Contestando Argumentos de los Pentecostales Unicitarios contra la Doctrina de la Trinidad – Parte 3
Continuamos refutando los argumentos de David K. Bernard en su libro La Unicidad de Dios, p.p. 279-282. Las preguntas de Bernard están resaltadas en azul para facilitar la lectura.
19) A la luz de Mateo 28:19, ¿por qué siempre bautizaban los apóstoles tanto a los judíos como a los gentiles en el nombre de Jesús, aún cuando los bautizaban de nuevo? (Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 22:16; 1 Corintios 1:13).
El énfasis puesto en bautizarse en el nombre de Jesús en el caso de los judíos, tiene sus raíces en que habiendo sido testigos del bautismo de Juan y llevando sobre sí un grado de culpabilidad mayor por haber consentido a la muerte del Señor, era necesaria una medida extra de identificación pública con Jesús a los efectos de aclarar su status en la comunidad cristiana.
Es significativo que el bautismo en el nombre de Jesús no es repetido ni una sola vez en el caso de los gentiles, o sea, desde el bautismo de Cornelio en adelante.
Los unicitarios enseñan que el bautismo debe realizarse recitando sobre la persona bautizada, la fórmula “en el nombre de Jesús.” Esto no sería un problema en sí mismo si no fuera porque además, enseñan que el que no es bautizado con esa fórmula no es salvo. Como si esto fuera poco, también enseñan que el bautismo es necesario para la salvación. Sin bautismo en el “nombre de Jesús” no hay redención de los pecados.
La pregunta de Bernard es sólo un ejemplo de la ingenuidad del modalista, o de su empecinamiento para que la Biblia diga lo que ellos quieren, o sea, que esas fueron las palabras que dijeron los apóstoles exactamente cuando bautizaban a los creyentes. Pero en realidad, en ninguna parte de la Biblia encontramos un registro de lo que los apóstoles decían o recitaban cuando bautizaban a los cristianos. Nunca encontramos algo como, “Entonces Pedro dijo: ‘Yo te bautizo en el nombre de Jesús.’” Cuando el Libro de los Hechos dice que los discípulos bautizaban “en el nombre de Jesucristo”, significa que aquellos que eran bautizados eran identificados como seguidores de Jesús. Los primeros cristianos predicaban y enseñaban en el nombre de Jesús. Colosenses 3:17 nos dice que los cristianos deben hacer todas las cosas en el nombre del Señor Jesús. Esto quiere decir que los cristianos deben conducirse en todo como fieles seguidores de Cristo.
Tradicionalmente, la mayoría de los cristianos usamos las palabras de Mateo 28:19: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” — como una fórmula para el bautismo. Mateo 28:19 simplemente expresa que el bautismo representa un compromiso con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Eso es lo que realmente le interesa a Dios — el compromiso del corazón, no una fórmula con las palabras exactas y precisas para expresarlo. Nuestros amigos unicitarios necesitan una lección de hermenéutica bíblica.
Por otra parte, los modalistas hacen gran cosa del hecho de que Mateo 28:19 habla de “un nombre”, y argumentan que Padre, Hijo y Espíritu Santo son sólo títulos de la misma persona.
Para infortunio de ellos, el texto mismo de Mateo 28:19 apoya la doctrina de la Trinidad, ya que usa “el nombre” (singular) del “Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo” (plural).
Hay tres en un “nombre” (o esencia), y eso es lo que Trinidad es.
El Padre, el Hijo y el Espíritu son sustantivos “propios” (“personales” en el griego), son masculinos, y cada uno es singular. También se les clasifica como sustantivos individuales.
Cada uno es precedido por el artículo definido masculino singular “él.” Esto confirma por partida doble que estamos frente a 3 personas diferentes. Los sustantivos propios se escriben siempre con letra inicial mayúscula (en español). Los traductores de la Biblia al español sabían lo que estaban haciendo.
Los modalistas, cuando usan su argumento o pregunta, ni siquiera mencionan la existencia de los artículos — y es comprensible, ya que su presencia pulveriza su teoría sobre que los 3 nombres son uno, No existe ninguna regla gramatical que les permita a los unicitarios convertir 3 sustantivos propios o individuales en un sustantivos COMUN.
Es más, siguiendo su razonamiento, si los tres sustantivos son comunes, eso convierte a Jesús en un sustantivo común. Ridículo en realidad.
Ellos insertan su teología en el pasaje para decir que el Padre, el Hijo y el Espíritu son UN sustantivo COMUN, cuando en realidad son 3 sustantivos propios. Hasta las reglas gramaticales deben ser cambiadas para convertir el modalismo en algo viable.
La existencia de sustantivos individuales en Mateo 28:19 prueba más allá de toda duda QUE HAY TRES PERSONAS NOMBRADAS EN EL PASAJE. Esto es desvastador para el modalista.
