El siguiente extracto es de un artículo de William Lane Craig, ¿Deberíamos pensar en la muerte de Cristo en términos jurídicos? – sobre la expiación de la muerte de Cristo en la cruz (*Romanos 3:25, 4:25 y 5:18). Lee el artículo completo aquí: http://www.reasonablefaith.org/should-we-think-of-christs-death-in-juridical-terms#ixzz4RVGxCPqU .
Lejos de arrastrar la cruz a la sala del tribunal, el uso de terminología judicial con respecto a la relación del hombre con Dios es profundamente judío. [1] En el Antiguo Testamento, Dios se dirige a nosotros con el título jurídico de “Juez” (Génesis 18.25) y actúa correctamente en calidad de tal. Además, no sólo es el Juez, sino también el legislador.
El corazón del judaísmo del Antiguo Testamento era la Torá (ley) divina que regía toda la vida y la relación del hombre con Dios. De los 220 usos de tôrah en el Antiguo Testamento, sólo 17 no se refieren claramente a la ley de Dios. De las 127 ocurrencias de hōq (estatuto), 87 están vinculadas con el Señor; otra palabra para estatuto es huqqah, que está vinculada de manera similar en 96 de 104 casos. Mishpāt, que se vincula con el Señor unas 180 veces, es el término habitual para juicio y en su forma participial se usa para referirse a Dios como Juez. También puede significar ley.
Según Morris, los escritores del Antiguo Testamento a menudo prefieren imágenes legales a cualquier otra cuando se refieren a lo que Dios hace (por ejemplo, Miqueas 6.1-2; Is 41.21; Is 3.13). El uso de categorías jurídicas con respecto a Dios “es frecuente, tanto que es evidente que corresponde a algo muy arraigado en el pensamiento hebreo. La ley y el Señor iban juntos”[2]. [Sería difícil imaginar una religión más apegada a las categorías jurídicas que el judaísmo del Antiguo Testamento.
Por eso el Nuevo Testamento está lleno de lenguaje jurídico que refleja su trasfondo judío [3] .Por ejemplo, Pablo mezcla terminología cultual y judicial al caracterizar la muerte de Cristo:
Pero ahora la justicia de Dios se ha manifestado aparte de la ley, aunque la ley y los profetas dan testimonio de ella, la justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo para todos los que creen. Porque no hay distinción: por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, son justificados por su gracia como regalo, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios propuso como expiación por su sangre, para ser recibida por la fe. De este modo, Dios mostraba su justicia, porque en su divina indulgencia había pasado por alto los pecados anteriores, y demostraba que Él mismo es justo y justifica al que cree en Jesús (Rom 3:21-26). [4]
La palabra griega traducida aquí como “rectitud” (dikaiosynē ) también puede traducirse como “justicia”. La expresión “expiación por su sangre” es de carácter religioso, recuerda los sacrificios del Día de la Expiación y hace referencia a la muerte de Cristo en la cruz. La frase final de Pablo corrige la impresión errónea de que Dios, al dejar impunes los pecados de las generaciones anteriores, no es justo; más bien, dice Pablo, la muerte expiatoria de Cristo demuestra que Dios es justo y el justificador de quien tiene fe en Jesús. La implicación es que Cristo ha soportado el castigo debido por esos pecados.
Téngase en cuenta que el problema que constituye el trasfondo del pasaje anterior es la disquisición de Pablo sobre la ira de Dios, que es el resultado de la desobediencia de las personas a la ley de Dios. Merecen, dice Pablo, la muerte, cuando son juzgados conforme a la ley. La justificación pronunciada en Romanos 3 requiere alguna resolución de ese problema. Además, los capítulos siguientes de Romanos también implican cierta resolución del problema. Pablo compara a Adán con Jesús:
18 Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. 19 Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos. (Romanos 5:18-19).
Justificación y condenación son términos jurídicos contrapuestos que se utilizan con respecto al juicio de Dios. Es difícil escapar a la conclusión de que la muerte de Cristo cumplió una función judicial: consiguió nuestra absolución y nuestra posición justa ante Dios. Por eso me desconcierta que digas que “no he podido encontrar ningún ejemplo en el Nuevo Testamento que vincule el lenguaje judicial de castigo, pena, juicio o condena a Cristo en la cruz”.
