Es estupendo mirar atrás en mi vida, examinarme y ver los progresos que he hecho en el desarrollo de mi “yo”. Puedo ver cómo se ha desarrollado mi carácter a lo largo de los años. Me alegro de que así sea. Lo bueno va en aumento. (2 Pedro 1: versículo 8) Y lo malo está disminuyendo (Hebreos 12: versículo 1). Gracias a Dios. Gracias a Dios. Sólo a Dios.
Qué privilegio es el que Dios nos da
¡Hablar con Dios por medio de la oración! Qué privilegio. Un privilegio… por medio de la sangre de Jesús A Dios le costó muchísimo ofrecernos libremente su salvación. A través de sus sufrimientos, hizo posible que fuéramos Sus hijos privilegiados. A Él le costó mucho, y a nosotros también. Jesús hizo posible este privilegio para todos los que vienen a Él—no sólo para algunos, sino para todos los pueblos.