Los Ministerios en la Iglesia Local
1. Definición: El ministerio es cualquier servicio que realizamos para Dios, en el marco de la Iglesia local, y de acuerdo a los dones o capacidades que Dios mismo nos ha dado. Ejemplos:
- Enseñar niños en la Escuela Dominical.
- Cuidar a los pequeños en la guardería.
- Preparar las cosas para el culto.
- Presidir o llevar cualquier culto.
- Coordinar la limpieza.
- Practicar la hospitalidad hacia los que nos visitan.
- Ayudar en la música.
Todas estas actividades, si se realizan de corazón para el Señor tienen el mismo valor espiritual a los ojos de Dios, y son igual de importantes y necesarias. También conllevan una seria responsabilidad delante de Dios y delante del pueblo de Dios.
2. Las exigencias del ministerio
- Hechos 6:3 = “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.”
- 1 Corintios 4:1-2 = “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
- 2 Timoteo 2:4-6 = “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.” (1)
- No toda persona puede ser reconocida por la Iglesia local para realizar un determinado ministerio; es necesario tener un buen testimonio y una vida espiritual estable.
- Esto es así, porque los que desarrollan un ministerio son ejemplos para el resto de los creyentes. Y deben ser buenos ejemplos.
- Por tanto, Dios exige mucho mas a los que estamos desarrollando un ministerio en la Iglesia local que a cualquier otro creyente (ejemplo de los sacerdotes en Levítico 21).
3. Las actitudes necesarias en el ministerio
- Consagración total a Dios (Romanos 12:1)
- Santidad en la vida diaria (Romanos 12:2)
- Humildad sincera (Romanos 12:3)
- Manifestación de los frutos del Espiritu, especialmente el amor (1 Corintios 13).
4. La finalidad del ministerio
- La gloria de Dios (1 Pedro 4:11)
- La edificación (crecimiento, madurez) de la Iglesia (1 Corintios 12:7; 14:26; Efesios 4:12).
- Por tanto no puede haber deseos de protagonismo personal, ansias de figurar y destacar, búsqueda de reconocimientos o alabanzas, ni ninguna otra cosa parecida.
5. Los propósitos de la Iglesia y el ministerio
- Propósitos en cuanto a Dios (alabanza y oración), en cuanto a la Iglesia misma (edificación y comunión) y en cuanto al mundo (evangelización).
- Todos, no importa cual sea nuestro ministerio concreto, debemos estar participando unánimemente en conseguir estos prepósitos.
- Los creyentes con algún ministerio son los que tienen mayor responsabilidad ante la Iglesia, y son los que deben estar “en primera línea” de la lucha espiritual, dando ejemplo a los demás.
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