Una idea errónea muy extendida es que, como Dios nos ha creado a todos, todos somos Sus hijos, “hijos de Dios”. En realidad, nada podría estar más lejos de la verdad.
El humano normal nace en realidad en un estado de separación de Dios.
Romanos 3:23 — Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. -Versión -NTV
Romanos 3:10 — Como dicen las Escrituras:«No hay ni un solo justo, ni siquiera uno -Versión -NTV
Romanos 5:12 — Como está escrito: No hay justo, ni aun uno -Versión -NTV
Vemos en la Escritura
Juan 1:12 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios.
Es un “derecho” especial, un privilegio especial, llegar a ser un hijo de Dios. Debemos recibirlo. Hasta que no lo hagamos… NO somos totalmente Sus hijos. De hecho, como simples hombres estamos condenados a pasar la eternidad con los ángeles caídos en un lugar vacío de todo lo que es bueno.
Tu madre no te confiere esto al darte a luz físicamente, y darte la bienvenida a la familia humana. Con ello sólo te confiere “humanidad”. Ese es un estado bastante limitado del ser.
Jesús nos enseñó que es necesario otro nacimiento para ser un verdadero hijo del Dios Creador. ‘Es necesario nacer de nuevo’.
Juan 3:1-7 Había un hombre llamado Nicodemo, un líder religioso judío, de los fariseos. 2 Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí—le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.3 Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.
4—¿Qué quieres decir?—exclamó Nicodemo—. ¿Cómo puede un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? 5 Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu. 6 El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo. 7 Así que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”.
Toma nota del versículo cinco: “Jesús le contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del Espíritu.“ — Juan 3:5
El primer nacimiento de un humano normal es un nacimiento a través del agua, a través de las aguas de la bolsa de nacimiento. Es el Espíritu de Dios el que entonces debe conferirle un “renacimiento”, una nueva vida, y eso se llama – nacer de nuevo, nacer del Espíritu.
Cuando uno se arrepiente y se vuelve a Jesús para la salvación, uno nace de nuevo en ese instante. Eso es lo que le confiere a uno “el derecho a ser hijo de Dios” [Juan 1:12].
Basado en el artículo Children of God, publicado en inglés; 4 de octubre, 2016.
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