Quienes somos importa. Lo que decimos que creemos, importa menos.
Esto es fácil de entender. En una corte de la ley, ¿realmente importa si el asesino dice que no lo hizo si se llega a encontrar en el cuerpo del asesinado su ADN y que testigos creíbles dicen que lo vieron asesinar a esa persona? Lo que el pecador dice que hizo es menos importante en comparación a lo que realmente hizo.
Lo mismo será cierto en Aquel día delante de Dios: Lo que digamos importará menos que lo que hayamos hecho. Aquellos “en Cristo” tendrán todo su pecado cubierto por la cruz—porque están “en Cristo”, pero todos los demás se sostendrán con el mérito de lo que ellos mismos han hecho. ¿Realmente quieres estar en esa posición?
¿Realmente quieres estar de pie, o arrodillarte, ante Dios Santo—y argumentar tu dignidad con base en los méritos de quien eres y lo que has hecho?
Santiago 2:20
“ Pero, ¿estás dispuesto a admitir, oh hombre vano, que la fe sin obras es estéril? “
Santiago 2:26
“Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.“
Lo que dices que crees, algún día será examinado por Dios mismo—en Su Corte. Y lo que “dices”, y lo que dices que “crees”—se revelará por lo que realmente has hecho. No somos salvos por lo que hacemos, pero la sinceridad de nuestro corazón se revela a Dios por medio de lo que hacemos. ¿Eres cizaña o trigo? Ver Mateo 13, versículos 24-43.
Gálatas 6:7
“No se dejen engañar, de Dios nadie se burla[a]; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.“
Nos conviene a todos postrarnos ahora y realmente seguir a nuestro Señor. No postrarse ahora es escoger postrarse más tarde, y más tarde será demasiado tarde.
“Y así como está decretado
que los hombres
mueran una sola vez,
y después de esto,
el juicio,“
— Hebreos 9:27
Ver también: Hebreos 9:15-28
Basado en el artículo What Matters, publicado en inglés: 25 de enero, 2017.
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