Por Iñaki Colera Bernal
El Propósito de Dios para el Hombre
Génesis 2:4-17
Introducción
El filósofo, ensayista, matemático y premio Nóbel británico Bertrand Russell, fue también uno de los máximos exponentes del materialismo ateo en el siglo XX. Para Russell, la existencia del universo era solamente un hecho brutal que debíamos tratar de aceptar sin buscarle ningún tipo de sentido o propósito.
Él decía: “el mundo simplemente está ahí y es inexplicable”. Para él, el universo era algo sin coherencia ni orden, y la vida humana carecía totalmente de significado o propósito, una vez escribió: “El hombre es el producto de causas sin ningún tipo de finalidad: su origen, desarrollo, esperanzas, miedos, afectos y creencias, son solamente el resultado de la posición accidental de los átomos”.
Su concepción del hombre era por tanto la de un ser que había aparecido por accidente en un planeta sin significado, sin valores trascendentales, sin dirección ni propósito, y cuyo fin último era desaparecer con todas sus esperanzas, en lo que algún día serían los escombros de un universo en ruinas. Para Russell, el único fundamento sólido sobre el que alguien podría construir su vida era el de una “inquebrantable desesperación”.
Quizá su postura nos parezca la declaración exagerada de un ateo militante, pero lo cierto es que esta es lafilosofía que subyace en la inmensa mayoría del pensamiento, ciencia y comportamiento contemporáneos. Quizá no nos damos cuenta de ello, pero desde los programas de televisión, revistas o libros que nos hablan acerca de los orígenes del hombre hasta la vida absolutamente hedonista de la mayoría de los que llaman “famosos”, pasando por la pérdida de valores familiares, las drogas, la pornografía, el culto al poder y al dinero, todo este comportamiento autodestructivo o de huída hacia delante está influenciado, de una forma o de otra, por esta manera de pensar que concibe al hombre como un ser surgido del azar, sin significado eterno ni propósito en el universo.
Hace unos días Harrison Ford estuvo en Madrid para promocionar una película, en ella hace el papel de un policía dado al humor irónico. Dijo que se sentía identificado con el personaje y su sentido del humor, ya que la ironía era la herramienta que permitía enfrentar lo que llamó: “el absurdo de la vida”.
Ahí tenemos un buen ejemplo de cómo una persona normal, es decir, alguien que no es un filósofo ni un pensador enfrenta el problema de la “inquebrantable desesperación” de la que habló Russell. Harrison Ford nos propone oponer una visión irónica de la vida, que nos recuerda nuestra castiza frase: dentro de cien años todos calvos.
Reírse de lo inevitable, de lo absurdo de la existencia es, al fin y al cabo, la menos mala de las soluciones. Otros optaron en este siglo por llevar hasta sus últimas consecuencias la cosificación de la existencia humana.
Muchos condenan los crímenes del estalinismo y del nazismo, la eutanasia de los débiles y enfermos, el intento de exterminio de los judíos, ¿pero cuantos tienen valor de admitir que estos hechos fueron consecuencia de la ética evolucionista de la supervivencia del más fuerte, de la raza mejor adaptada, del desprecio materialista de la vida humana? ¿Cómo condenar estos hechos si no es apelando a valores trascendentales fijados por el propio Dios?
Estas son algunas de las consecuencias de dar la espalda al mensaje de la Biblia. Por eso el Génesis, lejos de estar anticuado, como pretenden algunos, es esencial en el mundo moderno, su mensaje es el único referente capaz de devolver el sentido, la racionalidad y la esperanza al hombre de hoy. Y nosotros, como cristianos tenemos la grave responsabilidad de ser testigos con nuestra palabra y nuestra vida de este mensaje de Dios para el mundo.
Hace unos domingos tratamos el capítulo 1 de Génesis y vimos como su mensaje nos presenta a Dios obrando a través de su Palabra, transformando el caos y desorden del universo, en luz, orden, belleza y plenitud. Al ver actuar la Palabra creadora de Dios en el universo sacamos la conclusión de que, todo comportamiento o filosofía que la ignore es sencillamente antinatural, desobedecer la Palabra de Dios es ir contra el curso natural de las cosas, es un suicidio moral.
Ahora, Génesis 2, sigue poniendo las bases de un mensaje de esperanza para el mundo actual. Frente al vacío existencial, frente a la falta de sentido, esperanza y propósito que caracterizan en el fondo a la visión moderna del hombre, nuestro texto afirma que el hombre tiene un significado trascendental: Su existencia tiene significado, su trabajo tiene propósito, existen valores trascendentales superiores al hombre capaces de darle dirección y sentido a su existencia.
