Sermón sobre Efesios 1:1,2 ~ “Gracia y paz a vosotros”
~ por John Abels con todos los derechos reservados
Hoy comenzamos un estudio sobre la Epístola, o carta, a los Efesios, la cual muchos consideran el más importante de los escritos de Pablo. Otros piensan que es la obra maestra de todo el Nuevo Testamento. Un erudito cristiano la caracteriza como “la mejor obra literaria de toda la historia” (W.O.Carver). Con su énfasis en el derribo de las barreras que dividen a los hombres y en el Dios soberano, cuyo propósito siempre prevalecerá, ningún otro libro del Nuevo Testamento tiene tanta importancia para nuestros días como esta epístola.
Ya tengo mucho tiempo de estar pensando de este libro y la manera de explicar apropiadamente sus profundas enseñanzas doctrinales, y también las lecciones prácticas de la vida cotidiana cristiana. Así que, con la ayuda de Dios nos gozaremos en esta serie de estudios en los días venideros. Hoy les voy a dar una introducción al libro, y entonces veremos la salutación en los versos uno y dos.
I. Primero veamos el carácter de la epístola. Hay varios aspectos distintivos. Entre ellos:
1. Es una epístola enviado desde la prisión. Esta carta forma parte de la literatura bíblica carcelaria, porque cuando fue escrito, el autor, Pablo, estaba, obviamente, en alguna clase de reclusión forzosa. El se llama a si mismo “prisionero de Cristo Jesús” (3:1), “preso en el Señor” (4:1), y “embajador en cadenas” (6:20). Los teólogos conservadores generalmente están de acuerdo en que éstas referencias se refieren al período de su primer encarcelamiento en Roma., y si esto es cierto, la fecha de Efesios se fija alrededor de 61 – 63 después del nacimiento de Cristo. Durante este mismo período de su vida, Pablo escribió Colosenses, Filemón, y Filipenses.
2. Es una epístola amplia. Esta carta se caracteriza por un tono de universalidad. Esto se ve en la ausencia de referencias personales, alusiones locales y en las salutaciones finales. Pero mayormente estoy pensando de su amplio alcance. Esta carta abarca a los judíos y a los gentiles, al cielo y a la tierra, lo pasado, lo presente, y aún las edades venideras. Esta visión universal se ve en la frecuencia del uso de las palabras “todo” o “toda” más de cincuenta veces. Por ejemplo, se dice que Dios “hace todas las cosas según el designio de su voluntad”. El es “sobre todos”, y “por todos”, y “en todos”. El “creó todas las cosas”, y “reúne todas las cosas en Cristo”, y “es poderosos para hacer todas las cosas mucho más abundante de lo que pedimos o entendemos”. Cristo está sentado “en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra”. El “sometió todas las cosas bajo sus pies” y “todo lo llena en todo”.
3. Es una epístola doctrinal. Esta carta contiene la última discusión teológica extensa de la pluma de Pablo. Se distingue especialmente por la profundidad de su pensamiento. Tiene mucho que decir acerca de la redención y del propósito divino para la humanidad. Trata de temas majestuosos como la gracia de Dios, la plenitud de Dios, la predestinación, la reconciliación, la unión con Cristo, y de la iglesia como el cuerpo de Cristo.
4. Es una epístola práctica. No importa su profundidad doctrinal, Efesios es también una epístola profundamente práctica. Trata con los problemas morales, espirituales, y domésticos. Los principios éticos que se enuncian en esta carta, en un lenguaje claro e inequívoco, pueden servir como reglas para todos los aspectos de la vida. Las enseñanzas prácticas se encuentran, en su mayor parte, en los capítulos cuatro al seis.
5. Es una epístola compañera de Colosenses. Claro, hay algunas diferencias significativas entre ellas, pero hay muchas enseñanzas semejantes. Aparentemente las dos epístolas fueron escritas casi al mismo tiempo y motivados por circunstancias similares. Se ha estimado que de los 155 versículos de Efesios, más de la mitad contienen expresiones casi idénticas a las que aparecen en Colosenses. Efesios parece ser una amplificación de las enseñanzas que Pablo presenta en la carta a los Colosenses.
