Satanás está vivo y es real, y vive en el planeta tierra en una dimensión que no podemos ver. Es un ángel caído. Y es totalmente malvado.
Para tener una pequeña idea de cómo es Satanás, es importante darse cuenta de que sólo Dios mismo es el más poderoso en todo el universo. Lucifer (su verdadero nombre) era el más poderoso de todos los ángeles creados por Dios. Cumplía las órdenes de Dios. Y sigue siendo poderoso.
Para las referencias, véase el artículo: Satanás en la Tierra].
En algún momento de la historia angélica, Lucifer se volvió vanidoso, arrogante y orgulloso. Se pasó de la raya.
La imagen común de Satanás es fea y grotesca. Pero en realidad, Satanás era un ángel de luz. Una destacada creación de Dios. Era tan grande que pensó que podía llegar a ser tan poderoso como Dios. Fomentó el mal, y un tercio de todos los ángeles de Dios se unieron a su rebelión. Dios, por supuesto, conocía el corazón rebelde de Lucifer—y lo echó de Su Reino. De hecho, Dios lo arrojó a la tierra. Ahora Satanás y sus ángeles caídos (a los que llamamos demonios) vagan con malas intenciones por toda la tierra—en otra dimensión.
Como un león feroz, voraz a la caza de su próxima víctima—Satanás quiere disminuirnos, hacernos menos de lo que podemos ser, alejarnos de nuestro verdadero potencial. Así que tenemos que tener cuidado, estar espiritualmente alerta en todo momento. No bajar la guardia.
“Sean de espíritu sobrio,
estén alerta.
Su adversario, el diablo,
anda al acecho como león rugiente,
buscando a quien devorar.“ — 1 Pedro 5:8
Lo que el Diablo hace es—conspirar para arruinarte para Dios. Hasta el punto al que Dios lo permite, Satanás traerá toda clase de
mal contra ti. Pero no tienes que ser arruinado.
Si hemos aceptado a Cristo (como el ladrón en la cruz) ¡somos poderosos! ¡Enormes! ¿Por qué? Porque…
- No somos simplemente humanos. Hemos nacido de nuevo, hemos sido hechos nuevas criaturas en Cristo.
- Tenemos el Espíritu, Dios mismo, siempre en nuestro cuerpo. Una verdad totalmente sorprendente.
- Además, en nuestra tarea, tenemos numerosos guardaespaldas, ángeles leales de Dios, en cada momento de cada hora—vigilando por nosotros desde Su dimensión invisible. Ellos se aseguran de que sólo se haga la voluntad de Dios con nosotros.
- Y, tenemos las promesas de Dios que ponen parámetros de protección contra los poderes angélicos del Maligno.
No lo entiendo, pero así es. Hay una dimensión invisible, por dentro y afuera… en nosotros y a nuestro alrededor: Dios está dentro del creyente, y Sus ángeles están a nuestro alrededor, en el exterior. Así que no debemos temer. Sólo confiar y obedecer. Su Espíritu nos guía.
Efesios 6:versículos 10-18:
“Por lo demás,
fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza.
11 Revístanse con toda la armadura de Dios
para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades,
contra los poderes de este mundo de tinieblas,
contra las fuerzas espirituales de maldad
en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomen toda la armadura de Dios,
para que puedan resistir en el día malo,
y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
14 Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad,
revestidos con la coraza de la justicia,
15 y calzados los pies con la preparación
para anunciar el evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomen el escudo de la fe
con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno.
17 Tomen también el casco de la salvación,
y la espada del Espíritu
que es la palabra de Dios.
18 Con toda oración y súplica oren
en todo tiempo en el Espíritu,
y así, vele con toda perseverancia
y súplica por todos los santos “
— Efesios 6:10-18
Para el cristiano, la clave de una vida de victoria en lugar de derrota es someterse a Dios y resistir al diablo.
“Por tanto, sométanse a Dios.
Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes.“
— Santiago 4:7
Basado en el artículo What The Devil Does publicado en inglés: 26 de mayo, 2017.
PARA MÁS:
Deja un comentario