Descanso todas mis preocupaciones en Ti, mi Señor, Dios Padre. Miro hacia Ti en fe, creyendo. Me ayudarás en este día. Dame poder para perseverar. Ama a otros por medio de mí.
Sé que vas delante de mí. Preparas el camino antes de que yo llegue. Tú conoces mis caminos antes de que los piense, aun antes de que empiece a caminar en ellos. Estoy asombrado por Tu gran poderío.
Sin embargo, ¡qué Dios más bondadoso, amable, suave y amoroso eres para todos los que Te buscan, Te encuentran y doblegan la rodilla ante Ti! Qué maravilloso eres, más allá de todos los pensamientos que puedo tener, más allá de poder expresarlos, mucho más allá de mi comprensión.
Eres quien eres: lo que has escrito tan claramente en Tu Palabra, no lo que yo quiero que seas. He elegido seguirte, y no prestar atención a las imitaciones falsas. Tú eres Tú, no lo que otros dicen que eres. Y elijo ponerme a Tu lado, en Cristo, en la Verdad.
Has compartido el misterio de Tu plan para las edades, revelado por fin a través de Cristo aquí en la tierra, quien llegó la mañana de la primera Navidad, un niño en un pesebre, tan pobre y tan frágil. No viniste a conquistar, sino a morir, un cordero conducido a matadero por hombres mal intencionados. Pero la verdad es que lo planeaste. Antes de la creación sabías que vendrías aquí, morirías aquí … por mí, por todos.
Siempre estaré agradecido, siempre agradecido, siempre agradecido por Tu gracia, por ese amor que Te trajo a la tierra como hombre débil, sufriente, desinteresado, amable en Tu poder, Santo Dios. He sido redimido por la sangre que derramaste al morir por mí.
Pudriéndote en esa tumba, probaste todo eso ese tercer día: Te levantaste y conquistaste la muerte. Se lo probaste a todos, caminando, hablando, comiendo, dejando que te tocaran. Más de quinientas personas Te vieron y Te presenciaron, vivo. Resucitaste muy triunfante de la tumba. Gracias Señor.
Padre, gracias por este día, por este nuevo comienzo. Tú eres mi esperanza, mi estrella brillante de la mañana. Tú eres mi defensor. Tú eres el ancla de mi alma. Y me regocijo en ti.
Examíname y conóceme. Muéstrame cualquier hábito que no apruebes. Límpiame, mi corazón y mi mente y mi alma y mi espíritu. Renueva un espíritu recto dentro de mí. Eres todo lo que necesito hoy, para que yo pueda ser todo lo que quieres que sea.
Me levanto ahora refrescado en Ti, caminando en Tu Espíritu. Mantenme fuerte en ti, oh Señor.
* Este artículo se basa sobre, A prayer of praise to God publicado en inglés: septiembrte 25, 2018.
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