Si Dios no existe, significa que la vida del hombre no tiene un propósito superior. Si el universo fue fruto de la casualidad, el sentido de la existencia del hombre también será fruto de esa casualidad. A pesar del limitado propósito que él mismo le pueda dar.
Pero si observamos nuestro planeta, vemos que las cosas que en el existen, tienen una clara finalidad para su existencia. Un árbol, por ejemplo, larga sus semillas año tras año para reproducirse. Así, esa semilla cae en la tierra para germinar y transformarse en un nuevo árbol que volverá a producir semilla para que vuelvan a caer en la tierra y repetir el mismo proceso.
Es cierto que no todas las semillas que caen en tierra se reproducirán, sino que solo algunas lo lograrán, ya que muchas de ellas caerán en lugares poco fértiles. Pero a pesar de ello, ese árbol esta preparado para derramar numerosas semillas. Es decir, que esta previsto que no todas lograrán dar fruto, ni caerán en tierra fértil. Por lo tanto en este simple ejemplo, vemos un claro sentido y propósito en la vida de un árbol, donde fue pensado de antemano cada detalle de su crecimiento y su reproducción.
Lo mismo sucede con los animales. Si por ejemplo, estudiamos un ave, descubriremos que su cuerpo se encuentra especialmente diseñado para volar. Sus plumas, su esqueleto y la distribución de todas sus partes, expresan una genial invención. Encontramos en este planeta miles de especies diferentes, que expresan: belleza, originalidad, creatividad, colorido, etc. Todo esto y mucho más, no es posible sin el toque de un artista. De alguien que lo pensó de antemano.
Por último, cuando vemos salir el sol cada mañana emanando su luz, su calor y su energía, haciendo posible la vida en la tierra, nos damos cuenta a su vez que la tierra tiene todos los elementos y las cualidades para que esa vida se genere día tras día. Esto demuestra que el sol y los elementos que se encuentran en la tierra, han sido puestos cada uno para cumplir una función y un propósito definido.
Esto significa que algo o alguien le ha dado un sentido a la existencia de las cosas, de manera que todas ellas puedan ser lo que se pensó que fueran. Este algo o alguien es Dios. Por lo tanto, como una planta, un ave y el resto de la naturaleza tienen un sentido para su existencia, cuanto más el hombre como coronario de esta tierra.
-Lic. Alejandro Romero,
Octubre/2005