Rick Warren
y la Iglesia Evangélica en cada época
Cualquier cambio a la forma tradicional de presentar el evangelio amerita es un análisis serio para estar seguro de que no comprometa la esencia del evangelio.
Parte del problema que la iglesia en cada época enfrenta es que la cultura cambia (aún dentro de la cultura del país de uno) y para que las nuevas generaciones entiendan el evangelio, es necesario cambiar la forma en que se presenta el evangelio (aunque no la esencia del mismo).
Los primeros en aprender esta verdad son los misioneros, porque ellos van a culturas diferentes y hemos aprendido que no es posible presentar el evangelio en exactamente la misma forma que usábamos en nuestra propia cultura. Parte de la debilidad de la obra misionera desde hace 100, o 150 años fue que esos misioneros no entendieron ese principio y trataron de replicar exactamente la misma presentación del evangelio que usaban en sus propios países. Hoy en día muchos cristianos norteamericanos hacen lo mismo cuando hacen viajes misioneros de corto plazo y tratan de presentar el evangelio en la misma forma que les da resultados positivos en su propia cultura. Aquí no podemos entrar en un análisis profundo del por qué una presentación americana del evangelio no funciona muy bien en otra cultura.
Pero regresando a su pregunta . . . Uno de los fracasos más serios dentro de la iglesia norteamericana fue no reconocer que la cultura cambia cada 10 años, y especialmente que de una parte del país a otra parte del país hay cambios fundamentales en la cultura. Posiblemente usted habrá escuchado del famoso “cinturón de la Biblia” en los EE.UU. Durante gran parte de los primeros 60 años del siglo pasado la parte sur de los EE.UU. fue altamente evangélica. Pero a partir de los años 1960 esa iglesia sureña hizo un esfuerzo muy grande por llevar el evangelio a otras partes de los EE.UU. Desafortunadamente no se dieron cuenta de que la cultura en otras partes del país no era la cultura del “cinturón de la Biblia” en la parte sureña del país.
Hasta el día de hoy las iglesias evangélicas en la parte norte, noreste, oeste y noroeste de los EE.UU. son muy débiles por este problema. Por un tiempo hubo una migración fuerte de gente sureña hacia otras partes del país y las iglesias evangélicas crecieron entre esa población sureña transplantada a otras partes del país. Pero la cultura allá era diferente, y una verdad casi inalterable es que si uno quiere sobrevivir en otra cultura, es necesario adaptarse a esa cultura. Así que todos esos evangélicos sureños se iban adaptándose a las culturas que los rodeaban, y poco a poco abandonaron a las iglesias evangélicas transplantadas. Como resultado, muchas, muchas de esas iglesias transplantadas desaparecieron o simplemente quedaron debilitadas hasta el punto de ser ignoradas por el resto de la cultura, porque no habían aprendido a presentar el evangelio a la cultura que las rodeaba.
No sé si en Chile habrán escuchado del “Talibán estadounidense”. Al principio de la guerra norteamericana en Afganistán, apareció un joven norteamericano en las filas del Talibán en Afganistán. Era oriundo de un pueblo al norte de San Francisco, California, llamado Mill Valley. Sucede qu e en Mill Valley, California, se encuentra el seminario teológico bautista “Golden Gate”. Y como es de esperarse, ese seminario había plantado varias iglesias bautistas en esa parte de California, a pesar de lo difícil que era. Pocos años antes de empezar la guerra en Afganistán, la Primera Iglesia Bautista de Mill Valley, California, cerró sus puertas porque la población californiana la encontraba completamente desligada de la cultura californiana. No entendía su mensaje, no le parecía esa iglesia relevante a su vida. Simplemente murió esa iglesia porque perdió casi todos sus miembros. Esa iglesia bautista vendió su edificio a un grupo de musulmanes (como decenas y decenas de iglesias evangélicas en Inglaterra) y ese templo bautista se convirtió en una misquita musulmana. En ese ex-templo bautista (ahora misquita) Johnny Walker (el Talibán estadounidense) se convirtió al Islam y se fue a pelear en Afganistán.
La historia de los bautistas en esa parte de California es representativa de casi toda la obra evangélica en el resto de California. Nadie sabía comunicar el evangelio a la cultura californiana (que es MUY diferente a la cultura del sur de los EE.UU). Yo enseñé en el seminario bautista Golden Gate durante un tiempo, y tengo una nuera californiana. Y créanme, ¡la gente de allí son MUY DIFERENTES!
Pero unos cuántos (no muchos) pastores del sur de los EE.UU. decidieron que era urgente alcanzar a California para Cristo y se pusieron a estudiar la cultura de California como si fuera una cultura extranjera, para aprender cómo comunicar el evangelio a esa cultura. Uno de esos pastores fue un joven pastor bautista de Texas, Rick Warren. Rick Warren es uno de los pocos pastores evangélicos que sabe comunicar el evangelio a esa cultura.
Es cierto, el enfoque que Rick Warren da a su ministerio es MUY diferente al resto de la obra evangélica en los EE.UU., especialmente a la que florece en el sur de los EE.UU. Yo mismo nunca he querido copiar su forma de ministerio . . . en parte porque yo no vivo ni tengo mi ministerio en California. Hay otros enfoques que en lo personal yo siento que debilitan los resultados de su ministerio, pero yo prefiero no juzgar a otro siervo del Señor a quien Dios ha usado grandemente para alcanzar para Cristo a miles y miles de personas en el sur de California.
Lo que SÍ me ha alarmado es ver tantas, tantas iglesias evangélicas de América Latina tratar de copiar el ministerio de Rick Warren . . . no porque pienso que Rick Warren es peligroso para la pureza del evangelio. ¡No! Lo que a mí me preocupa es que iglesias en otras culturas piensen que la forma de ministerio de un pastor estadounidense sea lo que necesitan en América Latina. ¡Caramba! ¡Es otra cultura!
¿Habrá cosas que iglesias en cualquier cultura pueden aprender de Rick Warren? ¡Definitivamente! Pero el peligro más grande de copiar al ministerio de Rick Warren no tiene nada que ver con su doctrina, sino con su cultura. Muchos de sus principios son muy bíblicos, y son válidos en cualquier cultura, pero probablemente muchos que lo critican lo hacen porque piensan que su iglesia es el ejemplo perfecto de una iglesia “seeker” (una iglesia que pone al “consumidor” en control de lo que hace y enseña la iglesia). Saddleback Church tiene elementos de esa corriente, pero no creo yo que sea 100% parte de ese movimiento. Lo que Rick Warren ha tratado de hacer es contestar la pregunta: “¿Cuáles son las necesidades de las personas a quienes yo quiero alcanzar con el evangelio y cómo el evangelio pude suplir esas necesidades?”
Claro, que la respuesta clásica es “Son pecadores y Cristo puede perdonar sus pecados”. Y es cierto. Pero para que un pecador le escuche a un pastor, o a cualquier miembro de cualquier iglesia, ese pecador tiene que ver cómo el mensaje de esa persona es relevante a su vida. Rick Warren ha sabido contestar a perfección esa pregunta para la población del sur de California. Y creo que cada pastor se haría un favor si encuentra la respuesta en su propia cultura a esa pregunta.
Lloyd Mann,
misionero bautista durante 39 años en América Latina
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