Oh, ¡qué gran día será aquel día! Entrar en el Reino de Dios – libremente como su hijo redimido. Sin encogerse de vergüenza, sin sudar de miedo, sin la carga de la pecaminosidad ante un Dios Santo. Sólo puedo imaginarlo.
No hay gracia más grande. No hay gracia más grande. No hay mayor gracia. No hay mayor gracia que la de Dios sobre su creación – a través de su Hijo, Cristo Jesús, mi Señor. Gracias, Dios.
¡Ser recibido por Dios! Ser aceptado – no importa mi pasado, no importa el peso de los pecados que haya cometido, no importa lo que haya sido, cualquier maldad en la que haya caído, ¡Él me aceptará en Aquel Día!
No por ninguna otra gracia, ningún otro acto, ninguna otra religión, ninguna otra fe. Sólo Cristo puede salvar. Sólo Cristo. Sólo Cristo puede pagar la condena dentro del gran Sistema de Justicia de Dios.
El pecado condena a cualquiera y a todos porque el Creador es un Dios Santo. No puede simplemente limpiar la mancha. Su santidad exige, requiere, que se haga justicia.
Es la justicia de Dios la que se requiere para que cualquier hombre, cualquier mujer, cualquier niño – se salve de su condenación por el pecado. Sin el sacrificio de Cristo, todos estamos perdidos para siempre, condenados para siempre. Pero Cristo eligió convertirse en un hombre humano, ofreció su vida perfecta como un sacrificio perfecto, y murió, tomando nuestra pena por nosotros—cumpliendo así el requisito de Dios de castigo por nuestro pecado para todos los tiempos.
Pero su salvación no es automática. La Biblia nos enseña que cada uno de nosotros debe aceptar individualmente la oferta de perdón de Dios. Basados en la muerte de Cristo en nuestro favor, podemos ser salvados de la condenación de Dios. Al igual que el ladrón en la cruz junto a Jesús el Cristo—también podemos: reconocer nuestra pecaminosidad, reconocer a Cristo como nuestro Dios Redentor, elegir negar todos los otros dioses, y seguirlo sólo a Él.
Sin arrepentimiento no hay perdón de Dios. Sin el arrepentimiento y la aceptación de Cristo como Señor – permanecemos bajo la condenación en el Tribunal de Justicia de Dios. Ningún otro dios, ninguna otra religión, ninguna otra filosofía es aceptable para la redención ante Dios el Padre, Creador de todo lo que es.
Esa es la promesa del Evangelio de Cristo compartida para que todos la reciban – en Su Palabra, la Biblia. Podemos recibir a Cristo, y vivir para siempre en las alegrías del Reino de Dios, o podemos rechazar a Cristo, y ser condenados para siempre. Porque sin la gracia no hay salvación. No estamos cubiertos por Su gracia a menos que elijamos seguirlo.
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- Tengo que creer (en inglés) con letra. Cantado por Rita Springer (en YouTube)
- ¡Valdrá la pena! (en inglés) con letra. Cantado por Rita Springer (en YouTube) “… No entiendo Tus caminos…” “…atrayéndome a Tus caminos…” Otro buen video con esta misma canción: ¡Lo vale todo! video por espaytons
Basado en el artículo Oh what a day that will be! , publicado en inglés: 31 de Agosto, 2014.
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