Examinemos la forma sencilla y directa en que la Biblia pone los cimientos que otorgan propósito al hombre, para entenderlos y poder asumir en nuestra vida y transmitir a los demás su mensaje. Empecemos por leer el texto. Hoy vamos a ceñirnos a los versículos 4 al 17 del segundo capítulo, dejando las relaciones hombre-mujer para otro día, con el objetivo de darles toda la atención que merecen por separado.
Análisis del texto
En este pasaje, se amplían algunas informaciones que con respecto al hombre se han introducido ya en el capitulo 1 con carácter general. Si en ese primer capítulo se ofrecía una pincelada rápida acerca del hombre y su papel en el marco de la creación de Dios, ahora el tema va a tratarse de forma algo más pormenorizada de forma que podamos entender bien la situación que conduce al drama de la caída en el capítulo 3..
Tras hablarnos brevemente en los versículos 4 al 6 de las condiciones que existían en la tierra en ese momento, entramos de lleno en materia en el versículo 7, que nos presenta al hombre como argumento central de lo que se desarrolla a continuación.
Génesis 2:7
7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Antes de entrar en materia debemos advertir que, si bien hemos dicho que el hombre es el centro del argumento, el protagonista como en Génesis 1, sigue siendo Dios, que sopla, forma, crea, pone, planta, hace nacer y pone mandamientos al hombre. No lo olvidemos, la importancia del hombre, su propósito, su trascendencia, depende totalmente de la obra de Dios que actúa preparando y dando sentido a todo.
Lo primero que vemos es que el hombre tiene un origen doble: Por un lado es un ser material, formado del polvo de la tierra y por otro, el mismo Dios, en un acto íntimo que nos recuerda a Jesús soplándole el Espíritu a los discípulos en Juan 20:22, le comunica al hombre aliento de vida, literalmente espíritu o viento de vida.
Dicen que si nos deshiciesen e hirviesen de tal forma que pudiésemos quedarnos con los productos básicos de los que está hecho un ser humano, al final tendríamos unos 15 ó 16 elementos químicos, que pueden encontrarse en la tierra. Se ha calculado que estos elementos pueden comprarse en una tienda de productos químicos por unos 6€. ¿Es este el valor del hombre? ¿Es el hombre sólo un conglomerado casual de productos químicos?
La Biblia dice que no, que hay algo más, hay un aliento de vida soplado por Dios, un don maravilloso que solamente Dios puede conceder, ya que Él es el dador y sustentador de la vida. Esto es muy importante, porque estamos afirmando que la vida no es el producto del azar (una descarga eléctrica casual en una sopa prebiótica que dio lugar a la primera célula) sino el acto deliberado de la voluntad de un Dios soberano e inteligente, cuyos actos están dotados de propósito.
Obsérvese también que el Señor no toma un animal preexistente, para de él hacer un hombre, toma el polvo de la tierra. El hombre es una creación material de Dios, como los animales, pero no surge de dentro del reino animal, sino como algo distinto, una creación especial de Dios destinada, como se nos dijo en el capítulo 1, a sojuzgar el reino animal, es decir, a actuar como representante del auténtico Rey, mostrando una autoridad delegada sobre la creación de Dios. Todo esto se resume en dignidad y propósito. El hombre es un gobernador nombrado por el Rey, su vida, producto de la voluntad de un ser infinitamente inteligente, tiene un significado específico.
A continuación (vv. 8 y 9) la Palabra nos provee el marco geográfico en que se desarrollarán los primeros acontecimientos de la vida del hombre. Dios le prepara un lugar especial donde hace nacer: todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer, es decir, Dios combina lo estéticamente bello y lo perfectamente útil para el hombre.
¿Qué quiere decir Dios con esto? Pues que la naturaleza también tiene un propósito dirigido al hombre y que podemos pararnos a contemplar la belleza del mundo natural y en vez de ver casualidad a nuestro alrededor, podemos alabar el propósito y la inteligencia de nuestro Creador.
No se sabe el significado de la palabra Edén, pero su pronunciación sugiere otra palabra que significa deleite o gozo, de ahí su traducción por paraíso en la versión griega. Lo importante del término es destacar que se menciona un lugar geográfico preciso que está al oriente, según la perspectiva del escritor, y del cual salían cuatro ríos, de los que podemos identificar hoy dos de ellos.
