La entrada al Hogar de Dios en el cielo va a ser—¡Oh, muy sorprendente! ¡Maravilloso! Imagina estar con nuestro amoroso Dios lleno de misericordia y gracia—por toda la eternidad.
Perdido, vine a Él
Oh, la maravilla de ese amor de nuestro insondable Creador, para salvarme a pesar de mi alma egocéntrica. Perdido y rebelde, Él me eligió. Perseguido y cortejado, qué misterio: la gracia. Dije sí a Dios Creador. Conocerlo… es amarlo. Tenía que decir sí a ese amor. ¿Cómo podría no hacerlo? ¿Qué soy yo, solo sin […]