—para pastores—
Si puede abandonar su ego por un momento y admitir su falibilidad como un líder de la iglesia,
pregúntese a sí mismo regularmente las siguientes dos preguntas
cuando planee un nuevo proyecto:
- ¿Qué pueda fallar en esta actividad?
- ¿Qué pasará si falla este proyecto?
Si también puede obtener las respuestas a estas preguntas sencillas de sus miembros, líderes laicos, y/o sus compañeros – usted puede evitar regularmente la mayoría de patochadas innecesarias en su ministerio.
El análisis de problemas potenciales debe manejarse en una manera lógica. Siempre uso un esquema como éste para refrescar la mente hasta preguntar y contestar las preguntas mejores:
1. ¿Qué puede fallar…
a… cuando se presenten nuevos conceptos a la congregación?
b… cuando falte tiempo para tomar medidas?
c… cuando actividades complejas tengan que ser coordinadas?
d… cuando tenga que confiar en trabajadores voluntarios?
2. ¿Cómo identificaré un problema potencial?
a. ¿Por medio del conocimiento que tengo ahora?
b. ¿Por medio del conocimiento que todavía tengo que obtener?
3. ¿Cómo trataré con problemas potenciales…
¿Que son incidentales a mis metas?
Tomado de: Jard DeVille
Pastor’s Handbook on Interpersonal Relationships.
(Guía pastoral de relaciones interpersonales)
Baker Book House: Grand Rapíds, 1986; pp. 102-103.
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