Ahora, vayamos al griego. La regla de “Granville Sharp” revela que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son gramaticalmente considerados como personas distintas, no sólo en este pasaje sino en otros también.
La regla de Sharp dice que cuando hay 2 sustantivos individuales conectados por el copulativo “kai” (kai es en español = “y”), y el primer nombre tiene el artículo delante “el”, y el segundo no lo tiene, ambos nombres describen a la misma persona. Ejemplo: Tito 2:13 (nuestro gran Dios y Salvador, una sola persona: Jesucristo).
Pero en Mateo 28:19, tanto Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen el artículo “el” (“del” es la contracción de “de” y “el”) delante de cada uno, lo que significa que son tres distintas personas. Pero la violación modalista de esta regla no es nada nuevo con ellos. Lo hacen uniformemente en todo el Nuevo Testamento.
Manotazos de ahogado
El cristiano debe estar preparado para refutar uno de los ataques más deshonestos de los unicitarios contra la autenticidad de Mateo 28:19. En su desesperación por deshacerse de la parte del versículo que derrota su teología por completo, aducen que las palabras “del Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo” fueron agregadas en algún momento de la historia para apoyar la fórmula baptismal trinitaria.
¿Cuál es el argumento? Se dice que Eusebio citó este versículo 18 veces antes del Concilio de Nicea (325 DC) sin hacer mención de la fórmula trinitaria. Fue a partir del Concilio de Nicea que Eusebio comenzó a incluir la fórmula trinitaria cuando citaba el versículo. Debido a esto, los unicitarios concluyen que es probable que un escriba haya agregado “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, reemplazando el original “en mi nombre”.
¿Cómo respondemos ante tal infundado ataque? Debemos hacerlo derribando los cimientos de arena del argumento. En primer lugar, la evidencia documentaria apoya la autenticidad del versículo. Recordemos que la autoridad divina reside en el texto bíblico, no en las palabras de un “padre” de la Iglesia.
El argumento, además, comete la falacia lógica de argumentar basado en el silencio. Si bien este versículo no fue citado para apoyar la Trinidad, de ahí no se puede deducir nada, con excepción de que Eusebio nunca lo citó.
En segundo lugar, no existe evidencia documentaria para apoyar la idea de que alguien añadió algo al versículo. NO SOLAMENTE EL VERSICULO ESTA PRESENTE EN LOS MEJORES Y MAS ANTIGUOS MANUSCRITOS, SINO QUE ADEMAS ESTA PRESENTE EN MILES DE MANUSCRITOS GRIEGOS.
A continuación adapto un debate en internet con un unicitario, corto pero sustancioso. Las palabras en azul fueron dichas por el modalista. El resto son mis contestaciones. La intervención de nuestro debatiente contiene algunas faltas ortográficas que
no hemos corregido.
Razones por las que considero MT 28.19 Corrupto
Sé que lo he recalcado ad nauseum: aun no se conoce un ms o mss que contenga todo el NT y daten en el primero, segundo o incluso el tercer siglo (solo algunos fragmentos se pueden datar de fechas anteriores).
Claro, más vale decir esto que decir la verdad de que en todos los manuscritos griegos existentes en el día de hoy (cinco mil aprox.), reitero, en todos, el versículo dice “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” Si puedes producir un solo manuscrito existente que diga “en mi nombre”, por favor preséntalo.
Existe una brecha de 300 años entre el Autografo de Mateo y las fuentes textuales mss que poseemos a la fecha.
¿Es esto un argumento? Pienso que es mejor no insistir en esto porque estás abriendo una caja de Pandora. Si lo que estás sugiriendo es que durante el tiempo transcurrido entre la autógrafa y las copias existentes en la actualidad el pasaje fue alterado, esto es equivalente a poner toda la Biblia en duda. Hasta el Antiguo Testamento cae en sospecha porque los mss que hoy tenemos datan de cientos de años luego que los originales fueron escritos. Absurdo tu planteo. Hasta tu texto favorito, Hechos 2:38, puede ponerse en duda.
El criterio de fuentes manuscritas, en el caso de Mateo 28:19, esta satisfecho. Aparece en casi todos los textos fuente del NT que existen a la fecha. Sin embargo como apunta F.C. Conybeare: En los únicos códices donde hubiese sido incluso probable preservar una lectura antigua, a saber: el Sy Sinaiticus (Sinaiticus Siriaco) Y los más antiguos manuscritos latinos, las paginas que contenían el final de mateo no están. Conybeare, F. C. 1901. “The Eusebian Form of the Text Matth. 28, 19.” Zeitschrift für die neutestamentliche Wissenschaft.
¡Woooww! Esta sí que es un prueba contundente! Pero que le falten las últimas páginas a unos manuscritos que tienen cientos y cientos de años no nos debe sorprender. Al contrario, es lo más común. A decir verdad, lo mismo sucede con gran parte de los otros libros del Nuevo Testamento. Conclusión: Este punto tuyo es nulo.