¿Qué desea el Espíritu Santo con esta descripción tan precisa? Está dejándonos claro que se trata de un lugar geográfico concreto. No estamos ante un símbolo mítico, no estamos leyendo un cuento didáctico, el Señor trata de comunicarnos que esto es historia real, exactamente igual que la que viene a continuación respecto a las sucesivas generaciones de Adán y a los patriarcas.
La tentación de mitificar esta historia, cediendo a la presión de los que atacan a la Biblia, es común hasta para nosotros. Pero no debemos hacerlo. Esto es más importante de lo que parece. Fijaos que estamos avanzando en el texto bíblico con el interés puesto en hacer frente a una visión desesperanzada y nihilista del hombre y del universo.
Así que es importante que no permitamos que una visión injusta con el texto bíblico mine el cimiento sobre el que se construye nuestra comprensión del hombre como un ser lleno de propósito y significado. Si no introducimos nuestros propios prejuicios en el texto, la Biblia no deja lugar a dudas: está describiendo una historia real ocurrida en un lugar real y por ello el Espíritu nos deja una localización geográfica precisa. Reconocido esto se trata simplemente de decidir sí confiamos o no en la Palabra de Dios y confío que nuestra respuesta será positiva.
Llegamos al versículo 15.
Génesis 2:15
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Hasta ahora hemos visto la vida del hombre como el acto, pleno de propósito, de un Dios creador y a Dios también preparando un lugar apropiado y significativo donde introducir a su criatura, ahora vamos a entender algo más de Su propósito para el hombre: el hombre es creado con un objetivo, guardar y labrar el huerto de Dios. ¡Resulta que el hombre es un jardinero!
Un proverbio chino dice: si quieres ser feliz un día, cásate. Si quieres ser feliz toda la vida, hazte jardinero. A la vista del texto bíblico no me extraña que tanta gente encuentre paz en el cultivo de las plantas y que hasta los decoradores sepan que no hay nada mejor para aliviar el estrés en una oficina que poner unas cuantas macetas.
Sin embargo, al observar las palabras utilizadas aquí nos sorprende el hecho de que parecen apuntar a una responsabilidad humana que va más allá del trabajo físico[1]. Las dos palabras que traducimos como labrary guardar son usadas a través de todo el Pentateuco para describir el servicio espiritual a Dios, concretamente labrar es la palabra que describe los actos de servicio y adoración a Dios, es la palabra utilizada, por ejemplo, en:
Deuteronomio 6:13
13 A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás…
O también cuando Moisés le pide a Faraón que le deje salir de Egipto para servir a Dios. Es la misma palabra.
Respecto a guardar, es la palabra utilizada para describir la obediencia a los mandamientos divinos. Como, por ejemplo en:
Éxodo 19:5
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos;…
No sabemos exactamente cual era la actividad que el hombre tenía que realizar en el jardín del Edén, pero sabemos que se describe con términos que expresan también un servicio espiritual al Señor, por lo que muy probablemente, el propósito original del hombre trascendía el mero cuidado físico de un jardín.
Es interesante que Jesucristo describe la misión del nuevo hombre restaurado por él tras la caída en términos también de un doble propósito, en este caso de ser sal y luz en el mundo. Luz que, según Jesús, lleva a que los hombres glorifiquen a Dios y sal, que es símbolo de la conservación del pacto, de la obediencia a los mandamientos de Dios. Es difícil que esto sea coincidencia.
Así pues, la adoración y la obediencia a Dios constituyen motivos esenciales del propósito de Dios para el hombre. Sin descartar la actividad puramente física, se está elevando el trabajo del hombre a la categoría de acto de adoración y servicio a Dios. Esto nos trae a la memoria el consejo del apóstol respecto a cómo debemos encarar el trabajo:
Colosenses 3:23
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
¿Qué nos enseña todo esto respecto a la dignidad del hombre y su trabajo? ¿Es el hombre una máquina que pueda ser explotada en un trabajo degradante y substituida cuando se estropea como quien cambia un tornillo? Cuando leemos de esos talleres, generalmente en el sudeste asiático, sin ventilación, ni seguridad, donde miles de personas, a veces tan sólo niños, realizan durante horas un trabajo mecánico y miserablemente pagado, a veces para grandes multinacionales occidentales,
- ¿en qué basamos nuestra crítica a este tipo de explotación?
