Tomado de: Lawrence J. Crabb, Jr, Effective Biblical Counseling (Consejería Bíblica Efectiva),
Zondervan Publishing House, 1977, pp. 163-165.
En años recientes la demanda que aumenta para los servicios de consejería ha estimulado el estudio serio del para-profesional como consejero. El concepto de consejeros entrenados no-profesionalmente ha caído bien con mucha gente para quienes la idea de “consejería” tiene una cierta fascinación y atractivo pero quienes retroceden ante el prospecto de la escuela formal.
En las iglesias particularmente, el trabajo en grupo y la consejería de iguales han crecido de forma epidémica, tomando la forma de consejeros matrimoniales, entrenamiento interpersonal de sensibilidad, análisis transaccional, y por el estilo. Lamentablemente, muchos de los que son atraídos a un papel de consejería son gente insegura quienes son atraídos por la posición aparente de autoridad; otros encuentran que el título de “consejero” es personalmente halagador. Mucha gente inconscientemente espera trabajar sus propios problemas sin exponerse en la posición de aconsejado.
Con el entusiasmo restringido por estar consciente de los problemas involucrados, yo en visiono el desarrollo de consejería significativa dentro de la iglesia local llevada a cabo por miembros de la iglesia. Cuando opera bíblicamente, el cuerpo de Cristo provee a los individuos de todos los recursos necesarios para apropiarse de su significado y seguridad en Cristo. No debemos pensar, por lo tanto, que las oportunidades para el ministerio (que satisfacen las necesidades de significado) y que la convivencia (que satisface las necesidades de seguridad) automáticamente serán tomadas ansiosamente por cada creyente y serán claramente entendidos como relevantes a sus necesidades básicas. Seguirán funcionando patrones sutiles de comportamiento pecaminoso y un acercamiento persistente y equivocado de la vida a pesar del compromiso consciente y sincero.
El corazón es engañoso. Las creencias erróneas frecuentemente permanecen neciamente hasta que son expuestas a la luz clara de la conciencia. La consejería individual se necesita frecuentemente para tratar con esos problemas. Pablo recordó a los cristianos Tesalonicenses que había trabajado con cada uno individualmente en sus esfuerzos de guiarlos hacia la madurez espiritual (I Tes. 2:11). La iglesia local debe asumir responsabilidad para el cuidado individual entre miembros. Obviamente ningún equipo de ministerio puede tratar adecuadamente con las necesidades abrumadoras de atención individual y ocupación dentro del cuerpo. Ni siquiera debe intentarlo. Ese trabajo pertenece a los miembros del cuerpo local.
TRES NIVELES POSIBLES DE CONSEJERIA
Nivel I Sentimientos Problema ANIMO Sentimientos bíblicos
Nivel II Comportamientos Problema EXHORTACION Comportamiento bíblico
Nivel III Pensamiento Problema ILUMINACION Pensamiento bíblico
Mi propuesta es ésta: todos los miembros del cuerpo pueden y deben estar involucrados en la consejería de Nivel I. Algunos miembros del cuerpo (por ejemplo ancianos, pastores, diáconos, maestros de escuela dominical, y otras personas espiritualmente maduras y responsables) podrían ser entrenados en consejería de Nivel II. Unos cuantos individuos seleccionados podrían ser equipados para tratar los problemas más profundos, necios, y complicados en la consejería de Nivel III. Si esto es desarrollado correctamente, es mi esperanza tal vez optimista, pero creo que realista, que cada necesidad de consejería (excepto aquellos que involucran problemas orgánicos) sería suplida dentro de la comunidad eclesiástica.
Tomado de:
Lawrence J. Crabb, Jr
Effective Biblical Counseling
(Consejería Bíblica Efectiva),
Zondervan Publishing House, 1977, pp. 163-165.
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