Cómo el título de este curso lo sugiere, esto no pretende ser un estudio Bíblico exhaustivo sobre el texto, ni mucho menos, la única interpretación que existe. Cómo todos sabemos, la Biblia, es una fuente inagotable de riquezas, y no importa cuántas veces volvamos al mismo pasaje, siempre encontraremos algo nuevo.
Por lo tanto, solo pretendemos aquí, hacer “Algunos comentarios sobre Hechos 17: 16-34“.
A continuación, tendrá acceso a la última parte de este curso.
Algunos comentarios finales
Entonces, ¿Cuál fue el resultado de la predicación de Pablo en Atenas?
Los versículos 32 al 34 (Biblia de las Américas) nos dicen:
32Y cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, pero otros dijeron: Te escucharemos otra vez acerca de esto.
33Entonces Pablo salió de entre ellos.
34Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.
¿Valió la pena tanto esfuerzo? ¿Estar arriesgando la vida para tan poco?
La Biblia dice que cuando oyeron de la resurrección, algunos se burlaron de él. Cómo vimos antes, la resurrección era totalmente inconcebible para su mentalidad.
Otros, sin haberse convencido del todo, le dijeron que lo escucharían otra vez. La traducción de la Nueva Versión Internacional dice “Queremos que nos hables en otra ocasión sobre este tema”.
Y, finalmente algunos pocos, lo siguieron y creyeron.
Ahora yo vuelvo a preguntarme,
- ¿Qué motivó a Pablo a pasar por todo lo que pasó, para que solo algunos creyeran?
- ¿Qué nos motiva a nosotros a compartir con otros de Cristo, exponiéndonos a ser discriminados o ridiculizados?
- ¿Es proselitismo?
- ¿Queremos llenar los bancos de las iglesias?
¿Qué nos motiva? Mi respuesta, y la de muchos otros, es simplemente que Dios transformó nuestras vidas. Lo sentimos dentro de nuestro ser, en cada instante. Ningún placer humano se compara a la sensación de sentir la Presencia de Dios en tu interior. Sentirlo a tu lado, cuando estás bien y eres feliz, pero también en los momentos más oscuros y difíciles de tu vida. Cuando perdiste todo, cuando no hay nadie a tu lado. Sentir paz, en medio de la tormenta.
Si alguien nunca ha sentido algo así, puede tenerlo, acercándose a Dios. El nunca rechaza a quién sinceramente le busca. No importa quién sea, ni que haya hecho, no importa su presente, ni su pasado. Dios es Dios de todos. De buenos y malos, de ricos y pobres, de sanos y enfermos, de grandes y chicos. El está dispuesto a recibir entre sus brazos a quién le busca, y transformar su vida, ahora mismo. Aunque nunca haya estado allí, o aunque haya estado antes, y se haya alejado.
La Palabra de Dios, tiene un mensaje claro para cada uno de nosotros. El nos invita como a hijos e hijas amados, a acercarnos a Él. Dios quiere sanar las heridas de nuestro corazón y transformar nuestras vidas. Los que lo hemos experimentado, podemos dar fe de ello. Si lo hizo con nosotros, puede hacerlo también, con todos aquellos que lo busquen y entreguen sus vidas Él.
Dios no presiona. El no obliga, solo invita. Solamente hace falta estar dispuesto a acercarse. No es necesario saber demasiado sobre Él para hacerlo. Es posible hacerlo como Pablo les dijo a los atenienses. Si no conocen a Dios búsquenlo, aunque sea a tientas, porque en verdad Él no está lejos, de cada uno de nosotros (v.27).
Y una vez que uno lo ha encontrado, necesita compartirlo con otros, como hizo el Apóstol Pablo. No importa si hay peligros, no importa si hay burlas, no importa si solo unos pocos, o solo uno, acepta el Mensaje de Cristo. Si uno lo tiene, no puede dejar de compartirlo.
Oración: Gracias Señor, por que podemos tener la seguridad, que aunque te busquemos a tientas, vamos a encontrarte.