La nueva vida en Cristo de cada creyente [Primera parte]

Imagen: Debe de haber fruto. Ver La Lista de los Buenos Frutos: amor [preocupación desinteresada por los demás], alegría, paz [interior]…

Dios requiere de nosotros un tipo de relación extrema
El Apóstol Pablo explica que el Dios Único es extremo a la enésima potencia, y requiere de nosotros un tipo de relación extrema. No podemos hacer las cosas a nuestra manera, y esperar que Dios nos dé la bienvenida a su Reino en nuestros propios términos. ¿Qué clase de “dios” haría eso? Yo diría que tendría que ser bastante bobo. ¹ No, el Dios Todopoderoso de la Biblia no.

Nuestro Dios Extremo de la Biblia dice que debemos “renacer de lo alto” por su Espíritu, llegar a “nacer de nuevo“. Es una experiencia extrema. Entonces ya no seremos uno de los muertos andantes. ¡Entonces tendremos un Cuerpo por Dios (hecho completo en el Rapto)! Cuando lo aceptamos como Señor y Salvador, cuando nacemos de nuevo, Él entra en nosotros y reside en nosotros para siempre. ¿Eres tú?

Pablo oró para que tú y yo, al nacer de nuevo, continuemos creciendo profundamente, de manera natural, hacia una mayor madurez que está disponible en nuestro caminar con Dios a través de Su Espíritu Santo. ²

¿Puede Jesús salvarte?
La Biblia dice que Él ciertamente puede. Sin importar cuáles sean tus pecados demasiado atroces—Jesús nos salva de nuestro pecado. Él ha salvado a los pecadores desde el principio de los tiempos. Él salvó al vil ladrón en la cruz que colgaba junto a Él. Jesús me salvó. ¿Te ha salvado a ti?

Escoge servir a Jesús

Este es el pasaje que debemos leer, Efesios 1:13-23, y luego, en la segunda parte, analizaremos lo que significa para nosotros hoy. Se trata de un pasaje fantásticamente rico que explica la maravilla de pasar de ser “condenados por Dios“ a ser “maravillosamente salvados por Jesús”. ¡Qué maravilloso es este viaje!

Efesios 1:13-23

“¹³En Él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, ¹⁴que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria.

¹⁵Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre ustedes, y de su amor por todos los santos, ¹⁶no ceso de dar gracias por ustedes, mencionándolos en mis oraciones, ¹⁷pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él.¹⁸Mi oración es que los ojos de su corazón les sean iluminados, para que sepan cuál es la esperanza de Su llamamiento, cuáles son las riquezas de la gloria de Su herencia en los santos,

¹⁹y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de Su poder.

²⁰Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, ²¹muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no solo en este siglo^[f] sino también en el venidero.²²Y todo lo sometió^[g] bajo Sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, ²³la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.“