- ¿cómo puede quejarse de ello alguien que piense que el hombre es un conglomerado de átomos surgido del azar y destinado a la nada, un ser sin propósito, ni futuro?
- ¿qué diferencia se puede hacer entre el hombre y la máquina?
¿Os dais cuenta de la importancia de defender el mensaje de la Palabra de Dios, de que el hombre y su trabajo deben tener dignidad y un propósito trascendental? ¿De que el trabajo humano debe ser en esencia una labor de cuidado y gobierno sobre una creación de la cual es mayordomo de Dios, y que su servicio debe ser un acto de adoración y obediencia a su creador?
Por último, en este ambiente ideal del Edén de repente algo viene a sorprendernos, hasta ahora todo parece maravilloso, pero de repente amenaza una sombra. Ya en el v.9 se nos había hablado de la existencia de dos árboles, el de la vid a y el del conocimiento del bien y del mal. En los versículos 16 y 17 vamos a ver que Dios da un mandato muy preciso cuya desobediencia tiene consecuencias terribles:
Génesis 2:16-17
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Al leer estos versículos sentimos la tentación, un poco ridícula, visto que Dios es infinitamente más sabio que nosotros, de clamar ¿por qué, Señor? ¿por qué introducir el dichoso árbol y el mandamiento de no comer? ¿por qué introducir una restricción? ¿no era mejor dejarlo todo tal y cómo estaba?
Seguramente, como buenos hijos de Adán y Eva, tenemos la sensación, que probablemente tuvieron también nuestros padres, de que el mandamiento nos cohíbe, de que la prohibición nos limita.
Pero esto no es así, el mandamiento no limita al hombre, sino que enriquece su relación con Dios, la perfecciona. La prohibición no significa en realidad privar al hombre de nada, al contrario, ensancha el potencial del hombre, le proporciona la oportunidad de escuchar y obedecer a Dios y así establecer una relación más profunda con su Creador. Al hombre, creado con capacidad espiritual, el mandamiento le permite devolver el amor recibido por medio de un acto de obediencia y respeto a la voluntad de su creador.
Como cristianos, experimentamos también esa misma dimensión enriquecedora del mandamiento que tuvieron Adán y Eva en el Edén, cada vez que nos enfrentamos con el reto de obedecer a Dios, en vez de sentirnos limitados, debemos ver una oportunidad de enriquecer y profundizar nuestra relación con Dios. Dice Jesús:
Juan 14:15,21
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Esto significa también que existe una ley trascendente que está por encima del hombre. Proclamar este mensaje es decirle al mundo que los valores éticos y morales, no son relativos, no dependen de las circunstancias, ni de la mayoría, sino que están determinados de antemano y obedecen a la voluntad del Creador. Es establecer un cimiento sobre el que podemos emitir juicios morales y condenar los genocidios o la explotación del hombre por el hombre.
Conclusión
En conclusión, ¿cuál es el mensaje de Dios para el hombre a través de este pasaje de Génesis? ¿Cómo respondemos a la visión desesperada de Russell? ¿Qué podemos contraponer a lo que Harrison Ford, llamaba “el absurdo de la vida”?
Hace unos días estaba en un hipermercado buscando los libros de texto de mis hijas. Siempre me gusta hojear los libros de diferentes cursos y asignaturas, así que me puse a mirar aquí y allá y descubrí uno de una asignatura que nunca había visto, el de la alternativa a religión, el de ética. En mi época de estudiante se habría llamado así, ética, pero ahora le ponen a los libros de texto unos títulos muy llamativos, aunque sean de matemáticas, éste se llamaba La experiencia de la vida.
Bajo una portada muy atractiva, fotografías preciosas en el interior, gente sonriente realizando todo tipo de actividades interesantes, ayudando al prójimo o haciendo deporte, había un mensaje central común: la vida es muy entretenida y vale la pena vivirla.
Sin embargo, ¿será que ese mensaje consigue satisfacer realmente a alguien, incluso a un niño? Mis hijas son muy pequeñas y se hacen ya preguntas muy serias sobre la vida, la muerte, el sentido de la vida ¿dónde están las respuestas a las preguntas fundamentales que el ser humano se ha hecho desde el principio de los tiempos? ¿es la vida una huída hacia delante, realizar muchas actividades, intentar disfrutar de la existencia?
Infelizmente esa es toda la alternativa que el materialismo puede ofrecer a los niños que estudian la asignatura de alternativa a la religión. Basta con rascar un poco la superficie de este tipo de filosofía y debajo encontraremos otra vez intacta la “inquebrantable desesperación” del materialismo. ¿Sobre qué cimiento va el mundo a condenar entonces, por ejemplo, a las niñas que hace dos años mataron a una compañera para experimentar lo que se sentía, si les estamos diciendo que la vida es un disparate que no conduce a nada?
Frente a esto, respondemos con la Biblia afirmando que en Dios encontramos el verdadero sentido y propósito de la existencia humana.
Respondemos que los hombres y mujeres fuimos creados por un acto de voluntad de un Dios inteligente, quien nos hizo para un propósito significativo.
Respondemos que el hombre tiene dignidad como hecho imagen y semejanza de Dios y que no se le puede explotar utilizándolo como un objeto de usar y tirar.
Respondemos que nuestro trabajo debe ser un acto de adoración y servicio a Dios, que nos ha puesto para cuidar su creación y gobernarla en su nombre.
Respondemos que Dios nos ha proporcionado mandamientos que trascienden al hombre mismo, y que son el cimiento de cualquier juicio moral y cuya observancia nos enriquece haciéndonos entrar en una relación de amor y comunión con Dios.
Pero, sobre todo, debemos responder con el Evangelio, nuestra herramienta para cambiar la sociedad por medio de la transformación de cada individuo concreto. El Evangelio devuelve, la esperanza, el significado, el propósito y los verdaderos valores al hombre.
Hermanos, el mundo necesita la Palabra de Dios, la humanidad necesita el Evangelio. Ya hace 2000 años Pablo pasó por la tentación de sentirse un poco ridículo frente a la sofisticación de la sabiduría y filosofía de su tiempo. Y nosotros corremos el riesgo de sentir lo mismo y decir: “¿Pero dónde voy yo con la Biblia en la mano hablándole a la gente del siglo XXI del Génesis, del Evangelio, de cosas de las que la sabiduría del mundo hace burla?” La respuesta de Pablo fue:
Romanos 1:16
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree…
Recordemos con Pablo nuestro deber de ser sal y luz en este mundo. Enfrentarnos con una mente cristiana al mundo que nos rodea, ser capaces de analizar nuestro entorno, la vida, el comportamiento de la sociedad, desde una perspectiva bíblica es importante para nosotros y nos ayudará a ofrecer respuestas y dar esperanza a los que carecen de ella.
Que el Señor nos ayude. Oremos.
NOTAS:
– El propósito de Dios para el trabajo del hombre nos hace entender mejor la tragedia del desempleo.
– Al fin y al cabo, muy poca gente es capaz de construir su vida sobre un fundamento de desesperación, ante esta perspectiva muchos prefieren huir de la realidad embarcándose en una búsqueda continua de nuevas formas de placer y diversión que no les permitan dedicar tiempo a pensar en su destino inevitable.
– Vivimos en un mundo tremendamente egoísta, en el que cada uno busca su beneficio personal y el prójimo importa muy poco, en el que lo que le importa a la inmensa mayoría, al menos en el mundo occidental, es exprimirle el máximo jugo posible a nuestros breves años de vida mientras damos la espalda a la realidad inevitable de la muerte.
– Así como podemos leer también que este es el génesis de los cielos y de la tierra. Hay una tradición rabínica curiosa que os ayudará a recordar esta palabra.
Transcrita en caracteres latinos sería Towldah, pero en esta palabra, al hablar de lasgeneraciones de Adán en 5:1 pierde la letra waw y se queda en Toldah, letra que solamente recupera al final del libro de Rut. El valor numérico de esta letra es el 6, el número del hombre. Los rabinos decían que la palabra solamente recuperaría la waw cuando volviera el mesías.
Estamos demasiado acostumbrados a las cifras de niños muertos de hambre cada minuto, de miles de abortos todos los años, de porcentajes abrumadores de fracaso matrimonial, todo esto ha llegado a parecernos normal, o, como mucho, nos perturba durante unos minutos y luego volvemos a nuestra vida cotidiana sin volver a pensar en el mundo que nos rodea.
– Aunque hemos vivido recientemente el horror de comprobar como en sociedades teóricamente civilizadas y educadas, como la alemana, se llegaba a la consecuencia lógica de la aplicación de la filosofía evolutiva de la supervivencia del más fuerte, expresada en la forma del nazismo y el holocausto.
Sin embargo, por lo general, todo esto se produce a pesar de que nuestra sociedad no ha llevado a sus últimas consecuencias prácticas la filosofía materialista dominante. Nuestro mundo aún juega a la ficción de creer en la existencia de valores trascendentales, y redactar declaraciones de derechos humanos.
A pesar de ello lo cierto es que cada vez más, las reglas morales van cayendo en la medida en que puedan limitar el libro desarrollo del ego humano. Cualquier cosa que signifique autolimitación en beneficio de otros, compromiso con los demás, carece de sentido en tanto que para el materialismo la única realidad incuestionable es el aquí y ahora, y el obtener el máximo provecho de cada momento, ¿por qué, por ejemplo, luchar para mantener una relación matrimonial con alguien con el que ya no se está a gusto, qué sentido tiene estar un solo día a disgusto para respetar unas promesas matrimoniales que carecen absolutamente de sentido en un mundo que no tiene propósito ni significado?
¿Por qué, piensan algunos, voy a arruinar mi vida dando a luz un ser que en definitiva no es sino producto del azar y que no tiene valor ni eterno ni propósito? ¿Por qué, también, dedicar mis esfuerzos o dinero a salvar la vida en el tercer mundo de personas cuyo fin último es la destrucción y el olvido y cuya vida carece absolutamente de significado?
Sabemos, desde luego, que hay muchas personas que aún asumiendo de una forma u otra una filosofía materialista, aman a los demás y son capaces de comprometerse y vivir para el prójimo, pero esto no significa que este comportamiento sea una consecuencia natural de su filosofía de vida.
Significa solamente que el llevar hasta sus últimas consecuencias lógicas un tipo de visión del universo y de la vida humana que consiste en decir que es tan solo el producto azaroso de una explosión cósmica, sin sentido ni significado, es algo que repugna tanto la sensibilidad humana que muchas personas, aun creyendo en este tipo de visión, actúan como si tuviesen un fundamento sobre el que edificar valores trascendentales, como si el materialismo les proveyese una base para pensar en un hombre con significado eterno.
En definitiva, actúan con compromiso hacía el mundo y el prójimo aunque en realidad su concepción del mundo no les permite dar cuenta de forma lógica de porqué actúan de ese modo. Y la pregunta es:
- ¿por cuánto tiempo y cuánta gente continuará haciéndolo a medida que nuestra sociedad y su sistema educativo materialista destruye implacablemente la base para creer en cualquier valor trascendental?
- ¿Qué podemos esperar de un mundo cuyo único fundamento sólido es el que predicaba Russell: una inquebrantable desesperación, una carencia absoluta de sentido?
Quizá pueda parecer que estoy pintando un panorama demasiado negativo, que nuestra sociedad tiene muchas cosas buenas, que esta es una visión excesivamente pesimista de nuestra realidad, pero no es así, lo que ocurre es que estamos demasiado acostumbrados a la contemplación de todas estas cosas, nos hemos insensibilizado, ya no nos causan horror.
– Como creyentes debemos aprender a tener, lo que un autor llama una “mente cristiana”, es decir, una percepción del mundo que nos rodea que sea capaz de filtrar la información en moldes cristianos y ver el sentido bíblico de lo que nos rodea, si lo hacemos así, veremos que nuestra sociedad, aparentemente tan próspera y feliz, tiene en su seno la amargura de un gran sentimiento de desesperación y vacío existencial.
– Para empezar la palabra que traducimos como puso es muy peculiar, porque tiene que ver con el reposo del sábado, es la palabra que se utiliza en otros lugares de la Biblia para hablar del reposo en la tierra prometida.
– Frente a la filosofía subyacente de desesperación y materialismo que guía nuestra sociedad, la palabra de Dios ofrece al hombre el mensaje de que la existencia humana tiene propósito, su trabajo tiene propósito y su vida tiene una dignidad y significado cimentadas en la existencia de valores absolutos que están por encima de él.
[1] Creation & Blessing. A.P.Ross. Pág. 124.
© Iñaki Colera Bernal. Puedes utilizar este sermón para tu uso personal y reproducirlo, citando su procedencia y autor, siempre que no lo alteres ni busques ningún beneficio económico con ello. “…de gracia recibisteis, dad de gracia” Mateo 10:8b. Si el sermón te ha sido útil, me gustaría saberlo, envíame una nota a evangélicos