¿Era Juan el Bautista y Elías Reencarnado?
Nuestro Señor Jesucristo hizo tres declaraciones donde correlacionó a Juan el Bautista con el profeta Elías (Mt. 11:14; 17:12-13; Mr. 9:13). Veamos una de ellas:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él [Juan] aquel Elías que había de venir.” (Mt. 11:12-14)
En efecto, Cristo parece estar diciendo que Elías ya había venido en la persona de Juan. Los seguidores de creencias tales como el budismo, hinduismo y nueva eristas en general, dicen que esto es prueba de que Jesús enseñaba la reencarnación. Sin embargo, la Biblia nos da varias razones por las cuales Juan no pudo ser una reencarnación de Elías, a saber:
a) De acuerdo con la doctrina de la reencarnación, antes de que el alma se reencarne en un cuerpo, el cuerpo que esta alma habita tiene que morir; pero Elías nunca murió, sino que fue arrebatado al cielo en un torbellino (2 R. 2:11).
b) Elías reaparece en el monte de la transfiguración junto con Moisés (Mt. 17 y Mr. 9). Los discípulos parecen no tener problemas para identificarlo y en ningún momento lo confunden con Juan el Bautista. ¿Cómo supieron que era Elías si nunca lo habían visto personalmente? La respuesta es sencilla: conocimiento intuitivo instantáneo. La psicología común enseña esto.
c) En Lucas 1:17 el ángel le dice a Zacarías que su hijo, Juan el Bautista, vendría con “el espíritu y el poder de Elías”.
¿Qué dijo Jesús cuando afirmó que Elías ya había venido (Mt. 17:12-13)? Simplemente, que Juan había venido con la misma misión de Elías, o con el mismo objetivo.
Indudablemente, estamos aquí frente a un clásico caso de tipología bíblica. Tipología es la representación de una cosa por otra, o una persona representando a otra. Ejemplos: Adán fue una tipología de Cristo (Ro. 5:14). Isaac fue una tipología de Cristo (He. 11:19). El cordero de pascua era una tipología de Cristo (1 Co. 5:7). Pero ni Adán, ni Isaac, ni el cordero eran Cristo. De la misma forma, Juan el Bautista tampoco era Elías reencarnado.
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