No temo ningún mal porque: “Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.” — Salmo 23:4
Salmo 51. Lávame. Purifícame.
Un Salmo por el Rey David. El profeta Natán vino a él, después de haber seducido a Betsabé. Salmo 51 Nueva Biblia de las Américas Versículo 1 1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; Conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones. 2 Lávame por completo de mi maldad, […]