II. El tema de la epístola
Cada pastor pudiera fácilmente escoger un tema un poco diferente en este libro porque hay tantos. Pero, para mi, el concepto más extenso e importante es el propósito eterno de Dios de reunir todas las cosas en Cristo (1:10). A mi me parece que los otros temas, tales como la gracia de Dios, o la unidad de la iglesia, son solamente parte de este tema mayor.
A lo largo de la epístola, Pablo insiste en que Dios está llevando a cabo su gran propósito para la humanidad de llamar a los hombres a Cristo, y de formar, en Cristo, una sociedad nueva y redimida – la iglesia – que es el nuevo pueblo de Dios.
Por ejemplo, Pablo habla del pueblo de Dios (2:14), la herencia de Dios (1:11), el edificio de Dios (2:19-20), el cuerpo de Cristo (1:22,23), la esposa de Cristo (5:22-31), la iglesia (1:22; 3:10,21), y un nuevo hombre (2:15).
Todas estas frases, o figuras, sugieren que Dios tiene, en el mundo, un pueblo que le pertenece solamente a El, y en este pueblo – la iglesia – se está llevando a cabo Su propósito y Su plan para el universo.
Pudiéramos decir que el tema mayor de Efesios es: El eterno propósito de Dios y el lugar de Cristo y de su pueblo en ese propósito. Se explica este concepto en capítulos 1-3, y en los capítulos 4-6 se muestra las consecuencias prácticas para la vida cristiana diaria. Espero que todos ustedes hagan un esfuerzo grande para escuchar estos estudios.
Con ese cuadro en mente, comencemos el estudio con los versículos 1 y 2. Estos versos constituyen lo que los teólogos llaman la salutación. No era algo extraño en las cartas en aquella época; se acostumbraba dar primero el nombre del autor, después identificar al lector, o lectores, y por fin expresar una palabra de saludo. Por lo general Pablo siguió este orden en sus epístolas. Cambiaba y ampliaba el saludo de acuerdo con las circunstancias.
Vv. 1,2 “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.”
En la primera parte del verso se nombra el autor, Pablo. En la última parte del verso se nombra los lectores, los santos y fieles…que están en Éfeso. La salutación se encuentra en el verso dos. 1:1a “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios.” Esta epístola igual que otros doce libros del Nuevo Testamento, comienza con el nombre de Pablo como autor. Por eso decimos que la mayor parte de los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por Pablo. Del libro de los Hechos aprendemos que su nombre judío era Saulo; y Pablo, aparentemente, era su nombre Romano. Es muy posible que tuviera ambos nombres desde su nacimiento, aunque no lo podemos comprobar. Mas bien parece que cuando por su trabajo misionero se puso más y más en contacto con el mundo Romano, y con los gentiles, llegó a ser más conocido por el nombre Pablo.
En esta declaración introductora, Pablo dice dos cosas acerca de si mismo. En primer lugar afirma que es “apóstol de Jesucristo” y enseguida que su apostolado es “por la voluntad de Dios”.
El término “apóstol” en su más simple definición significa “enviado” o “mensajero”. En el Nuevo Testamento la palabra describe, por lo general, a una persona que por encargo de otro debe cumplir una misión. En actualidad se designa con este término a Jesús como “el enviado” de Dios en Hebreos 3:1, “considerar al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús”. En Lucas 11:49 se aplica a los que son enviados a predicar a Israel. Dios dijo: “Les enviaré profetas y apóstoles.” También a los mensajeros enviados por las iglesias se aplica la palabra “apóstoles”, en 2 Corintios 8:23 “son mensajeros de las iglesias”, y en Filipenses 2:25, “Epafrodito…vuestro mensajero”.
Pero, en el Nuevo Testamento se usa la palabra “apóstol” mayormente con referencia a ese selecto grupo de hombres que recibieron una comisión especial y directa de Cristo. Eran dotados de su poder y revestidos de su autoridad. Así que en este verso Pablo afirma que es apóstol, sostiene su derecho de escribirles, y en actualidad, declara que esta enseñanza está revestida de autoridad divina.
