La verdad secreta decretada por Dios

Otra pista con relación al Rapto se encuentra aquí en

⁵⁰ “Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre.

⁵¹ Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados!

⁵² Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos, también seremos transformados.

⁵³ Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales”.

—1 Corintios 15:50-53

No todos sufriremos la muerte
El Apóstol Pablo nos revela, en modo profético: “no todos dormiremos [al morir]” (refiriéndose a “todos nosotros” en el Cuerpo de Cristo). Aquí revela un secreto que un día Dios pondrá en marcha.

Ahora nos referimos a ello como El Rapto. Creo que este evento está a la vuelta de la esquina.

Hasta que Pablo lo reveló, el Rapto era un secreto total guardado por Dios, “un misterio [una verdad secreta decretada por Dios y previamente escondida, pero ahora revelada]”.

Muy interesante
Por primera vez en la historia, Pablo nos revela, con la escritura de 1 Corintios 15:50-53:

“No todos dormiremos [en la muerte]”
“Todos seremos [completamente] cambiados [maravillosamente transformados]”
Nosotros en Cristo seremos cambiados “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos”,
Ocurrirá “al [sonido de] la última trompeta”.
“Porque sonará una trompeta, y los muertos [que creyeron en Cristo] serán resucitados imperecederos”
“Seremos [completamente] cambiados [maravillosamente transformados]”
“Porque esta perecedera [parte de nosotros] debe revestirse de la imperecedera [naturaleza]”
“Este mortal [parte de nosotros que es capaz de morir] debe vestirse de inmortalidad [que es la liberación de la muerte]”

una verdad secreta decretada por Dios

Los tiempos son controlados por Dios, y esos tiempos están aquí sobre nosotros. “El tiempo señalado” de “el fin” es palpable, está muy cerca. No debemos tener miedo. Jesús nos anima, diciendo: