Como simples seres humanos, estamos envueltos en el torbellino de la batalla entre el bien y el mal. Nos guste o no, esa es la realidad dentro de este mundo que Dios creó. Debemos recordar que es Dios quien nos creó, no nosotros mismos. Tenemos la obligación, por Dios, de elegirlo a Él, el Bien, o continuar esclavizados por el Mal.
La creación es importante
Dios no tuvo que crearnos. Y cuando el hombre eligió oponerse a Él, Dios podría haber eliminado a toda la humanidad. Pero, en lugar de ello, eligió crear una forma de mantener al hombre vivo para siempre. Dentro de su perfecto sistema de justicia, ¡Dios estableció una ruta de migración legal para que los pecadores entraran en Su Reino!

