Las filosofías del hombre, son del hombre. No llegan a Dios. Dios es demasiado asombroso para el pobre hombre.
El camino de Dios, es su camino. Es demasiado grande para que tú o yo nos metamos con él.
No podemos llegar a Dios por nuestra cuenta. Pero Dios, por alguna razón inexplicable, bajó de sus cielos, e hizo un camino para que nosotros lo alcancemos. Jesús dejó su elevado reino para convertirse en un hombre común, llegando a nuestro mundo a través del nacimiento de un bebé. Con esto, nos proporcionó una forma de construir un puente que atravesara el vasto abismo que separa a la humanidad del Dios Santo.
Dios es muy, muy santo. Sumamente sagrado. Sin falta, sin defecto… Él es perfecto. Sus normas están más allá de nuestra capacidad de pensar. Inalcanzables para nosotros. Su santidad es suprema. Nuestra pecaminosidad no puede ser tolerada en su presencia. Pero,
Dios proveyó un camino—
dentro de Su sistema legal,
para ofrecernos un perdón legal.
Si aceptamos Su perdón,
Él promete
cambiar nuestro estatus en Sus cortes,
cambiarnos a ser seres totalmente nuevos,
y
permitir nuestra entrada a Su Reino.
Eso es todo. Ese es el plan de Dios para los tiempos (en mis débiles palabras). Todo esto nos ha sido comunicado por Dios – a través de sus profetas, y escrito en libros a lo largo de los siglos, y ahora está grabada en la forma de un libro llamado la Biblia. Sugiero comenzar con Juan 1. Léelo. Descubre la Palabra de Dios para el hombre. Descubre lo que Dios ha hecho en la historia. No te quedes atrás en los siglos venideros después de este corto periodo en la tierra.
Jesús es la respuesta.
Basado en el artículo Your Way or God’s Way , publicado en inglés: 14 julio, 2016
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