Odio fracasar. Obviamente. ¡¿Quién se propone fracasar?! Lo mismo con fallarle a Dios: pecar. Odio pecar. No me propongo conscientemente pecar, como si pensara:
- “Vale, ahora mismo voy a enfadarme con eso… y gritar y….”
- “Vale, ya está. Es hora de que realmente odie a Joe y Mary. Ellos son tan….”
- “Bueno, ¡voy a dejar de ser honesto! Voy a ir ahora mismo a Sears, meterme esa herramienta en el bolsillo y salir con ella.”
- “Oye, quiero ponerme en plan chusco y hacer que mi esposa se sienta mal. Voy a decir algunas cosas hirientes….”.
Pecar es básicamente: “fallarle a Dios”. No es algo que quiera hacer. No quiero fallarle a Él. Quiero ganar, siempre. Me propongo ganar cada día, ¿y tú?
Bueno, tal vez no. Mirando hacia atrás: Veo que generalmente me predispongo al fracaso. Como el boxeador que no aguantó hasta el duodécimo asalto: ¡no estaba preparado para el combate! Había hecho trampas en el entrenamiento. Salió de fiesta hasta tarde. Quizá no era muy disciplinado. ¿Perezoso? No estaba concentrado. Así que cuando empezó la pelea, ¡ya había perdido antes del primer golpe! No había ganado.
No siempre empiezo el día de la mejor manera. Mi mente está somnolienta, despeinada como mi pelo, dispersa. ¡¿Y salgo así por la puerta?! No es muy inteligente empezar el día con la cabeza dispersa.
He fracasado demasiado. Es realmente ridículo. No contaré todas las maneras en que lo he hecho, pero – ¿Cómo puede suceder esto? La Escritura me muestra exactamente qué es lo que Dios mismo llama pecado (“fracaso” en obedecer Sus Caminos). Sé exactamente lo que es. Entonces, ¿¡por qué recurro a eso!?
PARA MÁS, leer: El pecado, definido.
Lidiando con los que fallan.
Y, lo que es realmente una locura, es cómo tratamos con los pecados de los demás. Él peca, ella peca, ellos pecan, ¡allá están pecando! Y yo peco. Pero, hay poco perdón. Nos encanta condenar los pecados de los demás. (¡Y ESO es un pecado!) Uno pensaría que cuando alguien está pasando por un mal momento, caído en algún pantano – que sentiríamos compasión y daríamos una mano de ayuda, una palabra alentadora. ¿Verdad? No. Normalmente condenamos totalmente al pecador.
Si no vivimos de acuerdo con nuestra fe, es más probable que hoy en día seamos menospreciados, abofeteados, ridiculizados, rechazados. (en inglés: Our put down, slap down ways).
Incluso la iglesia tiende a dispararle a sus heridos. De alguna manera se considera como si fuera un arte: ¡mantenerlos con los pies en el fuego! Cómo nos gusta quemar a los pecadores en la hoguera, en nuestra mente, en nuestras habladurías. Nunca lo dejamos pasar: fracasaron. “¿¡Qué!? Qué horror!”
Él peca, ella peca, ellos pecan,
¡allá están pecando!
Y yo peco.
Pero, hay poco perdón.
Nos encanta condenar los pecados de los demás.
Gracias a Dios Él no tiene esa actitud hacia los pecadores. Vaya. Alabado sea Dios. Cuando todavía estábamos hundidos en el pecado, injuriándolo con nuestro rechazo pecaminoso de Él – Cristo murió por nosotros para proveer una manera de ser perdonados. Eso me asombra. Qué asombroso Dios de amor y perdón.
Romanos 5:8
… pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Pemaneciendo firme
Quiero ganar, a lo largo de mi día, cada día, todo el tiempo -siendo yo exactamente como Cristo quiere que lo sea. Mi objetivo es permanecer firme.
La clave para permanecer firmes a lo largo de nuestro día, cada día – es: ¡Prepararse! Eso es lo que hacen los boxeadores antes de un combate, lo que hacen los soldados antes de la batalla, lo que hacen los bomberos antes de apagar un incendio, lo que hacen los médicos antes de ir a realizar una cirugía, lo que hacen los equipos SWAT… lo que hacen los buceadores, lo que hacen los atletas, lo que hacen los excursionistas.
Vuela tan alto como el águila
Corre con la resistencia de un maratonista
Camina y no te caigas por el camino
Mantente firme ante las adversidades que se te presenten.
– Paráfrasis anónima de Isaías 40:31 y Efesios 6:14
Para hacerlo bien, hay que prepararse bien. Prepárate para lo que viene. Comienza cada día con el poder del Espíritu de Dios que vive en ti. Efesios 6:10-17 enseña acerca de “prepararse”.
Efesios 6:10-17 …sean fuertes en el Señor
y en su gran poder.
11 Pónganse toda la armadura de Dios
para poder mantenerse firmes
contra todas las estrategias del diablo.
12 Pues no luchamos[a] contra enemigos de carne y hueso,
sino contra gobernadores malignos
y autoridades del mundo invisible,
contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso
y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios
para poder resistir al enemigo
en el tiempo del mal.
Así, después de la batalla,
todavía seguirán de pie,firmes.
14 Defiendan su posición,
poniéndose el cinturón de la verdad
y la coraza de la justicia de Dios.
15 Pónganse como calzado la paz
que proviene de la Buena Noticia
a fin de estar completamente preparados.
[b] 16 Además de todo eso,
levanten el escudo de la fe
para detener las flechas encendidas del diablo.
[c] 17 Pónganse la salvación como casco
y tomen la espada del Espíritu,
la cual es la palabra de Dios.
“… los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas;
volarán alto, como con alas de águila.
Correrán y no se cansarán;
caminarán y no desmayarán”.
Efesios 3:14-20
14 Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre,[a]
15 el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra.[b]
16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos,
los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu.
17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él.
Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.
18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios,
cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor.
19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo,
aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo.
Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida
y el poder que proviene de Dios.
20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios,
quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir
o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.
Basado en el artículo Stand Strong, publicado en inglés: 6 de marzo del 2018.
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