En segundo lugar, Pablo declara que su apostolado es “por la voluntad de Dios”. Esta frase muestra el origen divino de la comisión de Pablo y así demuestra su autoridad. Su apostolado no era algo que él se había buscado, sino que fue un acto de la gracia soberana. ¡Dios le había escogido! Por lo tanto, Pablo lo aceptó con asombro y humilde obediencia.
También esta frase, “por la voluntad de Dios” indica que su apostolado era parte del plan maestro de Dios de llevar el mensaje de la redención a todo el mundo.
Hablando de Pablo en los Hechos 9:15, el Señor mismo se lo describe como “instrumento escogido…para llevar (el nombre de Jesús) a los gentiles, y a los reyes, y los hijos de Israel”. La frase, “instrumento escogido literalmente significa, “vaso de elección”.
1:1b “…a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso.” Las personas a quienes esta epístola fue enviada son llamados por Pablo, “los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso”. La palabra “santo” significa “separación” o “consagración”. Lo que se da a entender es que estas son personas apartadas para la adoración y el servicio de Dios. También son “fieles en Cristo Jesús”. Tal vez significa que eran leales a Jesucristo, pero lo más probable es que significara que eran creyentes en Cristo. Es decir, eran personas que habían puesto su confianza en Jesús como su Mesías y Salvador. La expresión “en Cristo Jesús” sugiere que no solamente eran Cristianos, sino que también gozaban de una unión viva con El. En realidad, eran “santos” y “fieles” como resultado se esta unión. Y es lo mismo hoy, un cristiano, porque está “en Cristo” vive una vida consagrada y fiel.
Y estos creyentes vivían “en Éfeso”. Según los teólogos conservadores y respetados, parece que esta carta fue originalmente una carta circular. Es decir, fue dirigida a todas las iglesias de la provincia romana de Asia, de la cual Éfeso era la capital. Esto nos explicaría la ausencia de referencias personales y la omisión de los saludos cariñosos a los amigos. Solamente se encuentran el nombre del Señor, el de Pablo, y el de Tíquico, el que llevaba la epístola.
Éfeso era la ciudad principal de la provincia de Asia y el centro desde el cual toda la provincia había sido evangelizada. Esto se da a entender por Los Hechos 19:10 donde encontramos a Pablo en Éfeso. “Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”. Creo que esta iglesia recibió la carta primero y entonces fue circulada por las otras iglesias. Por fin fue devuelta a Éfeso para ser guardada allí.
Según los historiadores, Éfeso era el “Metrópoli suprema en Asia”, con más de 350,000 habitantes. Era el centro de la adoración del culto a artemisa, o sea Diana, diosa de la fertilidad. Se dice, que tardaron 220 años en construir el templo para esa diosa falsa, y el templo fue considerado como una de las siete maravillas del mundo. Este es el mismo lugar donde la gente gritó a una voz por casi dos horas; “¡Grande es Diana de los efesios!” (Hechos 19:34).
III. La Salutación v.2 “Gracia y paz a vosotros, se Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” La salutación de Pablo es en forma de un oración. En ella el desea para todos “gracia” y “paz” de Dios. La gracia es el favor gratuita, amoroso, y abundante de Dios para con él que no lo merece. La paz, es el resultado de haber recibido el favor de Dios, se manifiesta en tiempos de conflictos igual que en tiempos de bendición. La palabra denota salud, vigor o prosperidad, sobre todo en lo espiritual. Tiene la mima idea de III Juan 2, “amado, yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
Esta gracia y la paz proviene “de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Pablo entendió esta verdad muy bien. Al haber recibido a Cristo como su única y suficiente Salvador, él experimentó esta paz en su vida. Según sus escritos él la experimentó en tiempos buenos y en tiempos difíciles. Filipenses 4:11, “…he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñando, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”
El deseo de Pablo era de ganar almas para Cristo e instruirlos en la fe. Yo también quiero que todos ustedes conozcan a Cristo como su Salvador personal. Si aún no has tomado ese paso importante en tu vida, ¿Por qué no te decides hoy? Toma el paso más importante de tu vida. ¿Por qué no recibes a Cristo como tu Salvador hoy?