El Presidente de los EE. UU., Theodore Roosevelt, escribió este discurso alentador. Es apto para hoy, en todos nuestros ámbitos de la vida, ¿verdad?
“No es el criticón el que cuenta;
no es el hombre que señala en qué tropezó el hombre fuerte
o en qué el que hace cosas podría haberlo hecho mejor.
El crédito pertenece al hombre
quien está realmente en el anfiteatro,
cuya cara está manchada por el polvo, el sudor y la sangre,
el que se esfuerza valientemente;
quien se equivoca, y no llega a la meta una y otra vez,
porque no hay esfuerzo sin error y deficiencia;
quien realmente trata de llevar a cabo la acción;
quien conoce el gran entusiasmo,
la gran devoción,
y se gasta en una causa digna;
quien, en el peor de los casos, si falla,
por lo menos falla mientras se atreve a mucho.
Mucho mejor es atreverse a hacer cosas poderosas,
a ganar gloriosos triunfos,
a pesar de que haya sido estorbado por fracasos,
que clasificarse con esos pobres espíritus
quienes no disfrutan ni sufren mucho
porque viven en un crepúsculo gris
quienes no conocen ni la victoria ni la derrota “.
– El Presidente Theodore Roosevelt; Hamilton Club,
un discurso sobre la vida extenuante, en Chicago,
el 10 de abril del 1899.
(Encontrado en: Cómo Conocer al Enemigo, John MacArthur, Jr.
Chariot Victor Publishing, 1992, p.72.)
* Este artículo se basa sobre, Actually Try To Do The Deed publicado en inglés: marzo 23, 2016
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