir los mandamientos y decretos que les he dado, y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses, 7 yo arrancaré a Israel de la tierra que le he dado y repudiaré el templo que he consagrado en mi honor. Entonces Israel será el hazmerreír de todos los pueblos, 8 Y aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y, en son de burla, preguntará: “¿Por qué el SEÑOR ha tratado así a este país y a este templo?” 9 Y le responderán: “Porque abandonaron al SEÑOR su Dios, que sacó de Egipto a sus antepasados, los israelitas, y se echaron en los brazos de otros dioses, a los cuales adoraron y sirvieron. Por eso el SEÑOR ha dejado que les sobrevenga tanto desastre”.>>
Está muy claro que la promesa de que nunca faltaría un descendiente en el trono dependía de la condición de fidelidad y obediencia a los decretos de Dios. Por no cumplir la condición, Dios arrancaría a Israel de la tierra. Si la promesa fuera incondicional, Dios no podría sacarles de la tierra. Nunca se cumplió literalmente esa promesa porque fueron desobedientes.
Los que creen que Dios va a cumplir esa promesa literalmente en el futuro, no toman en cuenta que ya es tarde. Los muchos años que han pasado, sin alguien sobre el trono de David, anulan la posibilidad de que se cumpla. La promesa de que nunca faltaría un descendiente que ocupara el trono de Israel ya ha sido rota. El hecho de que haya alguien sobre el trono en el futuro no compensará literalmente los muchos años que ya han pasado sin alguien sobre él.
El pueblo de Israel fue llevado al destierro. Dios cumplió su promesa de arrancarlo de la tierra porque fueron infieles a las condiciones puestas por Dios.
No hay que ir muy lejos para ver cómo el SEÑOR respondió a Salomón mismo cuando éste no fue fiel, cuando adoró a los dioses de las mujeres extranjeras que había tomado.
I Reyes 11:9-11 9 Entonces el SEÑOR, Dios de Israel, se enojó con Salomón porque su corazón se había apartado de él, a pesar de que en dos ocasiones se le había aparecido 10 para prohibirle que siguiera a otros dioses. Como Salomón no había cumplido esa orden, 11 el SEÑOR le dijo: <<Ya que procedes de este modo, y no has cumplido con mi pacto ni con los decretos que te he ordenado, puedes estar seguro de que te quitaré el reino y se lo daré a uno de tus siervos.>>
Todos sabemos la historia, que el reino fue dividido en dos, Israel y Judá. Las dos naciones andaban en malos pasos. Tuvieron algunos reyes que trataron de reformar el pueblo pero otros que siguieron los dioses de las naciones paganas. Por un tiempo, Dios tuvo paciencia y les mostró su misericordia.
II Reyes 13:23 Sin embargo, el SEÑOR tuvo misericordia de ellos. Por causa del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob, se compadeció de los israelitas y los preservó, y hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia.
<<Hasta el día de hoy>>, por supuesto, significa el día en que se escribieron aquellas palabras. Pero llegó el tiempo cuando Dios dijo: <<hasta aquí>>.
II Reyes 17:6-8 6 En el año noveno del reinado de Oseas, el rey de Asiria, después de conquistar Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, en Gozán (que está junto al río Jabor) y en las ciudades de los medos.
7 Todo esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el SEÑOR su Dios, que los había sacado de Egipto. Adoraron a otros dioses 8 y siguieron las costumbres de las naciones que el SEÑOR había expulsado delante de ellos, como también las prácticas que introdujeron los reyes de Israel.
El resto del capítulo 17 habla de todos los pecados que habían cometido. Blasfemaron al SEÑOR su Dios, fueron tercos, rechazaron los decretos y las advertencias del SEÑOR, abandonaron todos los mandamientos, hicieron dos ídolos fundidos en forma de becerro, etc.
El reino del norte, Israel, fue llevado a Asiria y más tarde el reino del sur, Judá, fue llevado a Babilonia (II Reyes 24:10-14). Dios cumplió la promesa de arrancarlos de la tierra por ser desobedientes a sus mandatos y servir a otros dioses.
Jeremías habla del Nuevo Pacto en el capítulo 31:31-33. Luego hace otra predicción en cuanto al trono de David.
