Efesios
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capitulo 1:1-14
Al empezar el estudio de este capítulo tenemos que reconocer que al mismo tiempo que es de una gran riqueza espiritual, resulta un poco difícil de entender lo que el apóstol quería transmitir, pero no queremos por eso dejar de emprender la aventura de un estudio serio y enriquecedor de este capítulo y de la epístola entera.
TODA BENDICION ESPIRITUAL
Después de los saludos nos dice en el versículo 3:
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”
Hay motivos de alabanza por estas bendiciones espirituales con las que Dios nos ha bendecido en Cristo. Sin duda hay bendiciones terrenales que deseamos y le pedimos a Dios, como un buen trabajo, salud, cuidado de la familia, recursos económicos etc. Pero todo esto que recibimos en lugares terrenales es temporal y pasajero, además de inseguro, pero las bendiciones espirituales son eternas, para siempre y se pueden disfrutar desde ahora. Algunas de esas bendiciones se mencionan en este capítulo y son el poder presentarnos delante de Dios “Limpios y sin mancha” y así disfrutar de su comunión, su amistad y su presencia. El haber sido “adoptados hijos suyos” por medio de Jesucristo. El tener en la sangre de Cristo “Redención y perdón de pecados”. También nos ha dado “Sabiduría e inteligencia espiritual” para conocer sus propósitos desde la eternidad hasta la eternidad. Y en Cristo también “tenemos herencia” una herencia eterna de incontables e inagotables riquezas.
Todas estas bendiciones las menciona en esta sección que comprende desde este versículo 3 al 14 y lo hace remontándose a un pasado remoto para nosotros en el cual aun no había creado el mundo ni a los hombres, lo hace para hacernos ver que Dios ya tenía estos planes antes de “La Caída” y que ésta no le pillo de sorpresa y tuvo que poner un parche en la Historia, y que el objetivo final es reunir todas las cosas en Cristo y que todos estos proyectos están fundamentados en su amor y en su gracia.
Las palabras que vemos entrelazadas con estas bendiciones y que nos sitúan en aquellos tiempos remotos son: “Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo” “Habiéndonos predestinado” y “Habiendo sido predestinados”. Y es realmente hermoso saber que Dios quiso bendecidnos de tal manera desde antes del principio de los tiempos.
LA PARTE DEL HOMBRE
En los versículos 13 y 14 vemos nuestra parte en todo esto, nuestra respuesta a tanto amor y tanta gracia, a este propósito o proyecto eterno de Dios para el Hombre.
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”
Dios necesita la respuesta del hombre para confirmar con él todo lo que tiene planeado, se lo explica por medio del evangelio y cuando lo oye y cree, es “Sellado con el Espíritu Santo de la Promesa”. Ese contrato de bendiciones, por llamarlo de alguna manera, que Dios había preparado con tanta antelación, necesita la confirmación, la conformidad la aceptación por parte de las personas a las que va dirigido, para tener su validez total, y así al creer, Dios pone su sello sobre nosotros, diciendo “Validado”.
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LA CRUZ DE CRISTO
Tampoco podemos dejar de ver en este pasaje que Dios mismo confirmó su parte en la cruz de su Hijo, que aquel propósito eterno fue sellado en el tiempo y en el espacio por su sangre derramada y que todas las bendiciones que disfrutamos y tenemos en lugares celestiales las tenemos en Cristo. Así lo dice: “que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” “según nos escogió en él” “para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” “nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” etc.
UNA PARABOLA QUE TAMBIÉN HABLA DE ESTO
“Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino d
e Dios. Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena.” Lucas 14:15-24
No nos cabe duda que el Señor está hablando en esta parábola de los que estarán disfrutando en el Cielo de las bendiciones de las que nos habla Efesios y que hemos comentado. El padre de familia es Dios quien ha preparado de antemano todo aquel banquete, aquellos hombres invitados habían sido “predestinados” y “Escogidos de antemano” sus nombres fueron escritos en la lista de invitados, de beneficiarios de tantas delicias, pero cuando aquel siervo fue para que confirmaran su asistencia, se negaron e invalidaron todo el propósito del padre de familia para con ellos.
También sabemos que a los primeros invitados el Señor los relaciona con el pueblo de Israel, ya que como pueblo rechazaron al Señor que les invitaba, y los nuevos invitados representan a los gentiles, a nosotros, que como los Efesios, vemos que Dios también nos tuvo en su corazón desde aquel principio antes de que los tiempos fuesen.
¿PARA QUIENES ES EL PROPOSITO DE DIOS?
El propósito de Dios de bendecir y enriquecer a los humanos es para todas las personas sin excepción y sin acepción. Así lo vemos a lo largo y ancho de Su Palabra:
Así lo expresa Pedro
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”
2ª Pedro 3:9
Así lo dice Pablo
“Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Romanos 10:11-13
Y así Juan
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16-17
Feliciano Briones
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