Si mi felicidad dependiera de cualquier otra cosa que no fuera Cristo, siempre encontraría algo en lo que revolcarme, como un cerdo embarrado de lodo y disfrutándolo. Probablemente me habría vuelto completamente loco hace mucho tiempo, si no fuera por mi fe en Cristo, y Su perdón, Su sanación y Su gracia que me empodera a la medida que se derrama sobre mí.
La gracia de Dios nos enseña a rechazar el pecado
La maravillosa gracia de Dios. No hay mayor gracia – que la gracia de Dios hacia la humanidad. “Qué maravillosa gracia la del Dios que….
El Señor te puede restaurar
FOTO: Restauración de un motor Vespa P150 de los 1970s Introducción El Señor te puede restaurar, incluso mejor que esta vieja Vespa🤗. ¡Pero primero tienes que ser una Vespa! Dios no “restaura” a los perdidos. Él los hace una nueva criatura. ¡Él…


