CARTA DE RESPUESTA SOBRE LA IGLESIA EMERGENTE
Hola Josué de Juan:
¿La Iglesia Emergente? Bueno, sus promotores consideran que el mundo ha cambiado y está cambiando radicalmente y la Iglesia debe cambiar junto con él. Ellos piensan que el postmodernismo ha roto con el pasado y la Iglesia debe hacer lo mismo para poder ser efectiva y de relevancia en este nuevo clima. Se necesita, según la Iglesia Emergente, una nueva clase de cristiano.
Los emergentes piesan que la Iglesia debe orientarse hacia la cultura moderna y en el proceso debe reexaminar y cuestionar cada creencia y cada práctica en la Iglesia, a los efectos de encontrar nuevas formas de definirlas y expresarlas. Si tú llegaras a visitar los blogs emergentes, encontrarías que prácticamente toda doctrina y todo valor moral puede ser puesto en duda. Daría la impresión de que esta gente está reinventado el cristianismo de arriba a abajo. En este proceso verás que muchos términos cristianos están siendo radicalmente redefinidos.
Lo que es aun peor, según la Iglesia Emergente no existen fundamentos para ninguna creencia, por lo tanto es imposible llegar a conocer la verdad absoluta. De ahí es que son llamados “post-fundacionalistas” ya que niegan el fundacionalismo epistemológico (la noción de que poseemos un cierto conocimiento tan firme que sirve de base para obtener más conocimiento). El relativismo típico de la Iglesia Emergente se basa en la postura de que a menos que nosotros seamos Dios, nada puede ser conocido objetivamente y en definitiva (palabras de D.A. Carson, un crítico de la I.E.).
Los filósofos y teólogos postmodernistas insisten en que la verdad es conocida y validada dentro de nuestras comunidades, i.e., la cultura es relativa. No existen verdades que trasciendan nuestra comunidades, por lo tanto no podemos ser dogmáticos y la ortodoxia cristiana debe abrazar muchas creencias que los cristianos históricamente han considerado aberrantes o heréticas. McLaren, el líder absoluto de la I.E., se rehúsa categóricamente a decir que el cristianismo es superior a otras religiones.
Como la verdad absoluta es imposible de ser conocida, tampoco podemos ser dogmáticos acerca de los valores morales. Absolutos respecto a temas como el homosexualismo son considerados obsoletos. Beber en demasía, concurrir a los nightclubs, ver películas con contenido sexual explícito y usar lenguaje obsceno, constituyen una oportunidad para que algunos “emergentes” puedan enseñar a los del ambiente secular que los cristianos postmodernistas no son arrogantes al punto de pensar que son superiores moralmente al hombre secular moderno.
Como la verdad absoluta no puede ser conocida, no podemos predicar dogmáticamente y debemos dialogar con la gente de otras creencias. En mi opinión, los “cristianos emergentes” rechazan la noción de que debemos ser luz en medio de un mundo en tinieblas, y que debemos predicarles a los que se pierden. En lugar de ello, debemos entablar un diálogo o conversación con la gente de diferentes creencias.
“Conversando” con el incrédulo lo atraemos a ser parte de nuestra “comunidad”, y así podrá entender lo que los emergentes enseñan. Esto por supuesto, en mi opinión, es una negación de las Escrituras. El plan de la I.E. para alcanzar al pagano parece ser, en mi opinión, actuar como ellos y una vez que ellos se unan a nosotros, ¡Dios nos libre de proclamar el Evangelio ya que no debemos de ser dogmáticos! La Biblia, por el contrario, nos insta a proclamar el Evangelio confiando en el poder del Espíritu Santo para iluminar y convencer al pagano (1 Co.2; 1 Tes. 1:9). Conclusión: La Palabra de Dios llamando a los hombres a arrepentirse y creer en Jesucristo, no es proclamada desde los púlpitos de la Iglesia Emergente.
Algo muy curioso en todo esto es el hecho de que si bien todos los hombres, no importa sus creencias, son llamados a participar en
la “conversación” de la I.E. y son recibidos con los brazos abiertos y buenas palabras, los evangélicos “dogmáticos” son tratados despectiva y agresivamente por el movimiento.
Debido a que la verdad proposicional es como mínimo dudosa, la única ancla y médula sólida y segura del cristianismo está en los sentimientos espirituales y en la acción social (buenas obras). Sumado a esto, para volver a “sentir” lo sagrado debemos reconectarnos con las antiguas formas de adoración. Elementos como los candelabros y actividades como los retiros “silentes” son populares dentro del movimiento. Cosas como éstas son medios para separarse o desconectarse de la cristiandad “moderna” (nosotros los conservadores, en otras palabras). La cadena sigue con el siguiente eslabón: como lo sublime puede ser experimentado por medio de ritos externos, el utilizar elementos de arte es importante para la “contemplación” espiritual.
Para finalizar, debemos señalar que el objetivo o meta final de la I.E. es hacer del mundo un mejor lugar. Se trata de la clásica utopía cuya visión es que los oprimidos del mundo sean libres, los pobres ya no sean más pobres y el planeta sea libre de contaminación. Este paraíso se logrará por medio de la militancia social. Muchos líderes del movimiento creen que es egoísta vivir con la expectativa de la Segunda Venida de Cristo.
Como ves, estamos frente a un ejemplo claro de cómo la Iglesia ha sucumbido y en lugar de influenciar la cultura, es absorbida por la cultura. Más que ello, yo veo esto como parte de la apostasía galopante que afecta el cuerpo de Cristo. Oremos para que este movimiento no alcance el sector de habla hispana.
Un abrazo.
Pablo Santomauro
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