Eusebius de Cesarea antes de Nicea cita de manera más corta el texto de mateo 28.19 de manera tal que dice “en mi nombre” y no “en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo” Ver por ejemplo Demostratio Evangelica Col 240, p 136. En griego: πορενθέντες μαθητύσατε πάντα τά έθνη έν τώ όνόματί μον. En historia Eclesiástica III , 5,2-3 Eusebio cita Mt 28.19 de la siguiente manera: Sin embargo con el poder de Cristo, que les habia dicho: Id y haced discipulos de todas las naciones en mi nombre, dirigieron sus pasos hacia todas las naciones para enseñar el mensaje. πορενθέντες μαθητύσατε πάντα τά έθνη έν τώ όνόματί μον,[/b]
Bueno, quiero darte a conocer algo que pareces no tener en tu banco de información. Cuando los autores de la antigüedad citaban pasajes de la Biblia lo hacían flexiblemente, no verbatim, palabra por palabra. ¿No sabías eso? ¿Eres tú maestro de Israel y no sabes eso? Los ejemplos abundan si te pones a leer los trabajos de los padres de la iglesia.
Es curioso que Eusebio conozca otra forma del texto distinta a la que había citado antes después de visitar Constantinopla y atendido al concilio de Nicea. Eusebio cita en dos trabajos de carácter polémico (Contra Marcelus de Ancyra y “acerca de la Teologia de la Iglesia”) el texto en la forma como lo conocemos. Otra carta escrita por el contiene el texto en la forma conocida.
¡Ah caramba! Parece que Eusebio sí citó correctamente el pasaje unas 3 veces. Claro que tú dices que los trabajos de Eusebio son “polémicos.” ¿En qué sentido son polémicos? Te faltó aclarar. Ahora bien, el hecho de que haya citado el pasaje en su totalidad luego del Concilio de Nicea, ¿invalida las citas? Al contrario, el hecho de que cite a las 3 personas de la Trinidad en relación con Mateo 28:19 es prueba de que el verso es legítimo, ya que a esas alturas Eusebio era ya un hereje arriano con las botas puestas. Cuando un enemigo de la fe cristiana cita un pasaje que eleva la posición de Cristo (Mat. 28:19) y no aduce ninguna contaminación en el pasaje, es prueba incontrovertible de que el pasaje es genuino.
En los escritos de Orígenes y Clemente de Alejandria tampoco citan Mateo 28.19 de la forma conocida hoy día. En los trabajos de Orígenes las citas siempre se detienen en las palabras τά έθνη (de las gentes/naciones) lo que podría sugerir que el texto ha sido censurado y las palabras que contenían “en mi nombre” o “en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu santo” fueran arrancadas del texto. En Clemente de Alejandría resulta que el texto es citado de manera muy parecida a la que hoy conocemos… pero hay que aclarar que Clemente esta citando lo que ha dicho un hereje gnostico llamado Theodotus y no como una forma de los textos canonicos. ( Cf: Excerpta, cap. 76, ed. Sylb. p. 987).
Fantástico, otra vez deseo recalcar que las citas en la antigüedad no eran exactas. Pero en el caso de un maestro como Origen, el expresar el mandamiento de “id y haced discípulos a todas las naciones” en determinado contexto, probablemente indica que la frase de esa forma cumple el cometido de expresar lo que el autor quiso en contexto. ¿De qué forma puede esto sugerir que lo que sigue en el versículo fue escrito por Origen y luego borrado por alguien? Es un misterio. Segundo, yo no sabía que no se podía citar a un hereje. ¿Cuál es la regla literaria que invalida o desprestigia una obra por citar a un hereje? Esto merece un coscorrón en la cabeza, Francisco, porque tú no podrías citar a Eusebio como lo haces.
Justino el Martir parece hacer una cita de Mateo o al menos así piensan algunos expertos cuando dice: Dios no ha inflingido aun el juicio, sabiendo de algunos, que incluso al presente, son hechos discípulos en el nombre de cristo, y están abandonando el camino del error `[…] μαθητενομένονς είς τό όνομα τού Χριστού.
Es obvio que de todos los débiles argumentos que has presentado hasta ahora, este es el campeón de los raquíticos. ¿Por medio de cuál razonamiento lógico se puede llegar a deducir de esta frase que Justino intentó citar Mateo 28:19? ¿Quiénes son los expertos que mencionas?
Además, da la impresión que te olvidas de mencionar los muchos trabajos de la antigüedad que sí citan Mateo 28:19 en su totalidad, o al menos con las tres Personas de la Trinidad incluidas:
- Epístola de Ignacio a los Filipenses, Cap. 2 – 2do. siglo
- Tertuliano – De bautismo, Cap. 13 – 200 DC
- Tertuliano – Contra Praxeas, Cap. 2
- Hipólito, en Fragmentos, Parte II, Contra las Herejías de Noeto – 200 AC
- Cipriano – Los Siete Concilios de Cártago – 2do. siglo
- Gregorio Taumaturgo – Confesión de Fe – 2do siglo
- Y muchos otros
Como he repetido Ad nauseum. No concuerda Mateo 28.19 con las siguientes citas : Lucas 24.47: Hch 2.38; 8.16; 19.5; 22.16: 1Cor 1.12-15; 6.11: Rom 6.3: Gal 3.27 Jn 14.26 donde se sigue la formula En mi/su/el nombre. [de Yeshua o Mashiakh, ver tambien Colosenses 3.17
Aquí sí que no veo el punto. ¿Son estos textos paralelos? Para nada. El que más se aproxima a una narración paralela sería Lucas 24:47, pero sólo aparentemente. Lucas transcurre en Jerusalén, Mateo en Galilea. Lucas habla de la remisión de pecados, Mateo de discipular y bautizar a las naciones, algo diferente.
¿La mención de Colosenses 3:17? ¿Está el bautismo incluido en la palabra “todo”? ¿Significa que cuando estornudamos también lo hacemos en el nombre de Jesús? Querer probar con este verso que el bautismo debe hacerse con la recitación de “en el nombre de Jesús”, es absurdo.
———————————-
Hasta aquí el corto debate, pero el veredicto es transparente, la posición unicitaria es absolutamente errónea.
————————————————
[color=blue][b]20) ¿Quien le levantó a Jesús de la muerte? ¿El Padre (Efesios 1:20)?, o ¿Jesús (Juan 2:19-21)?, o ¿el Espíritu (Romanos 8:11)?[/b][/color]
Esta pregunta es otro ejemplo de las varias falacias cometidas por Bernard. Como el unicitario en general no conoce a fondo la doctrina que está refutando, cae otra vez en el error de pensar en la Trinidad como en tres individuos separados e independientes (falacia del monigote de paja). La falacia de categoría se hace presente cuando no entienden el aspecto económico, funcional o estructural de la Trinidad, ya explicado en la contestación a la pregunta # 3. En este caso en particular, tenemos a las tres personas de la Trinidad actuando al unísono para llevar a cabo el milagro de la Resurrección de Jesús. La tercera falacia es la del falso dilema, o sea, demandar que una sola sea la persona que levantó a Jesús de la muerte. Es un falso dilema porque sólo le da al interlocutor una de tres opciones, cuando en realidad existe una cuarta, las 3 personas de la Trinidad involucradas en el proceso.
————————————
En relación con la resurrección de Jesús y la doct
rina de la salvación, queremos analizar para el lector un aspecto de Romanos 10:9: [I]Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.[/I]
De este pasaje se pueden desgranar varias proposiciones, pero a los efectos del punto que queremos establecer, sólo digamos que:
1. Jesús es el Señor
2. Dios le levantó de los muertos
En estas dos proposiciones, lo dicho es verdadero o falso, no hay una tercera alternativa. Jesús es el Señor, o no es el Señor. Jesús fue resucitado corporalmente o sigue muerto.
Los autores de la Escritura no participaban en juegos mentales en los que afirmaban y negaban la misma proposición, al mismo tiempo o por separado.
Hay una segunda persona claramente mencionada en el pasaje, es Dios (en contexto, el Padre). Los autores de la Biblia creían firmemente que lo que escribieron era verdad.
Cualquier intento de explicar que no existe una segunda persona en el pasaje, raya en el delirio. Como dijo un amigo mío, para darse cuenta que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son tres personas distintas, sólo hace falta saber leer.
Lamentablemente, si no creemos en la segunda proposición, o sea, que Dios (el Padre, segunda Persona en la proposición) levantó de los muertos a Jesús (primera Persona de la proposición), por deducción lógica, la salvación de la persona es más que discutible.
Promover el modalismo es negar las verdades proposicionales dadas por Dios en la Escritura, es predicar otro Jesús, otro evangelio en otro “espíritu” (2 Cor. 11:4), y por ende perder la vida eterna, ya que un falso Jesús no puede salvar.
La Biblia nos habla de un Dios personal, infinito y triuno. Este Dios nos habla en la Biblia con el singular “Yo” y el plural “Nosotros”, sin caer en los errores del unicitario o del politeísta.
Esta es la razón por lo cual la teología trinitaria expresada en la Escritura es de crucial importancia. Trasciende y nos libera de la dicotomía pagana de lo infinito versus lo personal y el Uno versus muchos.
La Trinidad no es el producto de la mente del hombre, las experiencias o las emociones. No es un preferencia subjetiva, sino que tiene sus raíces en la revelación especial y es única en la historia y el mundo de las ideas. Esto es prueba de que viene de Dios. La mente pagana nunca podría haber creado la doctrina de la Trinidad, está muy ocupada con el modalismo y otras yerbas.