No veo ninguna razón para pensar que el lenguaje de Romanos 4.25 “fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados” sea religioso, no judicial. No sólo el contexto es judicial, sino que estas palabras me suenan como la descripción de una sentencia legal (compárese Barrabás, que “estaba en prisión por haber participado en un levantamiento contra el gobierno en Jerusalén, y por asesinato” Lucas 23.19).
Tal vez lo que te molesta es que no encuentras una declaración explícita de que Dios castigó a Cristo. Esa afirmación, sin embargo, es controvertida incluso entre los defensores de la sustitución penal. Algunos preferirían decir algo como “Dios afligió a Cristo con el sufrimiento que era la pena (o castigo) por nuestros pecados”. Es decir, Cristo soportó el sufrimiento que, de habérseme infligido a mí, habría sido el castigo de mis pecados. Eso sigue contando como sustitución penal.
Lo que más se acerca a la afirmación de que Cristo cargó con el castigo de nuestros pecados son pasajes como 1 Pedro 2.24:
Él mismo cargó nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado
y vivir para lo que es recto. Por sus heridas, ustedes son sanados.
El lenguaje de “cargar los pecados” en el Antiguo Testamento significa “cargar con la culpa o el castigo por el pecado.” [5] El pasaje que nos ocupa es una reflexión sobre el Siervo que Sufre de Isaías 53. Allí leemos:
Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó;
fueron nuestros dolores los que lo agobiaron.[a]
Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios,
¡un castigo por sus propios pecados!
5 Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones
y aplastado por nuestros pecados.
Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz;
fue azotado para que pudiéramos ser sanados.
6 Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas;
hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros.
Sin embargo, el Señor puso sobre él
los pecados de todos nosotros. (Is 53,4-6).
El contraste entre el Siervo y las personas a las que se refieren los pronombres en primera persona del plural muestra que el Siervo sufrió en lugar de ellas por sus pecados. Esto parece un castigo sustitutivo. Los autores del Nuevo Testamento (por no mencionar al propio Jesús), consideran a Jesús como el Siervo que sufre de Isaías 53 (por ejemplo, Hechos 8.26-35). Así pues, tenemos razones de peso para pensar en la muerte de Cristo en términos de castigo vicario.
[1] Véase The Atonement, de Leon Morris (Downers Grove, Ill.: IVP, 1983). Además de los capítulos sobre el sacrificio, la Pascua, el Día de la Expiación, etc. (todas ellas categorías religiosas), también incluye un capítulo sobre la justificación, que subraya la importancia del lenguaje y las categorías judiciales con respecto a la expiación.
[2] Ibídem, p. 181.
[3] Según el recuento de Morris, el Nuevo Testamento tiene 92 ejemplos del sustantivo dikaiosynē (justicia o rectitud), 39 del verbo dikaioō (justificar o considerar justo), 10 del sustantivo dikaiōma (ordenanza o sentencia de justificación), 81 del adjetivo dikaios (justo o recto) y cinco del adverbio dikaiōs (justamente o rectamente).
[4] Sobre este pasaje véase D. A. Carson, “Atonement in Romans 3:21-26”, en The Glory of the Atonement: Biblical, Historical, and Practical Perspectives (La gloria de la expiación: perspectivas bíblicas, históricas y prácticas), eds. Charles E. Hill y Frank A. James III (Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2004), pp. 119-39.
[5] Véase el análisis detallado de J. Alan Groves, “Atonement in Isaiah 53”, en The Glory of the Atonement, pp. 61-89.
Del artículo de William Lane Craig, ¿Debemos pensar en la muerte de Cristo en términos jurídicos? Lee el artículo completo aquí: http://www.reasonablefaith.org/should-we-think-of-christs-death-in-juridical-terms#ixzz4RVGxCPqU .
Basado en el artículo Christ’s Death, publicado en inglés: 30 de noviembre del 2016.
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