La más importante profecía de todos los tiempos fue la primera aparición “oficial” de Dios en la tierra—como Jesús, totalmente Dios y totalmente humano. 1 Esto fue predicho a lo largo del Antiguo Testamento: el nacimiento del bebé Mesías, nuestro Señor Dios—Jesucristo.
La salvación por parte de Dios, traída a nosotros por medio de Jesús, fue un gran misterio a lo largo de los tiempos del AT. 2
Nadie podía entender cómo iba a proporcionar Dios el perdón sin el sistema de sacrificios judaico. ¡Jesús era la respuesta!
Fue absolutamente asombroso—el más importante evento en la historia del universo: El propio Dios creador bajó a la tierra como un ser humano. Como nos amaba tanto, quería liberarnos de su castigo eterno. Así que bajó y se hizo hombre, “Dios en carne humana”.
Su nombre era Jesús. Era el Cristo—el prometido de Dios, el Mesías. Sea cual sea la raza, la religión o el lugar de la tierra, Jesús bajó para redimirte del juicio.
— Fuente: El Cristo, Jesús
Basado en el artículo Biggest prophecy of all time, publicado en inglés: 15 de diciembre, 2021.
PARA MÁS:
La salvación es cuestión de Dios
Jesús predijo Su muerte y resurrección… Lucas 18:31-34
Acerca de la Muerte Física de Jesucristo (en inglés: On the Physical Death of Jesus Christ)
1 Corintios 15:12-58. Versículos con relación a la resurrección
El que alzó al Señor Jesús de entre los muertos también nos alzará con Jesús
El evangelio de Cristo es invariable
Jesús regresa a la tierra dos veces en los tiempos finales
Una breve examinación del Rapto por Beth Elohim Messianic Synagogue (en inglés: A Brief Examination of the Rapture)
- Fuente: Jesús regresa a la tierra dos veces en los tiempos finales
Empezando por su nacimiento como el niño Jesús, nacido de María y José, hay tres referencias bíblicas a la venida de Jesús a la tierra – “en el nombre de Jesús” (como Cristo, el Mesías).
Creemos que hubo otras apariciones, donde Dios caminó por la tierra, en el Antiguo Testamento, lo que se llama “teofanías”, pero esas nunca fueron “en el nombre de Jesús”.
Las teofanías, en el Antiguo Testamento, creemos que fueron episodios en los que Jesús hizo apariciones “en persona”, “encarnaciones” o “cristofanías” – a menudo como “El Ángel del Señor”.
Para mí estas “encarnaciones” muestran a nuestro Dios como íntimamente involucrado en su creación. Ciertamente, no nos hizo nacer de un plumazo y se fue volando a otras imaginaciones suyas. Él lo planeó todo meticulosamente, nos creó ingeniosamente con gran cuidado, y se involucró personalmente. Llegó incluso a morir por nosotros.
Sin embargo, en estas apariciones del Antiguo Testamento en la tierra, Dios no se presentó en nombre de Jesús. Esa es una gran diferencia. Para saber más:
1. Ver, Teofanías en el Antiguo Testamento (en inglés), por Tim Chaffey; (publicado en inglés) en AnswersInGenesis.org.
2. Adicionalmente, en Crosswalk (publicado en inglés): 10 Veces que Jesús se apareció en el Antiguo Testamento y lo que revelan, por Jennifer Slattery. Ver su blog: JenniferSlatterylivesOutLoud.com (en inglés).
- La muerte y resurrección de Jesús de Nazaret
El misterio de la salvación se reveló finalmente a través del Dios-hombre Jesucristo durante sus 33 años en la tierra. Jesucristo cumplió el sistema de sacrificios judaico, haciendo de sí mismo el sacrificio definitivo “de una vez por todas” por todos los pecados (Hebreos 9:versículos 23-28).
Fue la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el bebé nacido en un pesebre, de María, “engendrado” por Dios el Espíritu Santo—que fue el acto culminante de Dios para traer la salvación a todos los que creerían y lo seguirían a Él. Lee Hebreos 9 y 1 Pedro 1.
“…manda que todo el mundo en todas partes
se arrepienta
de sus pecados y vuelva a él.
31 Pues él ha fijado un día para juzgar al mundo
con justicia
por el hombre que él ha designado,
y les demostró
a todos
quién es ese hombre
al levantarlo de los muertos”.
— Hechos 17:30-31 Nueva Traducción VivienteEse fue el plan de Dios desde un inicio. Ese plan nunca cambió ni un ápice. Siempre iba a ser el Hijo de Dios quien quitaría el pecado del mundo.
Dios revela sus verdades poco a poco, en el momento adecuado.
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