21) Si el Hijo y el Espíritu Santo son personas coiguales en la Deidad, ¿por qué no es perdonable la blasfemia contra el Espíritu Santo, pero sí es perdonable la blasfemia contra el Hijo? (Lucas 12: 10).
Es curioso que los unicitarios usen este pasaje para atacar la Trinidad, cuando en realidad el pasaje es,en sí, una clara refutación bíblica de su propia doctrina. En este pasaje podemos ver con nitidez que el Espíritu Santo es una persona diferente a Cristo, marcando así la pluralidad de personas en la Deidad.
Pero, ¿qué es lo que Bernard quiere probar con esta pregunta? Bueno, de acuerdo con los unicitarios el Hijo es un ser creado pero no es divino en ningún modo, no pre-existió, y su rol cesará en cierto momento del futuro. El Hijo es tan solo el cuerpo de Jesús, “el velo de carne”, como le llaman. El Hijo no existía antes de la encarnación. Dentro de ese cuerpo moraba el Espíritu Divino del Padre (llamado Jesús). Por más complicado que esto parezca, lo que encontramos en el análisis final de los unicitarios es que Jesucristo no es Dios. Esta es la reina de las herejías dentro del sistema herético global unicitario. Un escritor unicitario escribe, por ejempo: “Dios no murió en la cruz, ni ninguna persona divina eterna ofreció la sangre de su cuerpo divino eterno. Como el Hijo de Dios, Jesús ofreció Su propio cuerpo humano y Su propia sangre humana a Dios.”
(Did Jesus Pray to Himself ? by J.L. Hall, http://www.altupc.com/articles/jespray.htm)
Una vez que sabemos esto, podemos darnos cuenta que Bernard trata de enfatizar la superioridad del Espíritu Santo, al que los modalistas reconocen como el Padre [1], sobre el Hijo, de quien ya hemos visto que no es divino, según su propio sistema teológico. Reitero, el Hijo en definitiva, no es Dios realmente – este es el triste resultado de la ecuación modalista.
La respuesta a la pregunta de Bernard (¿Por qué la blasfemia contra el Hijo es perdonada pero contra el Espíritu Santo no?) es que Jesucristo estaba presente entre los fariseos, haciendo milagros en el poder del Espíritu Santo, y estos fariseos no negaron que Jesús estaba echando demonios, sino aun peor, decían que lo hacía en el poder de Satanás. Como vemos, el rechazo es radical y virulento, sobre todo teniendo en cuenta que la teología rabínica establecía que para quitar un demonio había que saber quién era el demonio y entablar contacto con él. Según la tradición, el único que podía hacer tal cosa sería el Mesías. Teniéndole frente a sus ojos le negaron, le rechazaron, y lo acusaron de ser un instrumento de Satanás. La blasfemia contra el Hijo, fue, es y siempre será, el rechazarlo como Señor y Salvador, y ésta es cometida infinidad de veces aun hoy en día. Sin embargo, no bien el incrédulo se arrepiente, la blasfemia es perdonada. En el siglo venidero, el milenio (y comprendo que se puede discrepar en escatología entre cristianos), tendremos a Cristo reinando personalmente en la tierra en el poder del Espíritu Santo. Aun así, teniéndolo frente a sus ojos de la misma forma que los fariseos lo tuvieron, algunos le rechazarán causando de esa forma su propia ruina – es en este sentido que cometerán la blasfemia suprema que no será perdonada, la Blasfemia contra el Espíritu Santo.
El intent
o de Bernard de usar el pasaje para atacar la Trinidad es totalmente absurdo, ya que el pasaje, por el contrario, establece una pluralidad de personas en la Deidad, i.e., apoya la Trinidad.
—————————
[1]. “El Padre es Dios mismo — Dios en toda su Deidad. Cuando hablamos del Espíritu eterno de Dios, nos referimos a Dios mismo, el Padre” [Bernard, The Oneness of God, p. 98].
————————-
22) Si el Espíritu Santo es un miembro coigual de la trinidad, ¿por qué siempre habla la Biblia de El como enviado del Padre o de Jesús? (Juan 14:26; 15:26).
Aquí Bernard parece haber tenido un lapsus mentalis, ya que la pregunta que plantea bien pudo haber venido de otro campo herético como lo es el arriano. En primer lugar, debemos dejar en claro que el hecho de que el Espíritu Santo sea enviado, no necesariamente indica que recibe órdenes, sino que más bien es enviado en referencia a la relación que va a tener con los creyentes de ahí en adelante.
Aun si estos pasajes implicaran sujeción, no significan inferioridad. Es evidente que Bernard ignora nuevamente el aspecto económico – funcional o jerárquico en la Trinidad. En la pregunta, Bernard implica que estar subordinado o sujeto a alguien implica inferioridad en naturaleza. Siguiendo la misma lógica de Bernard podemos concluir equivocadamente que un hijo es inferior a su padre. Pero subordinación dentro de la Trinidad es perfectamente compatible con la equivalencia ontológica (de naturaleza o esencia) de las tres Personas de la Deidad.