Jeremías 33:14-17 14 <<“Llegarán días —afirma el SEÑOR—, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo de Israel y a la tribu de Judá. 15 >>”En aquellos días, y en aquel tiempo, haré que brote de David un renuevo justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. 16 En aquellos días Judá estará a salvo, y Jerusalén morará segura. Y será llamada así: ‘El SEÑOR es nuestra justicia.’” 17 Porque así dice el SEÑOR: “Nunca le faltará a David un descendiente que ocupe el trono del pueblo de Israel”.>>
Isaías 9:6-7 6 Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 7 Se extenderá su soberanía y su paz, y no tendrá fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del SEÑOR Todopoderoso.
Estos pasajes hablan de Cristo el cual llena todas las profecías. Cristo cumple la función de profeta, de sacerdote y de rey. Cristo cumple la profecía de Jeremías de que brotaría de David un renuevo justo y la profecía de Isaías de que nacería un niño que reinaría sobre el trono de David para siempre.
(1) Ahora no hay más necesidad de tener profetas porque Cristo, el Hijo de Dios, bajó del cielo y ha declarado todo lo que Dios quiere enseñarnos (Hechos 3:22-23 y Hebreos 1:1, 2).
(2) Ahora no hay más necesidad de tener sacerdotes porque Cristo es nuestro sacerdote, nuestro mediador entre Dios y los hombres (Hebreos 7:13-25 y I Timoteo 2:5).
(3) Ahora no hay más necesidad de tener reyes porque Cristo es el Rey de reyes y reina sobre nuestras vidas (I Timoteo 6:15 y Apocalipsis 19:16).
Mateo empieza su evangelio con la genealogía de Jesucristo. Dice que él es <<hijo de David>>. Lucas dice: <<Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor>> (Lucas 2:11). Cristo reinará para siempre sobre el trono de David. Cristo le dijo a Pilato:
Juan 18:36 —Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.
David reinó sobre el pueblo de Israel, el pueblo de Dios, desde un trono en Jerusalén. Cristo reina sobre la Iglesia que ahora es el pueblo de Dios, pero no desde un trono terrenal. Cristo estableció el reino de Dios, un reino espiritual, cuando vino, murió y resucitó por nuestros pecados. Él cumplió la profecía de Daniel.
Daniel 2:44 <<En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos.>>
Los cuatro reinos en la visión de Nabucodonosor eran el babilónico, el medo-persa, el griego, y el romano. Cristo vino cuando los romanos reinaron y estableció el reino de Dios.
Lucas 16:16 <<La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan. Desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.>>
Jesús enseñaba la realidad presente del reino de Dios que había establecido. ¿Cómo podía entrar la gente, si nunca se establecía?
Lucas 17:20-21 20 Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo iba a venir el reino de Dios, y él les respondió: —La venida del reino de Dios no se puede someter a cálculos. 21 No van a decir: “¡Mírenlo acá! ¡Mírenlo allá!” ¡Dense cuenta de que el reino de Dios está entre ustedes!
El reino de Dios es un reino espiritual que crece conforme Cristo entra en más y más vidas. La forma final del reino es futura; sin embargo, debemos reconocer la realidad presente del reino de Dios, o la profecía de Daniel sería falsa y lo que Cristo enseñó sería también falso.
I Pedro 2:9, 10 9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.
Nosotros, la Iglesia, somos <<el pueblo de Dios>>. Cristo reina en nuestros corazones. Él reina sobre el trono de David y su reino nunca tendrá fin.
Las mismas Escrituras interpretan las profecías acerca del trono de David espiritualmente, no literalmente. Cristo es el Rey eterno sobre el trono de David. Nosotros somos el pueblo de Dios. No hay que esperar un reino literal en Jerusalén. La esperanza de Israel está en Cristo:
Romanos 10:1-4 1 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos. 2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento. 3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. 4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
El Pacto del Sinaí y la ley concluyeron con Cristo. Cristo vino como el Hijo de David, para reinar sobre nuestro corazón espiritualmente. Note que no dice que nos hizo justos para que pudiéramos creer. Dice: <<para que todo el que cree reciba la justicia>>.
Enseñanzas Básicas de Nuestra Fe – Estudios por el profesor Delmar IntVeld
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