El hecho, por ejemplo, de que Jesucristo esté sujeto al Padre (aun hoy lo está) no quiere decir que es inferior en naturaleza. Cuando pensamos así rechazamos la clara enseñanza de la Escritura y además dejamos ver de parte nuestra una actitud errónea con respecto a lo que es autoridad y sujeción. Suponemos que porque alguien está por encima debe ser mejor en algún sentido. Pero las tres personas de la Trinidad evidentemente no piensan de esa forma. Cada una de las tres se deleita en glorificar a las otras. El Hijo quiere ser glorificado por el Padre para poder traer más gloria al Padre (Juan 17:1). El Espíritu Santo vino con el solo y específico propósito de glorificar al Hijo (Juan 16:14). El Padre exalta a Jesús delante del mundo y le da un nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2: 9-11), y esto a su vez trae gloria al Padre — [para gloria de Dios Padre]. No hay competencia por gloria entre las personas de la Trinidad. Por el contrario, están trabajando siempre arduamente a fin de darse gloria entre ellos.
Por último, señalemos la tremenda contradicción en la que cae Bernard al plantear la pregunta. Bernard enseña que el Espíritu Santo es simplemente Dios [el Padre] (Oneness of God, p. 128), y si es así, ¿cómo puede enviarse a sí mismo? En realidad, el hecho de que la Biblia indica que el Espíritu Santo es enviado, indica que es una persona diferente a aquellos que lo envían, el Padre y Jesús (Juan 15:26). Una vez más, Bernard se pega un tiro en el pie, ya que el pasaje que usa confirma la doctrina de la Trinidad.
23)¿Sabe el Padre algo que el Espíritu Santo no sabe? Si así es, ¿cómo pueden ellos ser coiguales? Solo el Padre sabe el día y la hora de la segunda venida de Cristo (Marcos 13:32).
La desesperación de Bernard se manifiesta a medida que la lista de preguntas llega al final. En esta ocasión toma ventaja de un pasaje donde Jesucristo dice que nadie sabe, ni aun los ángeles, el día y la hora de la segunda venida de Cristo, excepto el Padre.
Bernard usa esto para 1) Desestabilizar la doctrina de la Trinidad, la cual propone que las tres Personas de la Deidad son omniscientes, y 2) “probar” que el Espíritu Santo no es mencionado porque en realidad es otro nombre para el Padre, tal como enseñan los unicitarios.
Con respecto a que Jesucristo no conoce la hora de su propia venida, suficiente es mencionar lo dicho antes. Durante su estadía aquí en la tierra, Jesús limitó el uso pleno de sus atributos de Deidad. Luego de su resurrección, sin embargo, cuando preguntó a Pedro “¿me amas?”, éste finalmente le contesta: “Señor, tú lo sabes todo” (Juan 21:15), Jesucristo no lo contradice, admitiendo de esa manera su omnisciencia, un atributo perteneciente a Dios solamente.
Una vez resucitado, las limitaciones autoimpuestas desaparecen, su Deidad ya no está encubierta y su humillación llega a un final. Todos sus atributos son ejercidos a plenitud, los mismos atributos que tuvo que velar por un tiempo durante su ministerio aquí en la tierra, pero que sin embargo se traslucieron y pudieron ser apreciados por los que convivieron con él.
Ahora
bien, ¿qué podemos decir respecto al Espíritu Santo? Cuando Jesucristo dice que nadie sabe del día y la hora, ¿está incluido el Espíritu Santo en ese “nadie”?
En primer lugar, cuando aplicamos el principio hermenéutico que dice que la Escritura interpreta la Escritura, encontramos que ésta sí presenta al Espíritu Santo como omnisciente en el contexto general. Y naturalmente, lo presenta como Dios – una exposición de los pasajes al respecto está fuera del alcance de este trabajo, por lo que motivamos al lector a realizar su propia investigación. Tomando en cuenta lo anterior, es evidente que Jesucristo no pudo haber incluido al Espíritu Santo en el radio de alcance de la palabra “nadie.” Respecto a esta proposición, los eruditos toman diferentes posiciones para interpretar el verso:
1. Es posible que el Espíritu Santo haya, voluntariamente, al igual que la segunda Persona de la Trinidad, sufrido una kenosis (un vaciamiento) que lo llevó a no ejercer uso pleno de sus atributos durante el tiempo que estuvo ministrando aquí en la tierra junto con Jesucristo. De la misma forma que Cristo tuvo que velar su gloria a los efectos de que los hombres y el mundo material no fueran destruidos con su mera presencia, lo mismo hizo el Espíritu Santo.
2. Teniendo en cuenta 1 Corintios 2:10 –11, donde se nos dice que:
a. El Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios (reclamo de omnisciencia).
b. El espíritu del hombre conoce las cosas del hombre, así como las cosas de Dios son conocidas por el Espíritu de Dios.
Se concluye que el Espíritu Santo está incluido implícitamente en la mención del Padre en Marcos 13:32.
3. Jesucristo no menciona al Espíritu Santo ya que los discípulos aun no tenían un concepto claro y definido de su ministerio. Esto sería coherente con el principio bíblico de Revelación Progresiva. Los escritos de los apóstoles traerían nueva información o revelación acerca del Espíritu Santo así como lo hacen en diversos temas.
4. Ha sido acertadamente señalado que el término “nadie” (al igual que “ninguno”) puede ser usado en sentido limitado como en esta descripción de Jesús, por ejemplo: “Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas, y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo (Ap. 19:12).” Es obvio que Juan no está diciendo que el Padre no conocía este nombre, ya que en la misma apertura de Apocalipsis se nos dice que todo el libro es la revelación de Jesucristo que el mismo Padre le dio (Ap. 1:1).
Personalmente nos inclinamos hacia la opción número 2, sobre todo cuando la reenforzamos con el Salmo 139:7: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” El paralelismo en el idioma hebreo es rotundo en cuanto a que doquiera Dios esté presente, el Espíritu está presente. No podemos escaparnos de Dios y no podemos escaparnos del Espíritu. Esto significa que ambos son omnipresentes, y como la omnipresencia de Dios está ligada con su omnisciencia (v. 6), y teniendo en cuenta que si uno de los dos tiene un atributo “omni”, por definición los tiene todos, concluimos que lo que sabe el Padre, lo sabe el Espíritu.
Como hemos demostrado, el pasaje citado por Bernard no prueba que Cristo no es Dios, ni tampoco que el Espíritu Santo es la misma persona que el Padre, algo que Bernard quiso probar. En realidad, da lástima que los unicitarios usen un pasajen como éste, que también es usado por los Testigos de Jehová y los musulmanes para probar que Cristo no es Dios. Bernard y los unicitarios en general no están en buena compañía.
24) Hizo la trinidad el Antiguo y el Nuevo pacto? Sabemos que Jehová lo hizo (Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:7-13). Si Jehová es una trinidad, entonces el Padre, el Hijo y el Espíritu todos tuvieron que morir para hacer eficaz el nuevo pacto (He
breos 9:16,17).
Por enésima vez, Bernard cae en la falacia de categoría al no reconocer la Trinidad soteriológica, donde las 3 Personas de la Trinidad distribuyen sus roles en el plan de Salvación. En la teología cristiana el Padre planifica, el Hijo lleva a cabo el plan y el Espíritu realiza la aplicación. Puesto de otra forma, en el plan de Salvación el Padre escoge, el Hijo redime (con su muerte), y el Espíritu Santo sella (Efe. 1).
La suposición errónea de Bernard de que el Padre y el Espíritu Santo también tuvieron que morir para hacer eficaz el nuevo pacto, raya en el absurdo y contradice todo el mensaje de la Escritura. El sacrificio de Cristo fue suficiente ya que en él habita toda la plenitud de la Deidad, no una parte de la Deidad (Col. 2:9). Bernard continúa viendo y entendiendo la Trinidad como tres seres separados, lo que es obviamente un error. Fue Jesucristo el que se hizo carne, o sea, el que tomó una naturaleza humana y murió por nosotros. El Padre y el Espíritu son espíritu, y como tal no tienen carne y hueso, ni sangre para derramar.
Finalmente, digamos que Bernard comete otra vez la falacia del círculo vicioso al partir de la premisa de que Jehová en el Antiguo Testamento es una sola persona, específicamente el Padre. Ignora, además, la evidencia del Antiguo Testamento por 3 personas llamadas Jehová (ver “Jesucristo en el Antiguo Testamento”,
25) Si el Espíritu procede del Padre, ¿es el Espíritu también un hijo del Padre?. Si no, ¿por qué no?.
26) Si el Espíritu procede del Hijo, ¿es el Espíritu el nieto del Padre?. Si no, ¿por qué no?
Estas dos últimas preguntas no merecen ser contestadas por su absoluto infantilismo y carencia de seriedad. Es increíble que alguien llegue tan bajo como para trivializar la naturaleza de Dios al grado de satirizarla. O quizá es la ignorancia total del hombre sin el Espíritu De Dios, sumada a la ignorancia académica, la que lleva a no entender el significado de las palabras y los conceptos en el contexto bíblico.
En primer lugar es necesario explicar porqué la Segunda Persona de la Trinidad recibe el nombre de HIJO, no fue porque nació en determinado momento, sino porque Dios se reveló en determinado contexto histórico, cultural y lingüístico, específicamente al pueblo judío.
Significado de “Hijo” en la cultura judía:
1) En muchos casos, en la Biblia, “hijo” significa uno que posee la misma naturaleza de algo o de alguien, ya sea literal o figuradamente. Ejemplos: Hijo de Dios, hijos del trueno, hijos de desobediencia, hijos de los profetas, hijos de los cantores, etc.
2) Generalmente, cuando “hijo de” se usa con relación a una persona (hijo de hombre, hijo de Abraham, hijo de David, etc.) el hijo o el descendiente posee la misma naturaleza del padre.
3) Es obvio que Jesús no es el Hijo literal de Dios – No fue engendrado físicamente por el Padre.
¿En qué sentido es Jesús el Hijo de Dios?
1) En cambio, Jesús es claramente el Hij
o de Dios en un sentido especial o único (monogenes=unigénito = mejor traducción: único) y un sentido de preeminencia (Jesús es el único que llena los requisitos para llevar ese título, Hijo de Dios).
2) Las Escrituras son explícitas en cuando que el Hijo posee la esencia o la naturaleza de Dios: auto-existente, inmutable, eterno, omnipresente, omnisciente, incomprensible en su totalidad. (ver Bowman, F., p 5)
3) Los judíos sabían que Hijo de Dios era equivalente a Dios y procuraban matarlo por la supuesta blasfemia. Juan 5:17-23; 8:58-59; 10:30-39; 19:7; Mat. 26:63-65.
4) Jesús es el Hijo de Dios (igual a Dios) – no es la creación de Dios, o un siervo de Dios, o la palabra de Dios en el sentido literal que le quieren dar algunos. Es el Hijo de Dios que se humilló a sí mismo para nuestra salvación y para Gloria del Padre — Juan 13:13-15; 17:4; Fil. 2:6-11; Heb. 1:4-13; 3:1-6; 5:8; etc.
Es nuestra opinión que las preguntas con sesgo irónico de Bernard no sólo trivializan la importancia de la obra salvífica que cumple el Hijo en el plan de Dios, sino que además sustraen la propia gloria de la persona de Cristo y revelan su falta de conocimiento etimológico.
En segundo lugar, ¿está Bernard colgado del término “proceder”? ¿Acaso Bernard piensa que la palabra “proceder” es sinónimo de “nacer”? Cuando Jesucristo dijo que él procedía del Padre (Juan 7:29), ¿quiso decir que nació del Padre? El mismo versículo contesta la pregunta. Jesucristo afirma que el Padre le envió: “Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.” Esta es otra afirmación de que Jesucristo fue pre-existente antes de nacer del vientre de María, y por partida doble, el pasaje y su contexto identifica dos personas distintas, el Padre y el Hijo.
La palabra proceder (ekporeuomai) significa “salir de, emanar, fluir, derivar, venir”, pero en ninguna manera conlleva la connotación de “hijo”. Jesús es llamado el Hijo de Dios o Dios Hijo, por el hecho de que posee la misma naturaleza o esencia de Dios. En la cultura judía, “hijo” significa uno que posee la misma naturaleza de algo o de alguien, ya sea literal o figuradamente. Ejemplos: Hijo de Dios, hijos del trueno, hijos de desobediencia, hijos de los profetas, hijos de los cantores, etc.
La misma palabra griega es usada en Juan 15:26 en referencia al Espíritu Santo: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.” Ahora, ¿en qué se basa Bernard para decir que porque el Espíritu Santo procede del Padre, al igual que Jesús, el Espíritu debe ser también llamado o considerado “hijo” o “nieto’?
Es por ello que los padres de la Iglesia volvieron a usar la misma palabra ekporeuomai (proceder) cuando tuvieron que formular los credos para refutar falsas doctrinas sobre la naturaleza de Dios como la modalista y otras. Veamos el Credo Atanasiano:
El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede. Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar
lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad.
Observemos también una frase en el Credo Niceno:
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Lo anterior explica que el Espíritu Santo, que posee la misma naturaleza del Padre y el Hijo – es Dios mismo, no un nieto del Padre, ni un hijo del Hijo, como intenta ridiculizar Bernard.
Las analogías de Bernard son inválidas.
Conclusión:
Las preguntas de Bernard dejan en evidencia su deshonestidad intelectual, ya que exponen su búsqueda desesperada de pasajes bíblicos a los cuales retorcer para que digan algo que realmente no dicen. Los unicitarios violan toda regla hermenéutica, de gramática, linguística y sintasis, ni qué decir de la lógica, para predicar la doctrina descabellada de un Mesías en el cual la naturaleza humana le ora a la divina, donde nadie puede explicar cómo puede estar a la diestra del Padre si él es el Padre, o puede ser el que envía y el enviado, el que ora y al que se le ora, el sacrificio y el que recibe el sacrificio, etc. etc. etc. ad infinitum. El dios del modalismo con sus máscaras y disfraces, con sus actos de ventrilocuismo y sus artes de hipnotismo de masas, queda reducido a la estatura de un comediante de tercera categoría. <>
Deja un comentario